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El arte de amar

, publicado el 1 Noviembre 2010

 

Buscamos el amor, por aquí y por allí. Pensamos que lo hemos encontrado, pero con el tiempo nos damos cuenta de que todo era un engaño; nos decepcionamos una, dos y hasta tres veces. Insistimos, creamos ideales de la pareja perfecta y al final siempre nos equivocamos. Hasta que un día, la persona más inesperada aparece en tu camino, y sin buscarlo, allí lo tienes, el amor llama a tu puerta.

 

No es la chica que llevas 3 años buscando, ni aquella que toda la vida te ha gustado; no es la morena de ojos verdes que siempre has imaginado, pero te das cuenta de que es la persona con la que quieres estar en todo momento, aunque luego te invade el miedo.

 

Perdemos tanto tiempo en buscar, idealizar, crear e imaginar a la chica “perfecta” que no nos damos cuenta de que estamos perdiendo miles de oportunidades en el camino al poner tantos prejuicios en nuestra mente. Pero realmente, ¿para qué sirve o qué conseguimos con eso, a parte de metas inalcanzables?

Somos conscientes de que el amor es inevitable y de que en el momento más inesperado, cuando menos lo buscamos, aparece. Pero aun sabiendo que el amor nos aporta un placer, un bienestar tanto físico como mental y un conjunto de sensaciones agradables, le solemos tener miedo, y es cuando me cuestiono si todas esas chicas inalcanzables (heterosexuales, con pareja, con bastantes años de diferencia...) que creemos que nos gustan son tan solo una especie de “autodefensa” por nuestra parte, porque al saber que nunca acabaremos con ellas nos evitaremos el sufrimiento que puede causar enamorarse.

 

El amor es una palabra con un amplio abanico de significados; ninguno igual, ninguno diferente. Cada uno interpreta el amor como siente y como cree conveniente, así que vive el amor a tu manera, disfruta del momento y no pienses en lo que pasará mañana o el año que viene, porque realmente sin el amor, la mayoría de nosotros no estaríamos aquí.

 

Pero bueno, al fin y al cabo, ¿qué sería de la vida sin el amor? Vale la pena amar, o al menos intentarlo, porque incluso los momentos de dolor y sufrimiento son recompensados con todos los demás. Ama y déjate amar.

 

“Llença't, cada instant es únic i no es repetirà...”

Categorías: Lesbianópolis
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