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La ignorancia es muy atrevida

, publicado el 1 Octubre 2010

Se supone que a estas alturas del siglo XXI la mentalidad ha cambiado y nos hemos vuelto más tolerantes, además de haber cambiado los valores, pero… ¿realmente es así? Muchos de los mitos y pensamientos de hace años aún continúan invadiendo la mente de mucha gente; la poca información sobre el tema y el miedo (o la no aceptación) a lo desconocido hacen que la forma de pensar no cambie y que no evolucionemos. Una confusión de ideas provoca que relacionen la homosexualidad con una enfermedad. Esto puede deberse a que hasta el 1973 la OMS decía que sí, que era una enfermedad, pero hoy en día todo ha cambiado y ya no es así.

Muchas veces me canso de oír que es la moda. Sí, es la moda ser homosexual, ser bisexual, ser transexual… Claro, es la moda porque ahora nos reconocemos, podemos admitirlo sin miedo a que nos metan en prisión, a que nos acusen como enfermos… pero aún no podemos reconocernos como tal sin la seguridad de que la sociedad nos rechace, sin risas o burlas de los demás, sin miedo a ir por la calle de la mano con tu pareja y recibir una brutal paliza… Pero es la moda.

Esta ideología es aún más acusada cuando hablan de los adolescentes. Por ejemplo, en el momento menos inesperado te sueltan: “Si con catorce años no sabes qué estudiar… ¿cómo vas a saber que te gustan las chicas?” Eso es porque es la moda, estás confundida, quieres probar… ¿Por qué ha retumbado, y retumba, continuamente esta pregunta? ¿Por qué a aquella que le gustan los chicos no le dicen que es la edad, que puede estar confundida? Soy consciente de que con catorce, quince, dieciséis… no sabes lo que va a ser de tu vida el año siguiente. Son años de dudas, confusiones, tiempo para buscar respuestas a tus preguntas, descubrir mundo y vivir. Yo, con dieciséis años, no tengo claro qué voy a estudiar dentro de dos años, ni siquiera si estudiaré; pero lo que sí tengo claro es cómo soy, y dentro de ese “cómo soy” incluye que sé que me gustan las mujeres. Y dudo que sea una cosa que varía con el tiempo, o que me gusten porque estoy confundida; porque en eso no tengo dudas. No descarto, aunque sí que dudo, que algún día me pueda atraer un hombre, pero eso no significará que dejen de gustarme las mujeres.

Aún así, lo que más me llama la atención es que los propios adolescentes somos los primeros en hacer críticas sin sentido cuando se supone que tenemos toda la información necesaria. Se dice que somos el futuro, que somos los que vamos a seguir luchando y revindicando, y muchos se dedican a discriminar a gente sólo por ser homosexual, o aún peor, por parecer homosexual.

Puede que parte de la culpa la tengan los medios de comunicación, ya que normalmente cuando hay alguna noticia sobre el colectivo LGTB sacan la parte negativa. Un claro ejemplo es la semana del orgullo gay. Lo único que ocupa portadas es el desfile; y no exactamente los mensajes que protagonizan el desfile, sino una “panda de locas” desnudos y emborrachándose. Y, ¿realmente somos eso? ¿O detrás de esas portadas hay algo más?

Todas esas preguntas y otras (como si todo esto algún día cambiará) son preguntas que día tras día resuenan en mi cabeza (supongo que porque soy adolescente), y que espero que encuentren respuestas al mismo tiempo que deseo que la gente pueda llegar a informarse para no atreverse a hablar o a criticar un tema que prácticamente desconocen.

Categorías: Lesbianópolis
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