Nuestras familias no son de segunda. ¿Por qué os cuenta creer que somos felices?

Me contaba una buena amiga que por el reciente Día de la Visibilidad Lésbica la entrevistaron en televisión. Ella es madre soltera y lesbiana, y entre las preguntas que le hacían estaban: ¿Cuánta discriminación has sufrido?, ¿Qué es lo más difícil de ser madre lesbiana?

Una de las madres lesbianas más reconocidas de las redes sociales es Vero, de Oh Mami Blue. Esto escribió hace unos días en su cuenta:

Se acerca el día de la familia (…) Pero después de 6 años de lucha y visibilización por aquí, de contestar a muchas entrevistas, de ir a coles, de hacer charlas, me molesta, que revistas se pongan en contacto conmigo para este día, y sus preguntas sean, ¿cuál es la situación más dolorosa que habéis vivido con vuestro hijo por tener dos madres? ¿Habéis vivido en el colegio alguna situación homofoba? ¿Has tenido miedo al ir por la calle con tu mujer y tu hijo? En serio, basta ya. (...). Somos felices, yo no vivo mi vida diciendo, oh Dios mío, soy lesbiana, tengo un hijo, me miran, cuidado, no, si no fuese por estas preguntas de mierder, a mi mi condición se me olvidaría porque mi familia es exactamente igual que cualquier otra. Ni mejor, ni peor.

¿Qué pasa? ¿Tan difícil resulta para algunos pensar que podemos ser felices? ¿Que mujeres lesbianas solteras o en pareja podemos ser como cualquier otra familia?

Estoy embarazada desde hace unas semanas. En Reproclinic, una clínica totalmente lesfriendly y de trato muy familiar en Barcelona, mi esposa y yo conseguimos este sueño gracias el método ROPA, un tratamiento donde yo me embarazo de un óvulo que salió de su cuerpo.

¿Sabéis que hace unos días nos preguntaron en una cafetería si habíamos pensado cómo íbamos a hacer para que el bebé sintiera también a mi esposa como su mamá? Nos quedamos atónitas. No tenemos que hacer sentir a nuestro hijo de ninguna manera porque tanto ella como yo somos sus madres. ¡Ambas!

Este 15 de mayo celebramos el Día de las Familias, de todas las familias. Nuestras familias no son menos, no son de segunda. Nuestras familias merecen respeto, merecen apoyo, merecen amor.

Da igual la orientación sexual de madres y padres, casi todos solemos estar agotados, dormir poco y hacer lo posible para que nuestros hijos sean felices y sean buenas personas.

Ya basta de preguntas absurdas y comentarios ofensivos. Ya basta de querer hacernos sentir de menos. Hoy más que nunca nos levantamos en nombre del amor. Porque eso es lo que hace a una familia, el amor.

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