¿Infecciones de transmisión sexual?
En primer lugar, me gustaría reflexionar sobre el nombre que les hemos dado, porque tal y como suena podría parecer que la sexualidad fuera un foco de infecciones… y evidentemente no es así, o al menos no tiene por qué serlo. Por una parte, admitir que tenemos una infección de transmisión sexual (hongos, gonorrea, VIH, clamidia, sífilis…) causa a muchas personas vergüenza o culpa: la sociedad ha castigado (y aún lo hace) a las personas que adquieren estas infecciones, en gran parte por ignorancia. Y esto tenemos que cortarlo de raíz: igual que adquirimos infecciones de garganta, de orina o de oído, podemos adquirir una de estas infecciones, lo que nos convierte en seres sociales que conviven y comparten, nada más. Por otro lado, muchas de las llamadas infecciones de transmisión sexual (ITS) pueden transmitirse con contactos genitales no sexuales: toallas usadas previamente, aseos con falta de higiene, lugares húmedos… Y, además, muchas prácticas sexuales no dan como resultado la transmisión de estas infecciones (besos, caricias, masturbación, masajes eróticos…). Algunas infecciones, incluso, pueden surgir sin contacto alguno, simplemente por un descenso en nuestras defensas, como la candidiasis, ya que son organismos que están siempre en nuestra vagina y sólo dan lugar a molestias cuando la cantidad de bacterias es excesiva. Por eso os propongo que hablemos mejor de infecciones de transmisión genital, para tener más claro de qué estamos hablando y rompamos el estigma asociado a las ITS.
En segundo lugar, ¿son las infecciones de transmisión genital contagiosas? La respuesta a esta pregunta depende de la infección a la que nos refiramos. Cuando hablamos de enfermedades contagiosas nos referimos aquellas que pueden adquirirse con facilidad, sin poder tener nunca la seguridad de no adquirirlas por mucho que nos cuidemos, como por ejemplo la tuberculosis, los hongos o la gripe. El resto de infecciones, que sí podemos controlar, son las que llamamos transmisibles, como la hepatitis B o el VIH. Tendremos absoluta certeza de no adquirir estas infecciones si no entablamos unos contactos muy concretos. En definitiva, son infecciones que no hay que temer si seguimos unas pautas básicas de autocuidado y prevención.
¿Qué debo saber para mantenerme a salvo?
Seguramente, si fuéramos a la calle a preguntar a los y las viandantes por las infecciones coronarias o pulmonares que conocen apenas lograríamos cuatro o cinco nombres, sin mucha exactitud sobre sus síntomas, su forma de transmisión o su prevención. Normalmente, cuando una persona nota algún síntoma extraño (taquicardia repetida, problemas al respirar…), acude a su servicio médico y deja que sean los y las especialistas quienes lo estudien y solucionen. Sin embargo, solemos exigir a jóvenes y mayores una gran información sobre las ITG: nombres, formas de transmisión, organismo que las produce, fases de las mismas, etc. ¿Es necesario todo esto para evitar la transmisión de estas infecciones? Quizás sea suficiente aprender a detectar síntomas, conocer servicios sanitarios de calidad especializados en ITG y centrar el grueso de nuestros esfuerzos en trabajar actitudes de vergüenza, culpa, baja percepción de riesgo o miedo ante estas infecciones.
Los métodos de prevención son muy variados; algunos de ellos también son anticonceptivos, en el caso de que mantengas relaciones heterosexuales. A la hora de decidir qué métodos de prevención utilizar no se trata tanto de si tienes relaciones eróticas con hombres, con mujeres o con ambos, sino más bien de las prácticas que mantienes con unos u otras. Las prácticas con mayor riesgo de infección son las que tienen que ver con el contacto entre genitales o de genitales con mucosas. Las mucosas son las partes del cuerpo que se mantienen húmedas (ano, vagina, glande del pene, interior de la boca y ojos). Mantener una buena higiene en toallas, esponjas, baños y otros espacios húmedos es importante también para la prevención. Respecto a la higiene íntima, aunque es importante mantener una higiene diaria, utilizar demasiado a menudo jabones o geles no específicos puede dañar la flora vaginal por su PH.
En vuestras relaciones eróticas podéis prevenir la transmisión de infecciones utilizando preservativo en las penetraciones anales, vaginales o bucales. Tanto si hablamos de penes como de juguetes eróticos, podéis colocar en el dildo un preservativo masculino o poneros vosotras mismas un preservativo femenino. En el caso del sexo oral a una mujer puede ser útil cortar la punta de un preservativo y colocarla en la lengua o utilizar una toallita de látex como la de la imagen; aunque no están muy publicitadas, muchos centros de planificación familiar, atención a la sexualidad o farmacias las tienen. Para el resto de prácticas eróticas (besos, caricias, masturbación, masajes eróticos, juegos, fantasías, etc.) no es necesario que toméis precauciones específicas.
Os propongo alguna información importante que podéis manejar para sentiros seguras y confiadas en vuestras relaciones eróticas:
- Las infecciones de transmisión genital pueden estar producidas por hongos, bacterias o virus.
- Los síntomas más comunes de estas infecciones son picor, escozor o rojez en la zona genital, dolor al orinar, flujos oscuros y con fuerte olor y erupciones, granitos o verrugas. Si notáis alguno o varios de estos síntomas no dudéis en consultarlo con vuestro médico o médica; no esperéis a que desaparezcan, a veces vuelven con mayor fuerza y gravedad.
- El tratamiento de la mayoría de las ITG es más efectivo y corto cuando menos extendida esté la infección.
- Realizarse revisiones anuales (analíticas sanguíneas, citologías y revisiones ginecológicas) puede ayudar a la prevención y la detección precoz de infecciones.
Desmitifiquemos los riesgos de la sexualidad. Basta con adquirir algunos hábitos de autocuidado y cuidado en pareja para poder olvidarnos de los miedos. Fácil, ¿no creéis?
[…] característico. Consejo: el médico podrá echarte una mano con ello (no literalmente, claro) y tomad precauciones, podría infectarte a ti […]
Me parece muy importante que se realicen artículos como éste, ya que por desgracia existe muchísima desinformación sobre los profilácticos en relaciones sexuales entre mujeres. Más llamativo y decepcionante es que esta desinformación se encuentra incluso entre profesionales sanitarios (auxiliares de enfermería, enfermeras, médicos generales e incluso GINECÓLOGOS). Yo como profesional sanitario que he sido, habiendo estudiado y trabajado entre muestras de PCR de VPH y citologías, leyendo historias clínicas y conociendo cómo se producen los contagios, no puedo describir lo frustrante que me resulta escuchar a una señora enfermera (más común) o a un médico decir cosas como: “las lesbianas no tienen que hacerse citologías” y ya no les vayas a preguntar por protección, porque estoy segura de que ni siquiera saben que eso existe. Me pregunto cómo un ginecólogo puede pensar que el VPH se puede contagiar entre lesbianas, porque de verdad, no me entra en la cabeza, es para retirarles el título.
Aprovecho para mencionar que el VPH es el virus que actualmente más debería preocupar, porque es el que más esquiva la protección, y ya ni hablemos si no la usas. El VPH se transmite por contacto, entre zonas cuya cepa sea “compatible, es decir, dependiendo del tipo de virus, afectará o no a determinadas zonas. En concreto los que afectan a la mucosa genital y oral en parejas heterosexuales que usan protección se puede contagiar porque no utilizan la protección durante toda la relación sexual, es decir, hay contacto piel con piel en algún momento. En relaciones entre mujeres es muy fácil el contagio, ya que casi ninguna pareja usa protección, por lo que si se produce un contacto entre mucosas directa o indirectamente (por fluídos que se queden en la mano y toquen la mucosa de la otra persona, o a través de algún juguete sexual) existe riesgo de contagio. El contagio puede afectar a diferentes zonas de la mucosa y su “peligrosidad” varía en función del tipo de virus y de la zona afectada (más peligroso cuanto más cercanas sean las lesiones al cuello del útero). Dado que los mismos tipos de VPH que afectan a la mucosa de la vulva pueden afectar a la mucosa vaginal y del cérvix, tener el virus localizado inicialmente en la mucosa externa aumenta el riesgo de que se traspase a la interna, ya que durante la relación sexual se puede producir el contacto con estas zonas y si se produce penetración (con pene, dedos u objetos que hayan estado en contacto), transferirlo.
Creo que es importante que la gente se informe adecuadamente y me parece lamentable la desinformación que existe entre sanitarios. Desinformación que probablemente tiene su origen en la falta de estudios con personas exclusivamente lesbianas, pero también de prejuicios de los profesionales.
Me pregunto cómo un ginecólogo puede pensar que el VPH NO se puede contagiar entre lesbianas, porque de verdad, no me entra en la cabeza, es para retirarles el título*
Totalmente de acuerdo contigo Pato. Además de pensar así, la mayoría de los médicos no saben decirte a ciencia cierta como prevenir su contagio entre mujeres y cuáles son los efectos una vez contraído el VPH. Me encantaría que hicieran un artículo tocando ese tema.
[…] como únicos para la protección ante el riesgo de embarazo, pero olvidamos el posible contagio de infecciones de transmisión sexual (ITS). Cómo han indicado las autoras de la investigación, Margaret Rosario (profesora de […]
Lo cierto es que la atención a lesbianas, bisexuales y transexuales no está debidamente adecuada, pero es cierto que no hay colectivos de riesgo sino prácticas de riesgo. Muchas veces se habla de métodos anticonceptivos cuando no se quiere concebir, en vez de métodos de barrera, de prácticas mayoritariamente heteros (aunque no hay prácticas dicotómicas hetero/homo), se da por entendida la heterosexualidad normativa, el género cis, etc. El uso de protección es siempre necesario, pero las estadísticas dicen que entre mujeres el riesgo de contagio baja. Las variables confianza y enamoramiento no justifican dejar de usar métodos, pero a menudo nos relajamos, etc. En el caso de parejas heteros, el varón puede presionar, en el caso de las mujeres, muchas veces es un acuerdo, así que debemos hacernos revisiones y que esa variable “confianza” (y que el embarazo no llegue por esa vía) no nos haga relajarnos frente a its. Os dejo un link con un listado muy interesante de its. Si navegáis por otras secciones, tb hay materiales interesantes que incluyen la perspectiva de la diversidad sexual: http://bit.ly/1Epmoqt
Te apoyo completamente, tu genero u orientacion sexual puede ser cualquiera pero siempre debes estar protegido o protegida!
Se debe tener en cuenta que los antinconceptivos y preservativos son necesarios no vaya a ser que la enfermedad tambien contagie al bebe
Hay que tener mucho cuidado, tomar buenos medicamentos