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Seminarios por la educación afectivo sexual

, publicado el 1 Junio 2011

Hace un par de semanas asistí a un seminario que ofrece la Cruz Roja con la colaboración de Ben Amics sobre educación por la diversidad afectivo-sexual. Fue de lo más interesante y en ocho horas hubo momentos de tensión, risas, curiosidad y dudas; dudas que se fueron resolviendo y mitos que se fueron destruyendo. En el curso había gente de edades y culturas muy distintas: el educador, unas seis chicas jóvenes, dos mujeres de mediana edad y un señor mayor. Todos teníamos unas ideas y una forma de pensar que se fue revelando a lo largo del día y se pudo notar una pequeña evolución de la forma de pensar y opinar; sobre todo, de las tres personas más mayores. Ellos tenían curiosidad, dudas y ganas de aprender, de saber. Desconocían el significado de la palabra intersexual o transexual, preguntaban cómo una persona se hacía homosexual y si no era una enfermedad ser transexual.

Al principio no comprendían muchas cosas. Luego, después de hacer ejercicios, actividades prácticas y juegos pudieron llegar a comprender cómo se siente un homosexual cuando es rechazado por la sociedad, cómo la mayoría de personas no están totalmente seguras de su heterosexualidad, cómo tiene que enfrentarse un homosexual a las preguntas que se repiten continuamente cada vez que sales del armario o cómo todas las personas homosexuales tenemos que “cumplir” necesariamente todos los estereotipos. Fue de lo más interesante poder analizar el cambio de actitud de la gente y las reacciones que mostraban al hablar sobre algunos temas. Por eso mismo, decidí hablar con Alejandro, el educador, sobre la asociación Ben Amics y el trabajo que hacen dando estos seminarios.

Alejandro nació en Uruguay y es profesor de inglés. Fue activista ocho años allí, en el 2005 llegó a Mallorca y muy pronto se incorporó a la junta directiva de Ben Amics como secretario. Más tarde fue el coordinador de educación.

Alejandro asumió plenamente que era gay en su estancia en Estados Unidos. Poco más tarde volvió a su país, donde acababan de salir de una dictadura. En medio de la represión era difícil ser gay, pero él intento acceder a una asociación LGTB porque quería normalizar la situación de los homosexuales en Uruguay. Tardó en entrar a la asociación, ya que se pensaban que era un topo. Le costó, pero nada más entrar salió en la televisión de Uruguay declarándose gay para que la sociedad pudiera tener referentes. Alejandro me explica que lo de ser activista lo lleva en la sangre, pero que se dio cuenta de que debía hacer algo después del asesinato de Matthew Shepad, el primer crimen de odio reconocido como tal.

Como ya he mencionado antes, actualmente está en el departamento de educación; por lo tanto, él y sus compañeros se dedican a dar seminarios y hacer talleres en institutos a profesores y alumnos, en la Cruz Roja y en la asociación AMÉS desde el 2007.

Los institutos son los que solicitan los talleres a través del Consell de Mallorca y el Ajuntament de Palma, que los ofrecen. Su propósito es poder llegar a acceder a las escuelas, a todos los alumnos, profesores y educadores y a todas las madres y padres.

Después de todos estos años hablando a gente de todas las edades sobre la diversidad afectivo-sexual, siguen notando que falta información. Es necesario hablar del tema para poder normalizar y, en el caso de los docentes, para que puedan aprender a saber reaccionar delante de un caso de homofobia o de las dudas de un adolescente homosexual. A parte de la falta de información y conocimiento sobre el tema, el principal problema es el pensamiento machista que domina en la sociedad y los mitos que invaden las cabezas de la mayoría de la gente. En definitiva, se tiene que trabajar con la sociedad para que puedan entender qué es.

Alejandro también me cuenta que nunca han tenido ningún problema en las aulas ni en el desarrollo de los seminarios La asociación Ben Amics es la que organiza, junto al ayuntamiento, el día del orgullo LGTB en Palma de Mallorca; y sólo una vez, en el 2009 (el año de la normalización de la diversidad afectivo-sexual con el lema “A la escuela sin armarios”), tuvieron un problema con el Instituto de Política Familiar, ya que no estaba de acuerdo con que dos menores leyeran parte del manifiesto del día del orgullo LGTB. Los padres de los menores estuvieron en todo momento con la asociación Ben Amics, por lo tanto todo se quedó en una anécdota.

En mi opinión, la labor de Alejandro y sus compañeros de Ben Amics es un gran trabajo que puede ayudar a los adolescentes a responder muchas de sus dudas y a poder reeducar a las personas por un mundo sin homofobia, ya que el principal motivo de la homofobia es el desconocimiento del tema. A parte, el que también pueda llegar a padres, madres, profesores, educadores y todo tipo de personas hace que la normalización sea cada vez más visible. Por eso doy las gracias a Ben Amics, y sobre todo a Alejandro por poder disfrutar de esas horas y os invito a todos los que podáis a asistir a la próxima.

Categorías: Lesbianópolis
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