Cada relación es un mundo y es imposible saber a dónde nos llevará, pero es cierto que hay ciertas señales que deberían, al menos, mantenernos alerta de no entrar en juegos tóxicos que nos estanquen o nos vacíen de energía.
Si te pasa alguna de estas cosas, revisa el suelo en el que pisas antes de tirarte a la piscina:
1.No te escucha
Reinventando el refrán: “Dime dónde pones la atención, y te diré quién eres”. Las razones por las que la gente entra en relaciones o pseudorelaciones son inescrutables. Ojalá simplemente fueran “me gusta y la quiero conocer” pero a veces la gente necesita ser elegida, o necesita compañía, confunde sexo con amor, etc. Por eso una buena, y simple, manera de ver que realmente la que tenemos en frente nos esta viendo, es que nos escuche. Que nos observe. Que nos atienda. Si todo gira entorno a su discurso, sus problemas o sus logros, es posible que estés ante una narcisista que necesita ser adorada por ti para tener su chute diario de autoestima. ¡Cuidadín! para que una relación funcione, no puede haber una protagonista entre las dos.
2.Habla de su ex constantemente.
Ser amiga de las ex no es malo. Todo lo contrario. Denota salud mental, cuando las relaciones son sanas. Hacer una transición de una relación a una amistad es síntoma de que hemos superado la relación. Sin embargo otra cosa muy distinta es estar todavía en el duelo de la relación anterior, lo cual convierte a la relación presente en un puente para sanar viejas heridas. En ese caso corres el riesgo de que la otra persona recurra a ti como un medio y no como un fin, y además disfrutar de un empiece cuando se esta acabando otra cosa es casi imposible.
3.Tiene celos absurdos
Los celos son “normales” hasta cierto punto. Tiene cierto sentido tener celos de una persona que está entrando a tu novia, o de su ex, pero tener celos de cualquiera, amigos, familiares, personas con quien alguien comparte tiempo, es patológico. Ese es un síntoma bastante claro de que esta persona va a necesitar coartar tu libertad para sentirse segura. Poseer es el antónimo de amar, y eso a la larga nunca nunca compensa.
4.Ahora sí, ahora no
No es simple decir que el que quiere, puede. Si esa chica que estás conociendo aparece y desaparece, ten cuidado. Si pone excusas constantemente, e incluso dice mentirijillas que fácilmente descubres, algo no funciona. Si te cambia de planes constantemente, no te enganches, mejor pon perspectiva y algo de distancia. Una relación apunta lejos cuando todo esta puesto sobre la mesa. La ambiguedad no es buena tierra para edificar una historia de amor, más bien sirve para un idilio pasional donde una de las dos ama, y la otra se deja amar al estilo No me importa nada.
5.Te exige cosas que no habéis consensuado o que ella misma no cumple
Una de las señales claras de que puedes adentrarte en una relación tóxica es que esa persona se indigne por algo que ella también hace, o te exija cosas que ella no cumple. Sin duda esa historia puede convertirse en una relación utilitaria, donde una de las dos hace uso de la otra según sus necesidades. Nadie te puede exigir contestarle a los wassaps en un tiempo X, o ir a buscarla al trabajo, tener que estar a todas horas disponible, etc. En ese caso, defiende tu libertad o sin darte cuenta te verás dando explicaciones por las cosas más normales del mundo.
6.No cumple lo que dice
Este espécimen lo conocemos todas. Se trata de la típica chica que te promete el oro y el moro constantemente, y que jamás cumple una sola palabra de lo que dice. Pareciera que por momentos le dan arrebatos que le hacen, cual bipolar, creerse con ganas y posibilidades de bajarte la luna y subirte a las estrellas, y que al rato se le pasan y ya no tiene el menor interés en ti. Pues tal cual actúa en eso, igual actuará en lo demás. Es posible que esta chica se hinche y se deshinche de amor cual veleta al viento. Las palabras para ella no tienen el mismo valor que para ti, más bien juega con ellas y su significado cual poetisa haciendo prácticas.