No todas las rupturas son iguales. La mayoría de las relaciones se rompen porque se acaba el amor. Pero hay otras que se producen por la distancia o las condiciones de sus vidas o los diferentes caracteres de cada una. Esas separaciones son más complicadas ya que no se han originado por falta de amor, por fracturas emocionales o incapacidad para convivir. Por eso, son más difíciles de superar.
Al principio, como os seguís queriendo, tratáis de ser amigas, pero claro, ella lo ha superado por la vía rápida y, evidentemente, en cuanto ves que se está tirando a la primera “tipeja” que se le ha cruzado por delante (a la que debe haber conocido completamente ebria en un bar porque a ti te dan arcadas sólo con mirarla) y comienza a distanciarse y a mentirte, es cuando de veras empiezas a plantearte cómo superar esa separación sin resultar heridas.
Hasta ahora no habías reaccionado y es en este momento en el que te das cuenta de que se ha terminado de verdad, de que desaparece un cachito de ti y de que eso duele. ¡Pues claro que duele! Así que tienes que poner todo de tu parte para recuperarte lo antes posible y procurar que esa amistad que queréis mantener no empiece a tambalearse.
1. Lo primero es tener bien claro que puede que en un futuro seáis las mejores amigas del mundo mundial, pero ahora no te engañes, verla con otras, así en caliente, pues como que no es bueno para ti. Estáis en fases diferentes por lo que te recomiendo cortar un poco (o del todo) la relación pues, por mucho que lo desees, hasta que no te despegues del vínculo anterior es muy difícil que tu corazón pueda volver a abrirse a otra persona. Además, ya la retomarás cuando te sientas preparada.
2. En segundo lugar, tienes que darte un tiempo para llorar, desahogarte con las amigas y dejar de pensar que nunca más volverás a enamorarte. ¡Sabes que no es cierto! Este es el único instante en el que está permitido escuchar canciones de amor y ver películas románticas, sin pasarte. Después deshazte de ellas para siempre (bueno, no vamos a ser tan drásticos, pero por lo menos hasta que lo tengas superado).
3. Venga, ya basta de estar tirada por casa hecha unos zorros y con la cara hinchada de tanto llorar. Hay un mundo lleno de posibilidades ahí fuera así que ahora toca ponerse guapa. Ya puedes empezar a sacar del armario tus mejores galas y preparar el set de maquillaje. ¡Llegó la hora de hacer planes!
4. Sal a divertirte. Puedes quedar con tus amigos de siempre para ir a cenar o bailar. Eres libre para hacer lo que te venga en gana, pero nada de caer en la tentación de “un clavo saca a otro clavo”, pues quien inventó esa expresión no tenía ni la más mínima idea de carpintería amorosa. No tengas prisa en comenzar una nueva relación. Date tu tiempo o te levantarás una mañana diciendo: “¡Dios! ¿Me he liado con eso?” Y, claro está, nada de beber en exceso o ya te veo a las tres de la mañana enviando mensajitos de los que al día siguiente te arrepentirás.
5. Como no puedes andar todo el día de bar en bar (pues ni tu economía ni tu cuerpo te lo permiten), aprovecha el momento para realizar alguna actividad que te guste. Apúntate a un gimnasio, a clases de baile, a un grupo de teatro, haz un curso de cocina o únete a un grupo de senderismo y vete a escalar una montaña. Cualquier cosa con tal de mantenerte distraída.
6. Y, de repente, cuando menos te lo esperes, serás una mujer nueva y te sentirás libre de aquel sentimiento. El tiempo todo lo cura y verás que ya estás preparada para salir a comerte el mundo de nuevo. Y ahora es cuando realmente podrás apreciar los buenos momentos que viviste con esa persona sin melancolía, sin dolor y sin tristeza y cuando podrás cultivar de una forma sana esa amistad, si es que deseas retomarla, o seguir alejada de ella porque sea lo que más le conviene a tu corazón.
No se como hacer, vivo con ella y tenemos una empresa juntas y tenemos que trabajar juntas. No puedo despegarme al 100% de ella y me lastima! 🙁