La siguiente campaña de Amnistía Internacional pide justicia. Y no la encuentra:
“Negra, bisexual, incómoda. A Marielle Franco le pegaron cuatro tiros“. Es el texto con el que este movimiento mundial exige más medios para investigar una de las muertes que más ha impactado a Brasil, ya que Marielle era una de las figuras de referencia de la visibilidad lésbica, -tenía una familia homoparental junto a Mónica Tereza Benicio-, como concejala del partido “Socialismo y Libertad” estaba investigando los asesinatos producidos por la policía de Río de Janeiro, y era la principal defensora de los olvidados derechos humanos de las favelas de dicha ciudad.
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Asesinada en su coche oficial, junto a su chofer, Anderson Gómez, quien pagó caro trasladar a una figura tan incómoda para el Status Quo. Volvía de un encuentro activista, “Mujeres negras moviendo estructuras”. 3 meses se calcula que se necesitó para planificar este crimen, en el que los culpables esperaron durante horas a que Marielle saliera del evento. Los asesinos conocían perfectamente cuál era su coche oficial y su destino. En el momento y lugar del asesinato, no había ninguna cámara ni de edificios ni de tiendas que diera luz sobre este asunto. Ningún medio audiovisual que pudiera dar parte de lo acontecido. Dato que, para algunos, es sospechoso.
Hace 10 días fueron detenidos dos hombres como sospechosos del crimen. Ambos pertenecientes a la policía militar en el pasado, uno retirado y otro expulsado, Ronnie Lessa y Élcio Vieira. Lessa, a quien se apunta como autor del disparo, fue homenajeado en 1998 como “Agente Militar ejemplar”.
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Pero la investigación es lenta, volátil…y opaca, mientras Amnistía Internacional exige una investigación “imparcial, independiente y exhaustiva”. El propio Ministerio de Seguridad Pública ha asegurado que “un supuesto grupo independiente ayudado por la policía estaría actuando para obstaculizar las investigaciones“. Para Jurema Werneck, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Brasil, esta acusación es “demasiado grave y deber ser investigada”.
Marielle Franco es ahora un icono de la lucha feminista, racial y LGTB. Vimos a la gente corear su nombre en las últimas manifestaciones del 8M, vimos cómo los brasileños de todas partes del mundo han levantado la voz para pedir justicia. Pero también hemos visto como ha llegado al poder del gobierno la ultraderecha, y como los asesinatos de este tipo -los asesinatos de mujeres lesbianas en Brasil han crecido más de un 200% desde que está Bolsonaro- están aumentando en número e impunidad.
Por eso, ahora más que nunca, la causa de Marielle Franco es la causa de toda la humanidad. Firma.