Abigail Kawananakoa, la princesa lesbiana de Hawai

Entre los miembros de las realezas del mundo hasta salir una noche y emborracharse es un tabú. Ya no digamos divorciarse o no tener hijos. En el mundo del trono  la evolución avanza a un ritmo lento, casi estático.

Pero hasta que llegue la princesa lesbiana de dibujos animados que Disney ha anunciado y que el público tanto ansía, existe en el mundo una princesa que vive al margen de todo el edificio de prejuicios y ostracismos de la realeza: Ella es Abigail Kawananakoa, y lleva 20 años fuera del armario.

En 1997 llegó a cada esquina de Hawai el rumor de que su princesa, Abigail, mantenía una relación con Verónica Gail Worth. El rumor era cierto y Abigail no se esforzó en ocultarlo. 

Kekua, como la llaman cariñosamente, tiene ahora 91 años y es profundamente querida por su pueblo. Perteneciente a la dinastía Kalkaua, antigua casa real de la isla polinésica, no ejerce como tal su estatus de princesa pues, de forma parecida a lo que pasa en el resto del mundo, la realeza tiene actualmente en Hawai un nivel más representativo que gubernamental. Abigail, desde su posición monárquica, ha realizado siempre una fuerte labor en defensa de la cultura de Hawái, lo que le ha reportado el ser querida y respetada por todo su pueblo. Incluso existen grupos de presión en Hawái que exigen la reinstauración de la monarquía y que Abigail sea su reina. 

La princesa ha afirmado en varias ocasiones su homosexualidad, pero no ha sido nunca proclive a salir en la prensa rosa ni hablar de su relación. Recientemente la pareja ha sido tristemente noticia tras las declaraciones del ex-abogado de la princesa, James Wright, asegurando que Verónica la ha agredido físicamente y que lo único que quiere es el dinero de Kawananakoa. Dicho abogado ha asegurado ante los juzgados que Abigail tuvo un ictus que la imposibilita para gestionar su inmensa fortuna. “Estoy completamente capaz de manejar mis negocios” ha sido la única respuesta que Abigail ha dado a los medios, quien echó a dicho abogado alegando que había tratado de robarle su fortuna. 

En fin, por muy diferente que sea esta valiente princesa, se ve que en todo palacio siempre hay tramas y traiciones.

 

 

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