Ruby Rose lo tuvo claro muy pronto. Antes de ser una famosa actriz y modelo, cuando solo era una niña que sentía atracción por otras niñas y no por niños, lo dijo: soy lesbiana.
En su familia no lo tomaron muy en serio al principio. Para ellos solo era una niña que aún tenía mucho que aprender y vivir. En una entrevista a la revista Glamour, afirma:
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“No sabía cómo vivir sin ser abierta y honesta sobre mi identidad, pero creo que también era muy joven y quizás si fuera un poco mayor y me diera cuenta de lo homófoba que es la gente, quizás no hubiera salido del armario tan joven”.
Y la peor lesbofobia la vivió con chicos y chicas de su edad, en su ambiente escolar: “Me acosaron por ello. Me atormentaron. Sentí que me crucificaban en la escuela, y fue duro ser la única persona gay en esa escuela”.
No solo la excluyeron, la señalaban y la insultaban en los pasillos, también escribían en los muros “odiamos a Ruby” y algunas niñas la acusaban de mirarlas fijamente en los vestuarios.
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En una ocasión todo fue a más. Un grupo de chicos la atacó con puñetazos y hasta le pegaron con sillas de metal. Ruby pasó 5 días hospitalizada por estas lesiones.
“Me dieron un puñetazo. Acabé con laceraciones, grandes hematomas, conmoción cerebral y también… lo mucho que te horroriza el alma, el espíritu“, dijo Rose. “Me habían acosado mucho, pero no hasta este punto en el que me preocupaba por mi vida”.
Sin duda un ataque brutal que no es ajeno a muchas lectoras, que han sufrido violencia en sus institutos por su orientación sexual. Es bueno que las famosas visibilicen estos horrores para concienciar a la sociedad de los abusos y el dolor al que se ven expuestos muchos jóvenes LGTB.
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En la entrevista Ruby Rose cuenta cómo cambió todo cuando se estrenó The L Word justo antes de que ella se graduara, de la importancia de la representación positiva en los medios. “Porque antes de The L Word, no sabía que había nadie más que se sintiera como yo y se viera como yo y tuviera los mismos sentimientos”. “Hizo que la vida fuera vivible para mí”.
No solo cambió su mentalidad, también la de muchos de sus compañeros, comenta, puesto que después de The L Word “de repente todo el mundo en la escuela era gay”.