El Club 33 aún no ha encendido el luminoso de la puerta, el aire todavía no está cargado, tan sólo un grupo de chicas para acá y para allá. Un sofá retro de terciopelo rojo, una par de sillas a juego, un biombo y una mesa improvisada con una botella de vino esperando en escena a tomar protagonismo. Las actrices mezclan sus voces con la música, comparten espacio con el movimiento de la bailarina. Los últimos ensayos, últimos retoques, cada una a sus puestos: la camarera tras la barra, las actrices en el backstage, la técnico de sonido tras los mandos, las manos de la fotógrafa en su Nikon. Sonrisas, nervios y puertas abiertas al público. ¡Esto empieza!
El jueves, día anterior, se había abierto la jornada del IV Festival de Ocio y Cultura Lésbica con nuestra historia. La historia de la mujer lesbiana desde 1914 hasta nuestros días. María Jesús Méndez, directora de MíraLES, Esperanza Montero, presidenta de Cogam, y Raquel Porcel nos hicieron el recorrido.
Y es viernes. La lluvia no impide que local se llene. Cerveza en mano las chicas toman asiento frente al escenario. Sus ojos se ven arrastrados hacia la voz de la anfitriona quien da paso a las actuaciones de microteatro.
La primera: Diferencias entre las lesbiana de 20 y 30, de María Jesús Méndez. Nuestras actrices, Marta Zubiria y Alejandra García, no sólo arrancan risas, sino algún que otro codazo cómplice de nuestras invitadas a sus parejas, con reproches cariñosos de tipo : “Esa eres tú. ¡Abuela treintañera!”, “Pues anda que tú…, a saber dónde se te quedaron los 20…” o de tipo: “Si es que la vitalidad y locura de mi juventud no es comparable a la tranquilidad de tus preámbulos, pero eso sí, cari, yo te quiero”. (Ver más fotos)
Las luces se apagan y dan paso al silencio roto por los pies descalzos de la bailarina, Maragda Bau, y el roce en el aire de la seda de su falda. El movimiento de su cuerpo arrastrado por la música nos transporta al mundo de la interpretación de ideas y sentimientos en una danza contemporánea, de viaje interior, femenino y sutil.
Emociones que no dejan indiferente a nadie pues sus aplausos se unieron al inicio del segundo microteatro donde las nuevas tecnologías a la hora de ligar fueron las protagonistas. Dos chicas desconocidas chatean, la más lanzada se camela a la indecisa y quedan en su casa. Siempre hay una tercera en discordia, en este caso, la madre de la indecisa presentándose de improviso. Por fin viene esta noche, de Raquel Porcel. Las carcajadas, un hecho, y los aplausos, dejando de lado a los botellines de cerveza ya vacíos. Las actuaciones dan paso a la música y las notas suenan hasta que la última invitada sale del local. El escenario vacío, las luces apagadas y tras la puerta del Club 33 una feliz noche de Festival Les.
El sábado nos esperó La Feliciana. Abrió sus puertas al día grande de nuestro festival cultural, la Day Party. Durante la tarde el proyector no para de rodar la cinta de cortos de temática lésbica para nuestras invitadas, el stand literario de la editorial La Calle con su catálogo de títulos hace que más de una aumente el peso de su bolso con algún libro. Es imposible no fijarse en la exposición fotográfica de Sara Manglano donde cuerpos desnudos en blanco y negro entran en juego con las emociones de las espectadoras: lo prohibido, el sufrimiento… Mensajes sobre estereotipos directos y a la vez sutiles mostrados con mucho arte. (Ver más fotos)
La tarde da paso a la noche y trae consigo la música en directo de la mano de Alicia Ramos, quien nos lleva con su voz y su sentido del humor por ese repertorio de canciones tan original y divertido como Lady Bam Bam, No hay rock and roll o Muérete tú.
Risas también es lo que provoca Ana “a secas” con su monólogo, mientras que Nevenka nos lleva, como ella misma dice: “Por esas letras de cortarse las venas”, pero no son para cortárselas, son para dejarse llevar por la dulzura de su voz, las notas de su guitarra y convertir la sala en un rinconcito íntimo con mucho amor.
Y como la noche da para mucho, el punto guerrero de música lo dan el grupo Gatito, ese par de chicas de pelos rizados, buen rollo y buen ritmo que nos deja un buen sabor de boca.
Precisamente nos quedamos con la letra de una de sus canciones:
“El que no quepa que vaya abriendo puertas”
Desde el equipo de MíraLES intentamos crear un espacio que tenga cabida para todas, si no cabemos seguiremos abriendo puertas. Gracias a todas vosotras, a las que participasteis en nuestro festival, a las que no pudisteis venir, a las que nos seguís incondicionales a través de la página y a todas aquellas que aún no nos conocen. Gracias por hacernos un hueco en vuestras vidas.
El domingo lo dedicamos a la diversidad familiar. Celebramos el aniversario de la revista Oveja Rosa con una jornada para las familias homoparentales.
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Texto: Chus Losada
Fotografía: Lydia Sánchez
www.lydiasanchezphotography.wordpress.com