Brutal agresión de un hombre a una mujer después de decir “no me interesan los hombres, soy lesbiana”

No por ser lesbianas, y por formar parejas con otras mujeres, estamos exentas de sufrir machismo. Sin duda es una lacra que nos alcanza a todas. 

El machismo y la homofobia son un matrimonio peligroso. En realidad el machista y el homófobo aman a las lesbianas. Pero solo cuando éstas son un producto para su disfrute. Las lesbianas que salen en las películas pornográficas, las que en la publicidad parecen tan dispuestas a aceptar la “compañía de un hombre”.

Pero cuando una lesbiana es una “lesbiana real”, como tú y como yo, se desata la rabia, la violencia, la homofobia, de estos machistas.

Así lo ha vivido Bailey Cantrell, que la madrugada del sábado, aparcada en una gasolinera de Nashville, Tennessee, tuvo que soportar que un hombre se le acercara numerosas veces a pedirle su número de teléfono. 

La tercera vez ella fue tajante. “No me interesa, soy lesbiana”, le dijo. El machista homófobo seguramente hubiera llevado bien el rechazo si la chica hubiera dicho que tenía novio, porque así son los machistas, respetan a otros hombres, no a las mujeres. 

El hombre se subió al coche de Bailey y comenzó a dar tantas patadas que rompió la luna, ella trató de huir, el la persiguió para pegarle.  Todo quedó grabado por las cámaras en un vídeo que muestra la violencia de su ataque y que ha sido difundido a través de las redes sociales. 

Según la policía de Nashville, el ataque comienza cuando ella responde que no le interesa intercambiar sus números de teléfono porque es lesbiana. En declaraciones a News Channel 5, la joven asegura que se trata de un delito de odio por este motivo. 

“Me pidió el número y le dije que no estaba interesada. Volvió a preguntar y repetí lo mismo. Ya en la tercera ocasión le dije lo siento, pero soy lesbiana. Y ahí se volvió extremadamente violento”. 

Ha sido criticada por no huir en lugar de salir del coche, como no, es mujer, va a ser criticada haga lo que haga. Ella se defendió diciendo que estaba paralizada, que no sabía qué hacer, y que tenía un trozo de cristal en la cara. 

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