Tengo cuarenta años y este es un breve resumen de mi vida, aunque podría ser la de cualquiera.
Recuerdo pocas cosas de mi infancia, pero lo que sí recuerdo es que no me gustaban los vestidos, que jugaba con los juguetes de mi hermano mayor y que tenía hacia él una profunda envidia por qué él: era y chico, y yo no. No sé, lo mismo eso es un proceso normal de la infancia, algo que le pasa a todo el mundo…
También recuerdo que quería ser monja de claustro, soñaba con estar en un lugar donde no hubiese nadie, sólo mi Dios y yo y quedarme ahí para siempre. A lo mejor eso también es un proceso normal de la infancia, especialmente siendo de un país tan profundamente católico como el de donde vengo…
No sé cómo empezó todo, ni cuándo… Sólo sé que en algún momento entre mi niñez y mi preadolescencia, mi abuelo creó un horrible juego sexual que consistía en cambiar sexo por dinero, es decir, que me convertí en una pequeña puta, en su puta, no sé si esto duró meses o años, no tengo conciencia de ello, sólo sé que terminó a los 11 años de edad, cuando nos mudamos de país con mi familia por motivos de trabajo de mi padre. No sé cómo accedí a ello, no sé por qué no pedí ayuda, sólo sé que, muchísimos años después, entendí que eso no pudo ser culpa mía, cómo iba a serlo si sólo era una niña. Esto, jamás en la vida, debería sucederle a nadie en el mundo, porque esto jamás podría entrar en un proceso normal de la vida de ningún ser humano… Pero soy consciente que a muchas niñas les pasa.
Eso marcó mi vida para siempre, ya nada podría ser igual, ya no podría ser el chico que quería ser, nunca más, ni siquiera podía saber si quería ser un chico o una chica, sólo sentía que se me habían privado el derecho a tener una opción. Tuve una adolescencia lamentable, llena sexo, drogas y alcohol, me hacía daño a mi misma, me flagelaba en público y en privado, me imagino que tratando de llamar la atención. Siempre pensaba en el suicidio, quería desaparecer, quería dormirme en un profundo sueño eterno que me alejara del mundo para siempre.
Salía con chicos y me acostaba con ellos, con casi todos, pensaba que era la única manera de estar con un hombre, dándoles lo que ellos querían. Me acosté con tantos chicos que perdí la cuenta, todo el mundo me seguía viendo como una puta, yo no entendía nada. No estuve con chicas, bueno recuerdo acercarme, alguna vez, a alguna amiga, que me rechazaba diciéndome que ellas no eran tan liberales, no sé, me imagino que era otra época, me imagino que, además, el vivir en un país tremendamente hipócrita y religioso, lleno de prejuicios contra lo diferente, hacía que uno se reprimiera a sí mismo. Tuve a mi princesa con 21 años.
He tenido pocas relaciones serias en mi vida, de hecho han sido tres o cuatro, con hombres de los que creía que estaba enamorada. La última de ellas, la más larga, es con mi actual marido, con el que llevaba más de diez años, un hombre mucho más mayor que yo, que con su ternura y comprensión me ganó el corazón, alguien que me escuchó y me ayudó a superar el horrible dolor que sentía mi alma, alguien que me ayudó a encontrarle el sentido a mi vida, alguien que, a pesar de su forma de ser, ha sabido cuidarme y tratarme con mucho cariño.
Hace unos años empecé a tener dudas sobre mi persona, es decir, mi manera de ser, de vestir, siempre de forma masculina, la manera en la que me sentía atraída hacia ciertas mujeres, intenté cambiar todo eso, empecé a comprarme ropa femenina, pero me di cuenta de que me sentía incomodísima, que no me sentía yo, pero me obligaba a usarla, porque, al fin y al cabo, soy una mujer. Después de un tiempo, toda esa ropa terminó en un cajón. Los recuerdos de mi infancia volvieron a mí y empecé a tener dudas sobre si lo que me había sucedido en mi niñez me había cambiado radicalmente, que si no hubiera pasado por lo que pasé, las cosas hubieran sido completamente diferentes.
Cada vez sentía más atracción por las chicas, y ligué con algunas de ellas, creía que era simple curiosidad así que no fui más allá, pero lo que sí sé es que un simple beso me hacía enloquecer… y me hacía dudar, pero me decía a mí misma que no podía ser, que tenía una familia. Esas dudas crecieron con el tiempo, haciéndose cada vez más grandes.
Hace un tiempo conocí a una chica por la que me empecé a sentir atraída, no sé por qué fue ella, no podría explicarlo, sólo sentía que me encantaba. Un día, conversando con ella, me contó que era lesbiana, y para mí fue casi un shock, un montón de sensaciones invadieron mi cuerpo y, de ahí en adelante, cada vez que la veía, me emocionaba. Empezamos a salir juntas, hasta que un día no pude más y la besé. De ahí en adelante fue todo muy rápido, quizás demasiado… Era como si quisiera recuperar el tiempo perdido, estaba en las nubes, estaba flotando, me sentía plena y me sentía feliz, disfrutaba cada segundo con ella, disfrutaba de su cuerpo, de su olor, de su sexo… como si estuviera frente a algo y alguien que hubiese estado esperando toda la vida. Fue una relación de poco más de diez días, me imagino que mi locura y mi situación la asustaron, no puedo ni quiero culparla por ello. Al contrario, tal y como le dije a ella, sólo puedo darle las gracias, desde lo más profundo de mí, por estos días tan maravillosos que me ha regalado, por ayudarme a encontrarme a mi misma y por darme la fuerza para tomar unas de las decisiones más difíciles que he tomado.
He tenido toda mi vida dudas sobre mi orientación sexual, pero, por circunstancias de mi niñez y mi preadolescencia, incluso por otras cosas que han pasado por mi vida no me sentía con la fuerza para dar un paso del que ni siquiera estaba segura. Llevo muchos años pensando en todo esto y hace unos meses decidí dar un vuelco a mi vida, me he enfrentado a la parte más dura, que es parte de mi familia, todavía no a todos. Quien todavía es mi marido (estamos separados) me apoya e intenta echarme una mano para que pueda salir adelante por mi cuenta, ahora mismo se me está siendo muy difícil, como a muchos. Mi princesa… siempre tan linda (es lo más grande que he tenido en mi vida y es por lo que todavía sigo aquí) me ha dicho que si yo era feliz, ella también lo era. También se lo he contado a parte de mi familia más cercana, a amigas y amigos íntimos, todos ellos me apoyan, no se lo he contado a todos porque es muy reciente y voy tomando valor, pero ya no quiero ocultar algo que me hace tan feliz. La chica con la que estuve me dejó un profundo vacío, todavía lo tengo, no se vive todo esto igual sola que con el apoyo de alguien a tu lado, pero no puedo obviar que la mía es una situación complicada y no puedo ni quiero juzgarla… Nos seguimos viendo alguna vez, sólo como amigas.
Creo que lo más importante es decirme a mí misma que nunca es tarde para dar este paso, que no importan los años que uno tenga si la decisión es importante, que lo que debe prevalecer es que ahora estoy redescubriendo la vida y mi cuerpo y quiero disfrutar de todo ello, al fin y al cabo, si no estamos en este mundo para ser felices, ¿pa’ qué coño estamos?
Nota: la autora prefiere no revelar su nombre para mantener su privacidad. Imagen de banco de fotos.
Has tenido una vida muy difícil y a pesar de todo, continúas siendo valiente y honesta contigo misma. Es tiempo que seas felíz. Te deseo que encuentres a la mujer indicada.
Suerte: la necesitaras!!!!
Lamento todo tu dolor y felicito tu valentía, animo que cuando dobles la esquina apropiada tu corazón entero dará saltos de alegría por encontrar al amor de tu vida…. Un abrazo guapa!!!
Me siento un poco identificada con tu historia, teniendo en cuenta que tengo casi la misma edad y siento que ya no puedo lidiar con esto… no he tenido experiencias pero se que con hombres nunca me he sentido a gusto. Tengo un poco de temor al hablar con gente cercana y ya no se cuanto mas aguantar para explicar lo que siento.
Hola Elena !
Hola;
le escribo desde Brasil. Bueno, su historia de vida, en la ninez, más precisamente, es muy parecida con la mia. Siempre he tenido las mismas dudas que usted, por lo que he vivido,pero cuando me compreendi mejor, mi verdadeiro yo, vi que merecia ser feliz siendo quién soy; lesbiana.
Le admiro por su coraje y por su determinación en luchar, por su felicidade.
Le desejo muchas alegrías y grandes hechos, siempre, en su vida.
Me ha gustado leer el artículo. Tango cuarenta y algo y después de haber pasado toda mi vida hetero, con dos hijas y divorciada, al ver la serie L word, algo se despertó en mi, me doy cuenta de que tambiėn siento atracción por las mujeres y q es posible que haya reprimido esas emociones y x eso no era consciente. Cuando tenía 14 años lo dudé perk luego me empezaron a gustar chicos y pasé de ello. Siempre he disfrutado del sexo con los hombres pero mi verdad actual es que desde que vi the l word, ya no he parado de ver peliculas, series y libros de esta tematica y ya no me veo con un hombre. Pero claro estoy hecha in verdadero lío porque a estas alturas de mi vida ¡No sė ni cómo empezar!. Ale ¡ya he soltado.todo el rollo! Pies eso, que gracias x el artículo y a ti x leerme!
Hola, nunca es tarde para darse cuenta que estabas en una vida que no era la tuya, yo salí del armario a los 32 años, estuve casada y tengo 2 hijos, pero no era lo mio, quiero a mis hijos y todo, pero no es la vida que quería vivir, de hetero!!!, tuve una relación de 9 años con una mujer mas joven que yo y bueno no resultó, nos separamos…hace más de un año conocí a la mujer de mi vida, es maravillosa y soy feliz a su lado, espero estar con ella hasta viejitas, te doy el animo y date las fuerzas y ganas para ser y vivir lo que realmente eres, tengo 43 años y no me arrepiento de nada de esto, al contrario, estoy orgullosa de lo soy y lo que tengo a mi lado…se feliz, sólo eso…porque después de esta vida no hay otra, saludos y cariños…y gracias por leerme!!! 🙂
Hola. Tengo 46 y siempre supe que había algo diferente en mí. He reprimido mucho mis sentimientos, mis actitudes, mis gustos, por la sociedad, el miedo y la vergüenza. Estoy en el proceso de aceptarme, es muy difícil, mas aun cuando no he pedido ayuda ni he contado a nadie acerca de mi orientación. Aún no he tenido mi primera experiencia sexual, la anhelo. Espero llegue la persona indicada, ya me toca ser feliz. Gracias.
Wowww… qué historia! Soy venezolana de 44 años,, 24 años casada y dos hijos varones. Nunca pensé pasar por esto, pero lo viví. Mi esposo ha sido el único hombre de mi vida, hasta que conocí a una chica en la universidad, ella 31 años, yo 35 para ese entonces. Empezamos a ser amigas, ella un poco masculina, yo muy femenina. Teniamos un apego que no tenia nombre, hasta que me di cuenta que no resistia su mirada, yo me arreglaba para ella, todo esto pasaba sin darme cuenta de lo que me estaba pasando, yo amaba a mi esposo, pero de repente sentía una fuerte atracción por ella… hasta que le insinué algo de lo que me pasaba, sin esperar nada, solamente quería comentarselo, sin embargo ella me dijo que sentia lo mismo y queria vivirlo. Ambas sin experiencia. Comenzamos a vivirlo… fue como una luna de miel hasta casi 6 años, luego de este tiempo las cosas empezaron a cambiar, ella super celosa… sus celos fueron calando y deteriorando todo lo hermoso que existía entre las dos. Hoy por hoy sigo casada, todo por mis hijos, además, no es mal hombre. Ella es mi amiga ahora. Definitivamente me gustan las mujeres, no tan femeninas y tampoco tan masculinas, pero no puedo evitar sentirme atraída por ellas. Besos mágicos, piel suave y dulce olor y mucha picardía…. eso somos!