En el artículo anterior, “Mi novia me ha sido infiel, ¿ahora qué“, planteábamos algunas preguntas que debemos hacernos cuando descubrimos una infidelidad. Es cierto que el dolor a veces no nos deja solucionar lo que nos ha traído hasta esta situación, pero va a ser necesario hacer de tripas corazón y si queremos, empezar a hablar para ver si podemos arreglarlo o si por el contrario, debemos decir adiós a la que creíamos que iba a ser la mujer de nuestra vida…
Soluciones para superar una infidelidad.
Vamos a enfocarlo desde los dos roles para que cada una pueda trabajar su parte. Ambos son papeles difíciles y las emociones que se sienten son muy diferentes, por eso es mejor que lo dividamos en dos.
Si eres quien ha sido infiel:
Sobretodo la emoción predominante va a ser la culpa.
La culpa es una emoción que nos indica que hay un daño que debe ser reparado, de ahí que haya después muchas conductas “compensatorias” y por lo que la gente se destapa y se descubre; su comportamiento cambia. No actúes así, esas compensaciones no son más que un recordatorio para ella de lo que has hecho. Muestra todo tu arrepentimiento, discúlpate infinitamente y no intentes que ella te redima con su perdón para tú encontrar alivio y paz. Hazte responsable del dolor que has generado, no es algo que se olvide tan fácilmente.
Si crees que ha sido una historia sin importancia intenta salvar la relación. Te recomiendo que vayas poco a poco ganándote de nuevo su confianza, es importante que ella tenga claro que ha sido algo puntual y hacer mucho hincapié en que eso no ha cambiado tus sentimientos hacia ella.
Una vez hecho todo esto, ella debería perdonarte, (si es capaz), para continuar contigo. No aceptes tampoco ningún tipo de maltrato, no aceptes que te trate como a un trapo, si no se generará una relación asimétrica. Y ten paciencia, la palabra clave aquí es: tiempo.
Si eres quien ha sido traicionada:
Te van a acompañar dos emociones muy duras que irán alternándose: ira y tristeza.
Vas a sentir rabia por que tus derechos han sido vulnerados y esta emoción trata de protegernos de futuras injusticias. Es totalmente normal, te recomiendo que muestres tu enfado y que le digas a tu chica todo lo que le tengas que decir. Eso también le dará una muestra de cuan de profundo es lo que sientes por ella y lo que te importa la relación. Intenta después ya no cebarte ni quedarte en bucle, no te va a servir de nada estar eternamente enfadada, tendrás que buscar la compasión y la generosidad que hay en ti si quieres seguir con ella. Pregúntale todo lo que quieras saber y cuando hayáis hablado todo lo que tengáis que hablar, cierra este capítulo.
La tristeza vendrá posteriormente sobretodo, aunque puede que se alterne con la rabia. Va a romperse ese hechizo que había en el que pensabas que “ella nunca te haría daño”. Pero si te sirve de ayuda, todos nos equivocamos, todos, sin excepción. Y nuestras novias también. Nadie es perfecto ni si quiera, ella, ni siquiera la mujer de tus sueños.
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Raquel Moya, Psicóloga LGTB
¿Y Psi hablamos?