Benedetta ha sembrado muchísima polémica desde su estreno en Cannes. Teniendo en cuenta que narra la historia real de una monja lesbiana que usaba una estatua tallada de la virgen como dildo, no nos cabe duda de que su director, el siempre indecente Paul Verhoever, ya sabía que así sería.
Verhoever, a sus 83 años, ha dejado instantáneas imborrables en la retina de todos nosotros con películas como Robocop, Showgirls o Instinto Básico. El libro se basa en la biografía de Benedetta Carlini, escrita por la historiadora Judith C.Brown. Era una monja de familia bien que vivió en la Italia de los siglos XVI y XVII, en la ciudad toscana de Pescia y que llegó a ser abadesa del convento y a jugarse el tipo ante los tribunales eclesiásticos de la época por sus relaciones lésbicas.
Lee también Retrato de una mujer en llamas, el éxito lésbico de Celine Sciamma
A nosotras nos ha gustado, pero también hay que tener en cuenta que conocemos el original hacer de su director. La película no está exenta de violencia, muchas veces exagerada y gratuita, (un Tarantino un poco desvirtuado) y de agresiones sexuales (una de las obsesiones del director) pero teniendo esto en cuenta, el film cuenta con una atmósfera de realismo mágico y de erotismo prohibido que resulta bastante hipnótica.
Las actrices lo bordan, el contexto de la peste resulta muy interesante, y las escenas de sexo entre las dos mujeres, sorprendentemente, no están nada mal.
Amplia tu lectura con Benedetta Carlini, la monja lesbiana del siglo XVII
Una película rara, irreverente, y recomendable, ya solo por su originalidad.