Cuando ser lesbiana es una enfermedad mortal

Los jardines de Shahrzad, de Vida

Los jardines de Shahrzad es una novela escrita por Vida, un pseudónimo que protege a la autora de unas leyes que podrían llegar a matarla si fuese descubierta. Así lo explica el libro al principio, en una nota de la editora que dice así: La verdadera autoría de este libro no puede ser revelada ya que pondría en peligro la vida de quien se ha atrevido a denunciar la situación de las lesbianas en Irán. […]

Y es que, como bien anuncia el Prólogo, “Ser soltera en Irán es una enfermedad mental. Ser homosexual en Irán es una enfermedad mortal”. En un escenario socio-político de este calibre, las explicaciones de “por qué un pseudónimo” sobran.

Una lengua con la ventaja de carecer de género gramatical (que ya la quisiera yo para el español) y, sin embargo, unos usuarios tan crueles, fríos y devastadores.

En Irán no se habla nunca del amor entre mujeres: a las lesbianas solo se las cita en el código penal. La Sharia (ley islámica en vigor basada en el Corán) contempla castigos tan radicales como el ahorcamiento, la lapidación, la decapitación, el corte en dos con una espada, la quema en la hoguera, el lanzamiento desde un precipicio…La homosexualidad está prohibida en 26 países islámicos y en una decena de ellos existe la pena de muerte para quien ose tener relaciones “libidinosas” con otras personas de su mismo sexo. Qué, ¿aún les quedan ganas de enamorarse? ¿O más bien sienten ganas de salir corriendo y de meterse dentro del armario? A mí me produce rabia, dolor, impotencia…y cuando junto todo ello en un mismo cóctel, el resultado es una fuerza arrolladora desde las mismas entrañas que me impulsa a seguir luchando con mayor firmeza y con más fuerzas por nuestros derechos: como mujer y como lesbiana.

Sus páginas nos llaman a la meditación y nos plantea reflexiones como ésta:

El problema en Irán no es el amor entre personas del mismo sexo, el problema es el amor y punto. El amor es un tabú más fuerte que la sexualidad. […] Hoy, en Irán, y en la cultura islámica en general, falta la dimensión de la ternura, de los sentimientos. No hay correlación entre afectividad y sexualidad.

¿Es ese el origen de las atrocidades que se cometen contra la comunidad LGTB en los países islámicos? Podría ser, pero, ¿por dónde empezar a combatir una situación así?

Los jardines de Shahrzad narra la historia de una joven lesbiana de origen iraní que vive desde hace años en Italia y que vuelve a su país natal con la excusa de recabar información para su tesis. Shahrzad hace un viaje al pasado y se enfrenta a sus recuerdos, a los personajes de su infancia y juventud,  y al reencuentro con su primer amor.

Estamos ante una denuncia directa a la situación que las personas LGTB sufren en Irán. El libro nos ofrece una amplia información acerca de blogs de gays, lesbianas, transexuales y bisexuales iraníes, así como de la legislación que los amenaza las 24 horas del día. Es una novela fácil de leer. Incluso un must, me atrevería a decir. En algún momento de nuestro camino deberíamos acercarnos a esta minoría dentro de nuestra propia minoría y solidarizarnos con ella. De aquí en adelante, a quien me pregunte por qué tanta lucha constante, le regalaré el libro. No creo que exista nadie en este mundo que, después de leerlo, se siga cuestionando el porqué de nuestro activismo radical. Hasta que no dejen de morir personas por su condición sexual, seguiremos luchando con uñas y dientes.

Aviso que no estamos ante un ensayo, sino ante una pequeña novela basada en hechos reales que te acerca de primera mano a un mundo estremecedor, cruel, aterrador. Y te aporta datos, testimonios y fuentes para seguir indagando.

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2 comentarios en “Cuando ser lesbiana es una enfermedad mortal”

  1. Es difícil entender por qué tanto odio… es la forma que adquiere el desconocimiento y el miedo. Hay mucho que hacer en la sociedad y más en estos paises en los que los derechos humanos no existen en pro de la religión que todo lo enloda en vez de ser un rayo de esperanza.

    1. Así es… el miedo genera mucha intolerancia y, lamentablemente, mucha violencia. Podemos cambiar la historia y podemos cambiar el mundo, ese es el pincipio motivador de MiraLES, pero se requiere de esfuerzo, paciencia y mucha visión.

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