Diario de una adolescente: Y por fin mi madre dijo: “Qué guay, rollo bollo”

Hasta hace poco, y cuando digo poco, me refiero a dos o tres semanas, mi madre era incapaz de aceptar que soy lesbiana. Estaba a la espera de que algún día me sintiera atraída por un hombre, de alguna mirada, algún comentario que pudiera incitar a eso. Parecía capaz de aceptar que pudiera ser bisexual, pero no lesbiana.

Cuando salí del armario para ella, a los catorce años, le dije que tenía novia, que suponía que era bisexual.

– No es verdad, tú te echas novia porque te gusta llamar la atención.

Al poco tiempo pareció arrepentirse de haberlo dicho y me trató como si nada, simplemente me dijo que, ya que las relaciones a esa edad no duran mucho, no lo dijera a nadie, que decirlo solo me traería problemas, que la gente aún no estaba preparada para entenderlo.

www.mirales.es

-Mira, a lo mejor los chicos con los que quieras estar en un futuro te rechazarán por haber estado antes con una chica, si lo saben.

Cuando Aurora y yo lo dejamos aguanté, por supuesto, todo tipo de comentarios.

– Lo ves, por un par de meses podrías haberlo ocultado.

No son un par de meses, es mi propia identidad y forma de vida para siempre, argumentaba yo inútilmente.

– Quizás no te vuelva a gustar nunca otra chica, y te has creado problemas sin motivo.

Ya me han gustado otras chicas, pensaba yo, sin decirlo en alto, por supuesto.

Casi un año después de eso, me declaré lesbiana, y así se lo dije cuando me lo preguntó. Desde entonces, he tenido que enfrentarme a toda clase de argumentos, a cada cual más estúpido.

– Si cuando tenías diez años tenías un novio, por algo sería, algo te debería gustar…

-Sí, claro, mamá, tenía un novio al que solo veía en el cole y diría que únicamente íbamos de la mano, pero la verdad es que ni eso…

Pero lo mejor –o lo peor- era cuando empezaba a sacarme fotos de modelos con el torso desnudo, tapándoles la cara, y preguntándome si de verdad no me gustaban. Y yo respondía: “No”. Y ella replicaba: “¿Por qué?, si a mí me encantan”. Lo que en todo caso me repitió una y otra vez es que no cerrara esa puerta.

No sé qué ha podido causar el cambio ahora, pero estoy más que contenta al respecto. Por fin, tras poco menos de dos años, lo lleva con naturalidad e incluso bromea al respecto de una manera sana. Creo que es porque desde que me he iniciado en el activismo LGTB, según ella, se me ve más feliz, como si hubiera encontrado mi lugar en el mundo. Y puede que no le falte razón. Se ha volcado mucho en la causa, bueno, más de lo que me esperaba, incluso encontró unos folletos que tenía sobre diversidad afectivo-sexual y me propuso tomar algunos para mi hermano y mi prima pequeña.

Resulta que hasta ella misma es quien me ha sacado del armario ante sus amigas y sus hermanas; así que mi abuela es ahora la única persona de mi familia materna que no lo sabe, ya que de mis primas ya me encargué yo.

Por fin, hace unos días estaba viendo la película de Frida, y cuando se acercaba la escena del beso entre la protagonista y otra chica, mi madre pasaba por mi lado y me murmuró “Uuy, esta escena te va a gustar”. Más tarde, cuando estaba leyendo en mi cama, se acercó y se fijó en una de las varias fotos que tengo en la pared de mi habitación, en la que salen dos chicas medio desnudas a punto de besarse, y gritó: “¡Qué guay, rollo bollo, rollo bollo!”.

Conclusión; la manera de que alguien que te quiere te acepte, es mostrarte feliz con lo que haces y como eres, eso es lo que creo ahora.

Comparte este artículo

4 comentarios en “Diario de una adolescente: Y por fin mi madre dijo: “Qué guay, rollo bollo””

  1. Que puntazo tu madre marina! me he reído bastante xD. Por lo menos lo importante es que te quedas con estas cosas buenas. un besito (erika)

  2. Mi madre tuvo una reacción similar. Al comienzo parecía que me odiaba y odiaba todo lo relacionado con el lesbianismo, ahora adora a mi novia y hace unos años vino con nosotras al Orgullo Gay.
    Buena historia!

  3. ¡Hola a todas!

    Bonita historia. Yo quisiera opinar que muchas veces l@s p/madres se sienten mal al saber que su hij@ no es hetero porque saben que en cierto modo eso les supondrá sufrimiento y lo menos que deseas es que un ser querido sufra. Por ello es posible que traten de negarse a la evidencia y actúen a veces en un principio como la mamá de Marina, pero más adelante lo ideal es que apoyen a es@ hij@ ya que de lo contrario, el sufrimiento será intenso…, para tod@s…

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio