Dos chicas se besaban tranquilamente por las calles de Barcelona cuando dos hombres (de un grupo de cinco) comenzaron a insultarlas y hasta agredirlas físicamente “por lesbianas”. Ellas fueron valientes, denunciaron y hoy, dos años y medio después, al fin tienen una sentencia: seis meses de cárcel y una indemnización.
La Audiencia de Barcelona ha decidido ratificar la sentencia que ya impuso un juzgado de lo penal de Barcelona a los agresores de la pareja que se besaba en una cafetería sin molestar a nadie. La sentencia, que es recurrible al Tribunal Supremo, considera que es “evidente que se trató de un delito de odio por prejuicios de género”.
Ninguna de las chicas se imaginaba que aquel octubre de 2016, en aquella tranquila cafetería en la esquina de la Vía Laietana con la Plaza Urquinaona, sucederían los hechos surrealistas que tuvieron que presenciar. Ambos les enseñaros los testículos y uno le pegó un puñetazo a una de las chicas. Esto ocurrió después de que tanto ellos como otras personas que no han sido identificadas les gritasen”Oye, no podéis besaros en público”.
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La Audiencia de Barcelona dice en su sentencia que la declaración de una de las víctimas no tuvo ningún tipo de contradicción y que fue firme y seria y que gracias a que salió corriendo detrás de uno de los agresores y le retuvo hasta que llegó la policía fue posible detenerle.
La sentencia asegura que ambos acusados fueron “guiados por su animadversión a su orientación sexual y con el fin de mofarse de ellas y humillarlas” y que el asunto de los testículos fue “a modo de mofa y provocación machista” y que “obraron movidos por la intención de discriminarlas y por tal motivo las sometieron a un trato humillante y vejatorio que lesionó su dignidad”.
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Los jueces han querido resaltar que era, claramente, algo que intentaba humillarlas pues según consta en la sentencia “es evidente que las acciones descritas eran objetivamente humillantes y entrañaban un menosprecio hacia la orientación sexual de las destinatarias. Téngase en cuenta que se trata de hechos ocurridos tanto en la vía pública como en el interior del establecimiento, en presencia de clientes y viandantes y que, además, los dos acusados formaban parte de un grupo de al menos unas cinco personas, que presenciaron lo sucedido con regocijo”.
Ante este tipo de situaciones tenemos que ser valientes, no callarnos, denunciar los hechos y agradecer, hoy más que nunca, que en España no ha ganado la ultraderecha, que no han conseguido sus planes de gobernar este país a base de miedo y represión como no se vivía desde hace más de 40 años. Así que, amigas, sigamos besándonos en las calles, en los bares, en las bodas y en todos aquellos sitios donde nos parezca oportuno. Porque el amor solo es amor y quien no quiera verlo tiene un problema: la justicia.