@MJ_MiraLES
No, no hay caso. A mi madre no le gusta la palabra “lesbiana”. A pesar de lo muy lesbiana que yo, su primogénita, puedo ser.
La heterosexualidad no es nuestro primer desencuentro. Comenzamos hace 32 años cuando accidentalmente se embarazó de mí en su último año de colegio. Consecuencias excesivas: escándalo social, no poder ir a la universidad, casarse con un adolescente al que poco conocía, buscar un trabajo, cuidar a una niña…
El tiempo fue acrecentando las discordias. Ella es rubia, yo morena. Ella habla poco. Yo hablo demasiado. Ella es discreta, yo llevo pancartas en las manifestaciones. Ella nunca quiere quedar mal, yo digo lo que pienso. Ella es fiel y leal, yo voy aprendiendo. Ella siempre combina los colores, yo lo intento.
Ser madre no es fácil. Ser hija tampoco.
A mi madre no le gusta la palabra “lesbiana”. Por ella ha sentido vergüenza, miedo, culpa, rabia, tristeza. A mí sí me gusta. Por esa palabra he tenido alegría, amor, libertad, felicidad, deseo.
Desencuentro. Dícese de cuando una madre espera que su hija sea “normal”, que sea feliz y se realice dentro de los parámetros de lo socialmente aceptado y valorado. Una chica de bien, sana, heterosexual, responsable, pudorosa, amante y cuidadora de su familia.
Desencuentro. Dícese de cuando una hija quiere ser aceptada y querida incluso desde la “anormalidad”.
A mi madre no le gusta la palabra “lesbiana” pero, curiosamente, en nuestra historia de desencuentros, fue justamente la que nos encontró.
¿Qué le duele a una madre cuando su hija es lesbiana? Pensar que la van a discriminar, que le será más difícil tener hijos, que la sociedad no está preparada, la diferencia, el qué dirán. Insisto, no es fácil ser madre. Pero es que en este contexto tampoco es fácil ser hija. Arriesgarse a decepcionar, a ser menos querida, a no cumplir las expectativas.
Fue un proceso. Un proceso que tuvo armas, trincheras y heridas, como en una guerra. Y también tuvo un momento de paz y de aceptación. Ella, aceptar que no podrá cambiarme. Yo, aceptar sus tiempos. La observación. Ella, el verme feliz, verme enamorada, con el corazón roto, verme sufrir, verme levantarme, verme continuar, verme crecer y volver a empezar. Tan sólo verme vivir.
Mi lesbianismo ha sido una prueba para mi madre y para mí. Hace unos días, a raíz de la campaña del día de la Visibilidad lésbica de MíraLES, mi madre escribió el siguiente comentario:
Un beso muy grande a mi hija María Jesús de su mamá, la cual está muy orgullosa de todo lo que ha logrado en España, en especial por su revista MíraLES, y para que siga ayudando y defendiendo los derechos de la comunidad lésbica, lo estás haciendo genial, te amo mucho. Un gran abrazo desde Chile.
Desencuentros. A veces se combinan con amor y empiezan a ser encuentros, lazos fuertes. Mi madre dice que está orgullosa de mí. Supongo que ella no imagina lo orgullosa que estoy yo de ella.
A Paula, mi madre.
Y a las madres de lesbianas que aún no bajan las armas
Jo, me has hecho llorar, no de pena sino por la verdad y lo bonito y ejemplar de tus palabras y del gesto de tu madre.
Muchas felicidades por ese maravilloso encuentro.
Muchas gracias Virgina. Un beso!
“Arriesgarse a decepcionar, a ser menos querida, a no cumplir las expectativas….” Has puesto palabras a lo que siento, pero clavadas. Me pueden y sigo en silencio…
Animate. Al final siempre acaba bien 😉
Estoy de acuerdo contigo, es una de las experiencias mas increíbles k he tenido. sientes que nada va a salir bien y luego te sientes libre, sientes que puedes volar(la adrenalina contribuye).
Precioso. Y felicidades por el mensaje que te dejó tu madre. Seguro que lo que te hizo sentir fue muy grande y bonito.
Así es Rosa, sus palabras fueron una nueva etapa para mi..
Hola María Jesús.
He leído tu preciosa, sincera, emotiva y profunda, a la vez que divertida, editorial y tengo que decirte que desde este momento soy súper fan de Paula…¡menuda mujer!.
Beso grande.
Maravilloso y emocionante el artículo dedicado a tu “momi”.
Todavía guardo los lindos poemas que escribias siendo una niña con ese sentimiento que afloraba por tu piel…. siempre fuistes en ayuda de los que necesitaban una palabra de apoyo o simplemente el que estuvieras ahí para ellos… sigue en tu lucha para ayudar a todas esas mujeres que se sienten discriminadas, solas o con temor…. tus palabras las acompañan y las hace ser fuerte. Te amo mucho hija.
Yo también te amo momi…
Hermoso
Ha sido hermoso y verdaderamente emotivo, leer este articulo.
No puedo ni imaginar lo difícil que puede ser para una madre aceptar algo tan grande que no solo mueve sus esquemas, si no su propia vida; la mía, se lo ha tomado bastante bien y no he parado de agradecerle su apertura y por sobre todo su amor.
Tu mamá, es una gran persona que ha podido avanzar, a pesar de los tropiezos y evidentes discrepancias a tu lado. Muchas felicidades para ti y tu querida madre. Muchas gracias por tus palabras.
Muchas gracias por las tuyas 🙂
A mi tampoco me gusta la palabra lesbiana, prefiero decir que soy mujer y que me gustan las mujeres. Ser madre de lesbiana y ser hija, tal como dice MJ no es fácil. Desde que tengo razón, siempre me han gustado las mujeres. En el 2010 me sacaron del clóset y la verdad es que de cierta manera agradezco tal impulso aunque no estaba preparada. Tenía miedo, todos esos miedos de no cumplir con las expectativas que siempre las madres fijan en sus hijos, miedo al rechazo de los que te rodean, miedo a la discriminación. Miedo es lo que me bloqueaba. Aquel día que mis padres me preguntaron, no lo dudé. Era el momento, no estaba preparada, pero ese secreto, ese algo que siempre había estado y que me hacía ser distinta a las otras niñas, siempre va a ser parte de mi. En ese momento salió un SI de mi boca y me sentí más tranquila. Quizás ahora mi madre entiende muchas cosas.
Mi madre es incondicional y la amo. Si pudiera retroceder, le habría contado mucho antes.
Saludos y gracias MJ por tocar mi fibra.
Gracias a ti por compartir tu historia 🙂 Un abrazo
Chapó.
Un escrito muy hermoso y emotivo. Felicidades!
Precioso artículo
:,)
Hermoso :’)
Precioso
Qué bonito!
Me encanta es muy emotivo, muy real y una esperanza a muchas hijas de madres que no aceptan la palabra lesbiana en la vida de sus hijas pues creo que este artículo lleva un cachito de todas nosotras y todas nuestras madres.
Quizás no sea tanto por ella como cuanto sufren las madres con tanto cerebros mosquitos o sapos.
Hola, felicitarte por tu articulo, es sublime, emociona, y nos recuerda a todas, que ellas tienen su proceso, mi madre, me dijo, cuando se lo dije, que ella ya lo sabia, y se echó a llorar, sé que no le gusta la palabra lesbiana, pero me quiere con toda su alma, y sé que se esfuerza, acepta a mi pareja con total normalidad, y el resto lo explicas a la perfección en tu articulo.
Felicitarte por la revista, me encanta ¡¡¡ y por todos tus articulos, porque siempre aciertas con lo que pienso. Me encantaria conocerte, soy fan total, jaja
Muchas gracias Mari!
Te esperamos en alguno de nuestros eventos. Un abrazo! MJ
Decepcionar, no cumplir las expectativas, o simplemente ver a tu madre llorar o triste por ti, son los miedos que hacen retroceder la valentía de hablar… Pero también es cierto, que no hay plazo que no se cumpla, al final afloran por los poros toda tu angustia de querer hablar. El hecho de sentirte viviendo una doble vida, por cumplir con las reglas sociales y exponer a tus padres a una vergüenza social, termina reprimiéndote y escapando una y otra vez, con la escusa de “viajar a otros países a Perfeccionarte profesionalmente”, donde un país que no es el tuyo es el único lugar donde te sientes cómoda,tranquila, siendo por fin Tu y disfrutando de la vida, aunque en el fondo, te mueres por ser TU misma en tu propio país…
Creo que mis “viajes de perfección Profesional” han llegado a su termino, y aunque me quedan pocos meses para volver, España me entregó lo que necesitaba, el último empujón de confianza, para volver y decir: “Madre Querida, Querido Padre: soy gay, torta, Lesbiana,lela.. da igual el apelativo, SOY YO, FELIZ y LIBRE DE DECIR Y SENTIR POR FIN”
Gracias Jesu por el empujón y gracias Paula por dar la señal que necesitaba…
Gracias a ti por tu fuerza y palabras!! Un besito
😉
Muy emotivo tu artículo, felicidades.. yo tengo un hija y apenas hace 3 años tengo una relacion homosexual, yo sabia que a mi mama le llevaria tiempo y tener un proceso, se acaba de enterar mi mama y nunca me imagine que me diria q se averguenza d mi, me dijo q no merecia yo tener a mi hija, me dolio mucho lo q me dijo, han pasado 15 dias y no eh visto a mi mama, no quiero q me vuelva a ofender.
Buah, q pedazo de artículo. Ante todo, muy humano. Enhorabuena a las dos 😉
eres lesbiana…bonita y ojala pudiera yo conocerte..y con una sonrisa k ilumina…
Touché!
Perfectamente bello.
Gracias
Que lindo! Que grosa tu mamá y que grosa tu!
Me ha gustado tu artículo. Con tu permiso lo colgaré en mi página del Facebook… “Ni brujas ni cenicientas”. En ella intento reivindicar la igualdad en particular y el feminismo en general.
¡Salud y alegrías!
genial artículo. felicidades a la madre y a la hija
This will likely have its as well as cons cons like virtually
new invention that come to exist. Remember:
do not take leaky as well aging caulk as a given.
Precioso artículo. Mi madre lo leyó, y creo que ambas nos sentimos identificadas en nuestras posturas, y comprendimos un poco mejor la una a la otra.
Cuántos desencuentros vividos. Cuánta unión nos ha generado.
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Artículos que te identifica, y a la vez reconfortan por ver que no eres la única hija, con la única madre que pasó por su momento de desencuentro, y hubo que luchar por hacer ver que su hija era la misma persona, bueno, mejor y más feliz.
Al final todo se soluciona, y cada madre lo acepta a su manera, a la mía le gusta llamar amigas a las parejas que he tenido (no le falta razón…son amigas y novias), y espera nietos, que en unos años le daré de un modo u otro.
Gran revista.
Precioso artículo, enhorabuena. Hay que comprender a nuestras familias y los tiempos de cada persona para asimilar las cosas, son diferentes. Nada les fue fácil, son de una generación que fue muy reprimida(mis padres son de finales de los 40 principios de los 50), donde todo era tabú, apenas les dejaban moverse en sus propias vidas. Y la vida evoluciona muy rápido. Yo también estoy orgullosa de ellos, tuvieron su tiempo de asimilación y mi respeto mientras tanto. Ellos son nuestros maestros, pero también nosotros los hijos lo somos de los padres. Nuestras generación y nuestras circunstancias los han ayudado a ser más tolerantes y comprensivos, y les hemos abierto esa mente que no dejaban volar en sus tiempos, con tanta prohibición y tanto no.
Ahora que soy madre, veo los dos lados y los comprendo mucho mejor, y mis hijas cada día, me dan lecciones de vida, a pesar de su corta edad 😉
un saludo a todas
Uf… hermoso! 🙂
excelente artículo. realmente nos ha emocionado a mi pareja y a mi!!!gracias SALUDOS