Las mujeres menstruamos con la luna. La mayoría de los ciclos menstruales comienzan con luna nueva o con luna llena. Si el ciclo se desajusta, el cuerpo se encargará de adelantar o retrasar unos días nuestras menstruaciones para volver a conectarnos con la luna.
Si se menstrúa con luna llena se ovula con luna nueva. Si se menstrúa con luna nueva se ovula con luna llena. La ovulación que ocurre con la luna nueva es una ovulación más fértil, propicia para concebir o para cualquier otra creación que la mujer desee realizar.
Del mismo modo que la luna influye en la fertilidad de la mujer, las diferentes fases del ciclo lo hacen en nuestra sexualidad. Si dividimos nuestro ciclo menstrual en 4 fases (menstruación, preovulación, ovulación y postovulación) observamos como en cada etapa nuestra energía sexual varía.
Durante la menstruación las mujeres sentimos una fuerte necesidad de mirar para adentro y de estar con nosotras mismas. La masturbación es una buena forma de liberar nuestra energía sexual en estos días, a la vez que sirve para relajar el útero y disminuir así los dolores menstruales. En esta etapa las mujeres nos volvemos románticas, sentimos un amor casi espiritual; por ese motivo necesitamos sexo tranquilo, lleno de caricias y mimos. Buscaremos más el amor y nos importará menos el placer y exigiremos comprensión de nuestra pareja.
Durante la semana preovulatoria las mujeres renovamos nuestra energía y nuestro entusiasmo. El cuerpo recupera su vitalidad después de la menstruación, por eso en esta etapa nos volvemos más sensuales, más dinámicas y nos apetece divertirnos. Nos volvemos entonces más activas y atrevidas, fuertes y dinámicas y de la misma forma se vuelve nuestro sexo: nos gusta dominar, llevar las riendas y disfrutar mucho.
Cuando llega la fase ovulatoria estamos en el momento potencialmente más fértil de nuestro ciclo. Somos creadoras no sólo de vida sino de todo lo que nos propongamos. Las energías dinámicas de la etapa preovulatoria se vuelven ahora más abnegadas y protectoras. En esta fase las mujeres somos más responsables, cuidadoras, consejeras y compasivas. Recordad que es nuestra etapa fértil, la que nos da la oportunidad de ser madres y como tal nos comportamos. La relación sexual en estos días nos conecta con la tierra, nos sentimos poderosas, cómplices y compenetradas con nuestra pareja. Con el orgasmo surge la inspiración, la comprensión y hay opción de que se materialice la creación. El orgasmo de la fase ovulatoria puede ser fecundante, no sólo de vida; puede fecundar ideas, proyectos o sueños.
Llegamos a la postovulación o premenstruación, las energías se ralentizan y disminuyen poco a poco. En este periodo nuestra energía sexual se vuelve seductora y nos encanta provocar. Es una sexualidad salvaje, agresiva y un poco vampírica en la que básicamente buscamos satisfacer nuestros propios deseos. Es la etapa del ciclo en la que las mujeres nos volvemos más egoístas e irresponsables.
Y así un mes y otro más, porque las mujeres somos cíclicas y nuestras energías también; igual que la luna con sus fases lunares que nos ayuda a mantenernos conectadas con nuestro ciclo.
Mayte Gómez González
Olé por el texto. Soy una persona muy consciente de las cuatro partes de mi ciclo porque noto mucho esa variabilidad en lo que me apetece hacer, tanto a nivel de mi vida cotidiana y las energías que tengo para cada cosa como a nivel sexual. En mi época de indefinición sobre mi tendencia afectiva he llegado a definirlas incluso como “semanas hetero” y “semanas bollo”…