La compañía de teatro gallega “A Panadaría” ha llevado a escena el primer matrimonio entre dos mujeres en España, ocurrido en 1901 en A Coruña, y el único ¡por la Iglesia!; y lo han hecho con tanto gusto que ha merecido, entre otros, el Premio de Igualdad Luísa Villalta 2017 o el XIV Premio LGBT del Colectivo Alas 2018.
Elisa y Marcela fueron dos maestras que se casaron el 8 de junio de 1901 en la iglesia de San Jorge de A Coruña. Para ello, claro está, una de ellas tuvo que fingir ser un hombre y adoptar una identidad masculina. Elisa tomó por nombre Mario y así logró desposar a Marcela sin que nadie advirtiera el ardid. Sin embargo, poco después fueron descubiertas y los periódicos de toda España y parte de Europa recogieron la noticia con titulares como “Un matrimonio sin hombre” (La Voz de Galicia) o “España, país de locos” (El Heraldo de la Industria). De hecho, las noticias que tenemos sobre este caso vienen dadas por la prensa, como Narciso de Gabriel advierte en su libro Elisa y Marcela. Más allá de los hombres.
«Es que las lesbianas
no son amiguitas,
tienen sexo, muuucho sexo».
(Texto obra Elisa y Marcela)
Esta historia de persecución y prisión que vivieron estas dos mujeres se pierde en Buenos Aires a donde lograron huir juntas en 1902. La compañía A Panadaría, adelantándose a Isabel Coixet que ha anunciado el lanzamiento próximo de una película sobre Elisa y Marcela en Netflix, la llevan por primera vez a escena y crean de este drama una comedia muy lúcida, por medio de la cual pretende reivindicar la necesidad de contar este relato real en este momento en el que las mujeres lesbianas o bisexuales siguen socialmente infrarrepresentadas y en el que la creación de referentes es apremiante.
En la animada entrevista que tuvimos con las actrices, nos confesaban que enfocaron la representación de la obra desde la alegría y el disfrute, intentando desdramatizar las relaciones lésbicas. Huyen de lo lacrimógeno y con escasos elementos escenográficos,esta compañía “artesana” crea un humor sano e instructivo, no en balde han recorrido varios institutos representando la obra, que logra calar en el espectador que sale entusiasmado y con una sonrisa en la cara de la sala.
Al igual que sorprende el uso de la comedia al asistente que se sienta ante el escenario convencido de que va a ser testigo de un drama histórico, también asombra y, al mismo tiempo, atrapa la actualización del tema y los motivos, del todo activos y palpitantes hoy en día. Las referencias son traídas al presente continuamente y hacen reflexionar sobre su pertinencia.
Gracias a la compañía A Panadería, asistimos a la primera boda entre dos mujeres en España, la de Elisa y Marcela, quienes, con todo en contra, no dudaron de su amor y buscaron los medios para ser felices juntas, dándonos así una lección de vida y valentía que habla de cómo el amor siempre vence y de que, cuando se quiere, no hay excusas que valgan.
Celebremos el amor y ¡qué vivan las novias!
por Marián y Patri
@cuando_vuelan_alto