Camilla Cannoni vive desde hace dos años una pesadilla por tener novia
Yo, como lesbiana residente en España a veces miro a mi alrededor y siento que estoy en un oasis. Y sí, ya sé que en nuestro país también se registran delitos de odio y actos lesbófobos que ponen en riesgo nuestro bienestar y a veces nuestra seguridad, pero es que últimamente me quedo profundamente impactada con las noticias que vienen de nuestros países vecinos o muy cercanos, todos europeos.
Hace unos días os contamos de que aquí al lado, en Francia, una chica de 19 años salió del armario y contó a su entorno que se había enamorado y tenía novia. Su padre, al enterarse, condujo 800 kilómetros sin detenerse hasta la universidad de la joven con la intención de matarla. ¡Matarla!
La policía intervino y el lesbófobo fue arrestado. Increíble.
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Polonia está un poquito más lejos, pero es increíble lo que tienen que sufrir las lesbianas (se han declarado zonas libres de LGTB y además se han secuestrado los embriones congelados de mujeres lesbianas para impedirles tener hijos “sin padre”, y ya hablando de las mujeres en general estos días se quiere prohibir el aborto en caso de malformación del bebé, una verdadera tortura.
La noticia de hoy nos llega desde Italia, que no es ningún paraíso para el colectivo LGTB, por ejemplo aún no se ha aprobado el matrimonio igualitario y las lesbianas no pueden ir a clínicas de fertilidad a embarazarse, deben venir a España, por ejemplo.
Camilla Cannoni es la víctima de esta historia. Esta sanitaria de 23 años no solo está trabajando hasta la extenuación en plena crisis del coronavirus en un centro geriátrico, sino que también tiene que soportar el brutal acoso de sus vecinos solo por ser lesbiana.
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Llorando grabó un vídeo en tik tok en el que denuncia su situación. “Cuando eres lesbiana en Italia tus vecinos se comportan así” dice mientras muestra su coche destrozado.
“Esta vez me han roto el espejo, me han pinchado las cuatro ruedas, obligada a aparcar a diez minutos de casa por miedo”, pero “desde hace dos años me llaman cada día “puta, pervertida, decidme qué debo hacer”, sigue contando en el vídeo en el que pide ayuda a las organizaciones LGTB de su país.
Camila grabó el vídeo porque ya no quiere sufrir más en silencio, porque quiere visibilizar el acoso sobre la persona y sus bienes que sufren los homosexuales en Italia.
Camila y su novia viven este acoso y nos parece alucinante. Italia, año 2020. Aquí puedes ver el vídeo que grabó llorando y se ha hecho viral.