Si existiera un Máster sobre cómo ser amiga de tu ex novia, yo podría dictar la cátedra, dada mi vasta experiencia en pasar del amor romántico y sexual a un amor familiar y asexuado completamente.
Jodie Foster tenía mucha razón cuando en una entrevista habló sobre la importancia de las amigas lesbianas. Reconoció que muchas amigas se convierten en familia y los lazos perduran toda la vida, incluso después de haber tenido un breve romance o una larga relación. Esto a raíz de su personaje en la película Nyad, donde interpreta a la mejor amiga y entrenadora de una mujer que hizo historia en el mundo de la natación.
¿Pero cómo saber cuándo es momento de ser amigas?
– No te quieres morir al imaginártela con otra chica
Cuando se acaba una relación es realmente horroroso imaginar que esa chica de la que has estado enamorada -o sigues estando- pueda estar con otra, tanto sexual como emocionalmente. Vamos, que se retuercen hasta los intestinos. Pero si el duelo va haciéndose de una manera sana, llega un momento donde aunque no sea uno de los deseos que pides mientras te comes las uvas en Año Nuevo, no te afecta que tu ex salga con otras o que incluso llegue a enamorarse de otra chica. Quizás te impacta o te escuece ligeramente, sobre todo si tú aún estás frustrada teniendo citas horrorosas en apps de ligoteo. Pero se queda solo en eso y el dolor no va a más.
– Ya no hay sexo
Este punto es importante. Muchas veces terminamos una relación y seguimos acostándonos con nuestra ex sin el compromiso de antes. Y nos sentimos muy modernas y muy libres hasta que la otra se enamora y nos echa de la cama. Esto puede doler en el corazón y el amor propio. Así que es probable que si seguís teniendo sexo, aunque sea ocasional, no sea un buen momento para la amistad.
– Podéis reíros juntas de lo mal o bien que se os están dando las citas
Si un día descubres que tu ex y tú, que os habéis bajado la misma aplicación para ligar, estáis hablando o quedando con la misma chica, y no te da risa, mala señal. Si ya estáis en el momento donde podéis quedar a tomar algo y contaros esa horrible cita donde quedasteis con una chica que en su perfil usaba una foto de 1997, o que os dejaron plantadas, o que dejaron de hablaros cuando descubrieron que no os gustan los gatos ni el senderismo, o todo lo contrario, contaros de una cita maravillosa que acabó en un sexo de escándalo, y nada de esto os hace querer suicidaros, muy bien, vais por buen camino.
– No fantaseas ni sexual ni románticamente
A veces, tras una ruptura, nos aferramos a la idea de que quizás es solo un bache, que quizás con el tiempo todo se arregla, que incluso te vas a volver a enamorar de ella y ella de ti, que la pasión volverá, que ella cambiará todas esas cosas que no te gustan, o que se dará cuenta de que eres el amor de su vida.
Y aunque estas fantasías son normales en una primera etapa, mantenerlas en el tiempo no te hace bien. Así que si empezáis a quedar como amigas porque tienes la secreta esperanza de que en el tiempo separadas ella se haya hecho una lobotomía y de pronto vuelva a enamorarse después de tomar un café y reír juntas, mal, no estás preparada para la amistad.
– Echas de menos la amistad y no el amor
Lo más normal y esperable del mundo es que eches de menos a tu ex. Sobre todo las cosas maravillosas. Y si tienes un poco de introspección puedes darte cuenta de que las cosas que echas de menos son las que pueden seguir haciendo como amigas: viajar, ir al cine, pasear al perro que ahora tenéis en custodia compartida, salir a desayunar a una terraza y a leer, etcétera. Pero que no echáis de menos cosas de vuestra relación: el sexo, las discusiones, los celos, etcétera.
Quizás si vais a envejecer juntas como habíais planeado, pero no como pareja, sino que como amigas. Y esto está muy bien. Al final pocas amigas te conocen tanto como tus ex novias, y créeme cuando te digo que los mejores consejos amorosos te los dan aquellas que conocen tu luz y tu sombra.