Nos encanta tener referentes en el mundo de la política. Así que celebramos la salida del armario de Graça Fonseca, secretaria de Estado de la Modernización Administrativa de Portugal.
En una entrevista al Diario de Noticias ha hablado abiertamente de su lesbianismo, convirtiéndose así en la primera política portuguesa en hacerlo.
“No hay mucha gente que haya afirmado públicamente que es homosexual. Y creo que eso es importante. El hecho de que existan pocos diputados o miembros del Gobierno de un determinado grupo tiene que ver con la manera como yo miro a esas personas, como me relaciono con el otro. Y con la empatía. Si las personas empiezan a mirar a los deportistas, a las personas del cine, a los políticos, sabiendo que son homosexuales, como es mi caso, eso puede hacer que la próxima vez que salga una noticia sobre personas que hayan sido asesinadas por ser homosexuales, piensen en alguien con quien empatizan. Esto es una declaración política”, ha declarado en la entrevista.
Hasta ahora habían salido del armario dos políticos gais, los diputados Miguel Vale de Almeida y Alexandre Quintanilla.
Aunque en Portugal el matrimonio igualitario es legal desde 2010 y la adopción desde 2015, Greça dice que las leyes no son suficientes para cambiar las mentalidades, que por eso se pensó tanto lo de salir del armario, para ella fue una decisión política. “En algunos aspectos Portugal es un país conservador. En la perspectiva de que el cambio no llega de manera fácil. Cambiar algo es siempre extraordinariamente difícil. Siempre nos hemos preguntado ¿qué hay que cambiar antes, la ley o la mentalidad? Y no tengo una respuesta evidente. Sin duda es importante cambiar la ley para cambiar la mentalidad, pero si no cambias la mentalidad, la ley no tendrá impacto”
Y ha concluido con una muy acertada reflexión: “Es indiferente si estoy con un hombre o una mujer. No cambia en nada la forma como hago el presupuesto participativo. La cuestión es ¿por qué es importante? Y para mí no lo es. Pero para mucha gente todavía lo es, y creo que por motivos irracionales, porque en realidad no tiene ninguna importancia. ¿Por qué decirlo entonces? Es una cuestión de identidad, más que de privacidad. Es como decir que soy morena y de ojos verdes. Es lo que se hace con el hecho de ser morena y de ojos verdes lo que es una cuestión de la vida privada. A partir del momento en el que se entienda que a día de hoy aún hay cuestiones de identidad que son causa de acciones violentas y de discriminación y se entiende lo que se puede hacer -abro la puerta porque puede tener un impacto positivo, o la cierro porque no tiene nada que ver conmigo- hay un equilibrio difícil”.
Después de salir del armario, esta política recibió mucho apoyo en las redes sociales. ¡Nos alegramos!