“Gustave Courbet es el pintor de las frutas, de los animales, de las flores y, sobre todo, de la carne —de la carne como supremo enemigo del alma, por supuesto— de la carne fresca que se saborea con todos los sentidos al ser pintada” Carlos Reyero
En la entrega de este mes hablaremos de Gustave Courbet, pintor francés y máximo representante del realismo que seguro conoceréis por una de sus obras más polémicas y desconcertantes llamada El Origen del Mundo, una pintura del año 1866 depositada en el Museo de Orsay, donde vemos en un primerísimo plano el sexo de una mujer sin rostro en una postura de goce y disfrute. Esta pieza estuvo más de 100 años en la clandestinidad pasando de mano en mano y aún en la actualidad sigue dando de qué hablar.
Pero en esta ocasión no vamos a hablar de El Origen del Mundo, sino de la pintura El Sueño, una obra de temática lésbica que realizo el pintor en 1866, y que se encuentra en la actualidad en el Museo del Petit-Palais en Francia.
Courbet fue un provocador nato, y de la mano del realismo justifico sus polémicas obras, en 1855 se censuró su pintura L´Atelier du peintre la cual realizó expresamente para el Salón de la Exposición Universal de París y esto marcó un antes y un después en su creación. Aparcó la temática social y se sumergió en los mares del erotismo, erradicó los elementos religiosos de su pintura y llegó a afirmar que no pintaba ángeles porque nunca había visto uno y que si un día los viese los pintaría, siendo así totalmente desafiante a las reglas academicistas de la época.
Volviendo a la pieza de hoy, El sueño fue encargado por Pasha Khalil Bey, embajador turco en París, un gran coleccionista de la época no sólo de Courbet, sino de Ingres, Rousseau, Carot y Delacroix. La colección de Khalil Bey incluía piezas desde El Origen del Mundo hasta El Baño Turco de Ingres.
El sueño es pura sinergia sensual, donde dos mujeres descansan tranquilamente rodeadas de una fuerte iconografía simbólica. El collar símbolo del pecado se contrarresta con el cáliz que representa el perdón por el acto cometido.
Las mujeres posan en todo su esplendor desafiantes y hermosas, de ambas conocemos sólo la identidad de una, la castaña llamada Joanna Hifferman, amante y modelo del pintor James Mc Neill, la cual ya había posado para Courbet en otras ocasiones y acabó convirtiéndose en su amante. Se cree, y por eso os he hablado al principio de El Origen del Mundo, que ella fue la modelo.
Describir este lienzo es cuando menos una delicia de texturas, colores y formas, su abrazo cansado, el contraste de la rubia y la castaña, sus cuerpos complementados en perfecta armonía, rostros extasiados, y por la postura nos podemos imaginar lo tórrido del momento del acto sexual libre y sin complejos. Todo cuidado bajo la minuciosa mirada de Courbet, el cual imprime en todas sus obras eróticas una simbiosis justa de ternura y salvajismo.
También debo deciros que los historiadores del arte, que siempre estamos teorizando, manejamos numerosas cábalas de cómo este cuadro no es más que una siesta inocente entre dos amigas y no una relación lésbica. ¿Vosotras que opináis?
No veo la inocencia por ninguna parte.. Sí, es la siesta, pero entiendo que es una siesta o bien después del sexo o bien una estudiada pose para poner como una moto al observador (entiendo que se pensaba en un observador hombre): el rostro de la rubia está demasiado sensualmente cerca del pecho de la morena y con la boca abierta, dejando ver también perfectos sus dos pechos, ofrecidos al vientre de la morena. La mano de la morena está lejos de la rubia, pero yo diría que es una forma de tener la excusa para elevarle el pecho y para abrir un poquito el espacio en primer plano, pero en segundo plano, las dos mujeres están totalmente relacionadas: Las piernas entrelazadas dan a entender un vínculo.. y unas tijeritas también. Otro vínculo es la mano de la rubia sobre la pierna de la morena. Diría que la rubia sí se ha dormido, pero que la morena -y encaja, puesto que es ella la modelo- está ahí para que todo el mundo vea lo hermosa y sexy que es. Lo más claro para mí son las piernas: googlead “Venus y Marte” o “Venus y Adonis” y mirad las imágenes que aparecen… y comparad. Pienso que la única diferencia está en que son dos Venus.
Me ha encantado tu comentario. Q poder de observación e interpretación de los hechos.. Creo q ni el autor se lo habría planteado tan bien. 😉
Ya me he puesto a bloguear, inspirándome en esta entrada.. 🙂 🙂 🙂
Muchas gracias Construyendo a María por tu comentario, he leido tu blog y como has ampliado la información y me ha encantado…Gracias por compartir tus reflexiones 🙂
Chavalilla, ha sido un placer, en realidad. Me has dado la excusa perfecta. 🙂 Pero claro, yo no tengo datos científicos que ofrecer, como los que puedan dar los historiadores del arte. Solo tengo mi mirada perversa… 😉
La mirada y la sensibilidad por el arte es lo mejor! 😀
Esos rostros son de descanso y placidez serena después del placer máximo que produce un orgasmo. O eso me evoca a mí este cuadro. Piernas entrelazadas, sexos cerca, respirar el cuerpo amado….
Bonito lienzo 🙂 Muy felíz semana a todas
Yo opino que es una gran obra de arte
Simplemente me encanta!!
dios, esto es magnifico!!!!!!
se supone que son venus y psique , es la continuación de un cuadro perdido en la segunda guerra del que solo quedaron fotografías que mostraba a venus persiguiendo a su nuera psique con su corte en una persecución ritual , como termino dicha celebración es como las muestra el cuadro si una forma muy rara de demostrar que te acepto tu inmortal suegra .