Historias de amor lésbico muy emocionante, un amor que da frutos: una linda familia
“Soy italiana y crecí en un pueblo pequeño, conservador y homófobo. Crecí pensando que había algo malo conmigo misma y sintiendo mucha lesbofobia. Tenía mucha rabia y pensaba que nunca sería feliz, que eso le pasaba a los demás. Gracias a la ayuda de una buena amiga y de terapia logré superar mis prejuicios y que no me importara lo que pensaba la gente.
Ahora tengo 37 años, estoy casada y soy mamá. Ana no fue mi primera novia, ni la primera con la que fui feliz, pero sí la primera con la que sentí que quería pasar toda mi vida. La conocí hace 4 años en Madrid. Yo estaba trabajando aquí por unos meses pero el amor me hizo querer echar raíces en España.
Hace dos años decidimos que queríamos ser mamás. Nos embarazamos por el método ropa en la clínica Fiv Madrid. Los óvulos los aportó Ana y yo me embaracé de nuestros mellizos. No sabéis la emoción que sentía de saber que una parte de Ana crecía dentro de mi.
Uno de mis temores era que mis padres, a los que les ha costado mucho aceptar mi homosexualidad, no sintieran a mis hijos como sus nietos reales por no tener la genética de nuestra familia, que hicieran distinciones entre mis hijos y los de mis hermanos.
Pero afortunadamente mi historia del método ropa es una historia con un final feliz. No solo mis padres sienten a mis peques como sus nietos preferidos y les visitan una vez cada dos meses, sino que también el ver la preciosa familia que hemos hecho les ha ayudado a vencer su homofobia, están orgullosos de mi y tienen mucha complicidad con Ana”.
Un sueño hecho realidad
“A los 39 años terminé una relación de más de diez años. Fue muy difícil porque yo daba por hecho que sería mi pareja toda la vida. Cuando fui superando la pena me fui dando cuenta de que había muchas cosas que yo había dejado de hacer porque ella no quería, como el ser mamá. No habíamos tenido hijos porque a ella no le gustaban los niños, pero a mi sí.
A los pocos meses fui a una clínica de fertilidad y me hice tres inseminaciones artificiales y dos fecundaciones in vitro. No logré embarazarme. Tenía muy baja reserva ovárica y nada cuajó.
Al duelo de mi ruptura se sumó el duelo de aceptar que no podría tener hijos. Fue un periodo muy difícil pero salí adelante.
Cuando tenía 43 años conocí a Sara, la preciosa mujer de la que me enamoré, ocho años menor que yo. Iniciamos una relación tan bonita y se dio todo tan fácil que en seis meses ya estábamos viviendo juntas.
Sara también anhelaba ser mamá, así que pensamos que podía hacerse una inseminación artificial. Fuimos a Fiv Madrid y nos enteramos de lo que era el método ropa y nos encantó. Yo podía cumplir mi sueño de embarazarme, y como mis óvulos no servían, lo haríamos con los suyos, teniendo así un bebé de las dos.
¡Y estoy embarazada! A pesar de que estoy a punto de cumplir 45 estoy teniendo un embarazo maravilloso con un bebé que está muy sano porque los óvulos de Sara están sanos y jóvenes. Estamos encantadas con el método ropa y con la gran posibilidad que nos da a las parejas de lesbianas”.
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