Ya habéis tomado la decisión de ser madres. Ahora queda saber cuál es el método que más os conviene para conseguir un embarazo de forma segura y eficaz en vuestro caso particular. La elección de la técnica más adecuada depende principalmente de cuestiones de índole médica, aunque hay también otras consideraciones no médicas que se deben tener presentes. Por ello es importante acudir a un Centro de Reproducción Asistida donde ginecólogos especialistas os pueden asesorar.
Las tres técnicas que tenemos disponibles actualmente son la Inseminación Artificial con semen procedente de un donante anónimo, la Fecundación In Vitro con semen de donante y el método ROPA.
Método Ropa
Sin duda, la técnica que permite que la maternidad sea completamente compartida, y que por ello puede constituir una opción muy atractiva, es el método ROPA o “Recepción de Ovocitos de la Pareja”. Este método quizá sea el menos conocido de los tres, no sólo por su novedad, si no por el hecho de que no es legal en todos los países. Mediante este método ambas seréis partícipes del proceso de Fecundación In Vitro. Una de las madres aportará los óvulos, que serán fecundados en el laboratorio y la otra recibirá el embrión y gestará al bebé en su útero.
Este método permite, por tanto que ambas seáis madres biológicas del bebé, una aportando los óvulos, como madre genética, y la otra como madre gestante.
Estos son los pasos que hay que seguir en el método ROPA:
– Estimulación ovárica:
La madre que va a aportar los óvulos se debe someter a una estimulación ovárica, proceso durante el cual a lo largo de 9-11 días, tiene que inyectarse diariamente por vía subcutánea Hormona Folículo Estimulante (FSH) para conseguir el desarrollo de un número adecuado de folículos y así tener un número suficiente de óvulos que permita garantizar unas buenas tasas de éxito. Durante esta fase del proceso, el crecimiento de los folículos se va a monitorizar mediante ecografía transvaginal y, en algunas ocasiones, análisis de sangre.
– Punción folicular:
Una vez los folículos han alcanzado el desarrollo adecuado se programa su extracción la cual se realiza mediante punción transvaginal guiada por ecografía. Se trata de un procedimiento rápido y seguro con muy poco riesgo de complicaciones. Además, para que no resulte doloroso, se suele realizar bajo sedación.
– Fertilización y cultivo embrionario:
Una vez obtenidos los óvulos se van a fertilizar con los espermatozoides procedentes de un donante anónimo y se van a cultivar los embriones hasta el momento de su transferencia.
– Preparación endometrial de la madre receptora del embrión:
Al mismo tiempo, se va a preparar el útero de la futura madre gestante, la que va a recibir el embrión. Esta fase es más sencilla que las anteriores. Consiste en la toma de una medicación hormonal a base de estrógenos por vía oral desde el inicio de un ciclo menstrual, para permitir que el endometrio crezca y se prepare adecuadamente para la recepción del embrión.
– Transferencia embrionaria:
La última parte del proceso es la introducción del embrión o de los embriones en el útero de la que será la madre gestante. Este es un procedimiento muy sencillo e indoloro. A través de una cánula especial de un calibre muy fino, denominado catéter de transferencia, se introducen el/los embriones dentro del útero donde se depositan de una forma suave que a menudo resulta apenas perceptible. A continuación, y durante los siguientes 14 días, la futura madre gestante debe administrarse progesterona, la hormona del embarazo, para favorecer la implantación.
A la hora de decidir cuál de vosotras será la que aporte los óvulos y cual la gestante entran consideraciones de índole médica y otras de tipo más personal. En caso de que existan diferencias importantes de edad entre vosotras, quizá sería interesante que fuera la más joven la que aportase los óvulos, ya que eso va a aumentar las probabilidades de embarazo. De igual forma, el hecho de que alguna de vosotras presente una patología uterina o algún problema médico que revista gravedad os podría decantar hacia cuál de vosotras debería ser la madre gestante. En otras ocasiones, la decisión es más subjetiva, por ejemplo, cuál de las dos prefiere ser la embarazada o que alguna no desee someterse a la estimulación ovárica o a la punción folicular.
Este método, además, presenta unas connotaciones legales específicas, requiere que exista un vínculo legal entre vosotras, es decir, que estéis casadas.
Inseminación Artificial
La más sencilla de las Técnicas de Reproducción Asistida es la Inseminación Artificial con semen de un donante anónimo:
Como seguramente todas conocéis ya, se trata del depósito de semen en el interior del aparato genital de la mujer.
Pero para que esta técnica tenga alcance su máxima efectividad, lo ideal es cumplir una serie de requisitos. En las mejores condiciones, esta técnica os ofrece unas probabilidades de embarazo que oscilan en torno a un 20-25% por intento.
En primer lugar, la inseminación debería ser intrauterina, ya que ha demostrado su superioridad con respecto a la inseminación vaginal o intracervical. Para ello es necesario que se trate de semen capacitado, es decir, sometido a unas técnicas de procesado que nos permiten concentrar en poco volumen el mayor número de espermatozoides móviles.
La inseminación artificial puede realizarse en ciclo natural o tras una estimulación ovárica suave, en el que se persigue el crecimiento de uno ó dos folículos. En ambos casos, una vez los folículos alcanzan el tamaño deseado, en torno a los dos centímetros, se procede a inducir un pico ovulatorio artificial con la inyección subcutánea de una medicación hormonal denominada HCG y se programa la inseminación.
Para asegurar la eficacia además es un requisito que al menos una de las dos trompas de Falopio sea permeable y esté en buenas condiciones. Eso hace que, en algún momento, si os decidís por esta técnica, nos planteemos la posibilidad de que os hagáis una prueba de diagnóstico por imagen que confirme que, al menos una de las trompas, si no las dos, es permeable y está en buen estado y que tiene sentido realizar esta técnica.
Además, existen consideraciones acerca de la eficacia de la Inseminación Artificial en función de la edad. Probablemente las probabilidades de embarazo disminuyan ostensiblemente por encima de los 39-40 años.
Por último, aunque no existe un consenso claro acerca del número máximo de inseminaciones con semen de donante que deben realizarse antes de considerar que la técnica ha fracasado, probablemente después de 3-4 inseminaciones con estimulación ovárica y conociendo el estado de las trompas, habría que plantearse pasar a otra técnica de reproducción asistida.
Fecundación In Vitro
La Fecundación In Vitro con semen de donante anónimo es una técnica con mayor efectividad que la inseminación artificial. Las tasas globales de embarazo están estrechamente relacionadas con la edad de la mujer, la capacidad de respuesta de sus ovarios (lo que se denomina reserva ovárica) y la calidad de los óvulos, factores que, a menudo están interrelacionados, pero, en líneas generales y en términos de eficacia, una Fecundación In Vitro equivaldría a 2-3 inseminaciones.
Los pasos necesarios para realizar esta técnica son similares a los expuestos en el método ROPA, con la salvedad que tanto la estimulación como la punción y la transferencia se realizan sobre la misma mujer, es decir, aquí la madre “genética” y la “biológica” coinciden. En este proceso, no es preciso realizar la preparación del endometrio, ya que durante el desarrollo y crecimiento de los folículos y por acción de las hormonas que estos producen, el endometrio se desarrolla de forma fisiológica.
La decisión acerca de si es preferible una inseminación o una FIV, suele venir fundamentada por datos médicos de eficacia, es decir, la edad, el estado de las trompas o la reserva de óvulos de los ovarios.
En cualquier caso, va a ser un ginecólogo especializado en Reproducción Asistida el que mejor os pueda asesorar acerca del método que más os conviene.
Agradecimiento: María Carrera, ginecóloga de FivMadrid
Nosotras hemos empezado con la inseminación artificial, primer intento hace 4 días y hasta el 3 de junio toca la larga espera. Hemos querido empezar por la IAD ya que es lo menos invasivo. De momento estamos cruzando los dedos y extra emocionadas!
Hay algunas afirmaciones en este artículo que me parecen al menos cuestionables.
Antes de empezar creo que, como en todo,cada cuál es libre de elegir la vía para acceder a la maternidad/paternidad/ o conformar una familia .
Dicho esto, a partir de ahí, establecer categorías me parece hasta peligroso.
He leído:
” Sin duda, la técnica que permite que la maternidad sea completamente compartida…….”
Me vais a permitir que os diga, y hablo en primera persona, que hay otras técnicas de reproducción asistida y otras vías para formar familias que “sin duda” permite que la maternidad sea igual de compartida.
La maternidad no es aportar ADN, ni gestar. La maternidad es algo que esta muy por encima de eso.
El método ropa lo que hace “sin duda” es hacer que una aporte la carga genética y la otra el proceso de gestación. Y ya.
La maternidad en caso de ser compartida lo es a través de adopción, de inseminación artificial, FIV, Gestación por Sustitución y seguro que muchas otras formas que ni conocemos.
A partir de eso que cada cuál elija, pero categorizar y seguir dando a la biología y la genética el papel protagonista en nuestras maternidades para “despejar dudas” …… Me parece, como poco, peligroso.
Soy madre, sin ninguna duda, compartida, de una niña de tres años, y proyecto de madre, compartida, de alguien/es a quien deseamos y no, no hemos empleado método ropa.
Y jamas se me ocurrirá dudar de ninguna maternidad compartida, con independencia de quien geste, y de si la carga genética es total y/o parcialmente conocida y/o anonima.