Desde la maravillosa canción de Servat Erener del año 2000 que no tenía tantas ganas de Eurovisión. En aquel año, Everyway that I can ganó el festival en nombre de la hoy más conservadora Turquía. El vídeo de la canción tenía una convulsa trama lésbica con danza del vientre incluida:
Pues bien, este año se presenta al festival una de mis músicas favoritas, Javiera Mena, con Culpa, con la que competirá por ser la elegida con tamañas figuras como Azúcar Moreno o Rigoberta Bandini con Ay mamá, una interesante canción que reivindica el dar de mamar en espacios públicos.
Lo cierto es que, al contrario que otros años, este 2022 compiten verdaderas fieras musicales por representarnos en el festival. Atrás queda, con todos los respetos, el Chiquilicuatre.
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Javiera es una de las eminencias dentro de la visibilidad lésbica de Chile, y una imprescindible en el panorama pop y electrónico español. Increíble que haya pasado ya casi una década de su revolucionario, retro y único videoclip de la canción Espada, donde no dejaba duda alguna de que estaba hablando de sexo lésbico (también de amor):
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