Este no es un título trampa para que te acerques a leerme. En realidad es un título muy pensado. Pero La amiga estupenda, el libro de Elena Ferrante, no es lésbico. Va sobre el amor entre dos amigas.
Sin embargo, esta novela en clave autobiográfica de una autora que no existe -Elena Ferrante es un pseudónimo, nadie conoce la identidad real de su autora-, muestra tal sensibilidad y conexión entre las dos amigas que yo me atrevo a afirmar que existe un amor subterráneo entre Elena y Lila que trasciende los estándares de la amistad. Un amor, que si se diese ahora, posiblemente llevaría a que entre ellas hubiera otro tipo de encuentros.
El libro consta de cuatro tomos diferentes, que juntos forman el título de Dos amigas, aunque todo el mundo lo llama La amiga estupenda, por el éxito arrollador del primer tomo, del mismo nombre. Incluso HBO la ha convertido en serie con el mismo título, La amiga estupenda.
Cuenta la vida de dos compañeras de clase, Elena Greco y Lila Carraci, en una pobre y corrupta ciudad de Nápoles a mediados del siglo pasado. A lo largo de los cuatro libros viajas con Elena desde su infancia hasta su vejez. Un libro que personalmente me ha fascinado por la profundidad con que la protagonista se cuenta a sí misma. Su pasión por Lila y por Nino, sus celos, sus perversiones, su envidia, su odio y su profunda ternura. Una de las narrativas más honestas que he leído.
Me sirve el texto a continuación para contaros cómo Elena vive a Lila, las dos adolescentes. Con qué pasión. -También en el último tomo Elena se pregunta si su fascinación por Lila podría haber llegado a algo carnal, pero acaba diciéndose a sí misma que prefiere no pensarlo-.
“Nunca la había visto desnuda. Sentí vergüenza. Hoy puedo decir que fue la vergüenza de posar con placer sobre su cuerpo la mirada, de ser la testigo comprometida de su belleza (…) una situación en la que no se puede mirar para otro lado, no se puede apartar la mano sin reconocer la propia turbación, sin declararla precisamente al retirarla, sin entrar en conflicto con la imperturbable inocencia de quien te está turbando (…) de modo que te obligas a quedarte, a seguir posando la mirada en sus hombros de muchachito, en los pechos de tiesos pezones, en las caderas estrechas y las nalgas prietas, en el sexo negrísimo (…) y haces como si no pasara nada, cuando en realidad todo está en curso, presente, (…) y te agita el corazón y te inflama las venas. (…) Tuve sentimientos y pensamientos confusos: abrazarla, llorar con ella, besarla, tirarle del pelo, reír, fingir competencias sexuales e instruirla con voz docta, distanciarla con palabras precisamente en el momento de máxima proximidad”.
La amiga estupenda es, más allá del subtexto que cada uno extraiga de él, un libro imprescindible.