“Nunca me imaginé salir con alguien del ambiente del fútbol, menos con una alumna o con una jugadora de otro club, especialmente por la diferencia de edad. Siempre fui muy seria con mi trabajo, para mí eso no existía”, cuenta a Infobae Mariana Blanco.
Pero una amiga común de Mariana Blanco (41 años) y Pamela Visciarelli (29), la que escuchó la broma de “si me da bola me caso”, las hizo coincidir a ambas en un bar. Ese fue el primer acercamiento, el segundo fue un accidente. Pamela se rompió el cúbito y el radio en un partido de fútbol. Mariana se fue al hospital en la ambulancia con ella.
En ese momento Mariana conoció a los padres de Pamela. La madre de ésta, nada más conocerla le dijo a su hija: ‘Ustedes van a formar una familia”. Un año y un día después de haberse puesto de novias, Mariana y Pamela se casaron.
Pamela estaba fuera del armario, no tenía ningún tipo de problemas con su orientación sexual. Mariana reconoce que a ella le costó más. “Creo que mis compañeros de trabajo se enteraron de que me casaba con una mujer el día en que recibieron la invitación y leyeron los nombres”.
Las dos querían formar una familia, y también las dos querían embarazarse. El tratamiento de reproducción asistida lo comenzó Mariana, por ser mayor. Las inseminaciones no dieron resultados. Por ende decidieron probar el método ROPA y usar los óvulos de Pamela, 12 años más joven.
“La médica nos sugirió usar los óvulos de Pamela, que tenía 26 años, desarrollar los embriones in vitro y transferírmelos a mí para que los geste”, cuenta Mariana. Como ya estaban acostumbradas a que el test diera negativo, hicieron la transferencia y siguieron con sus vidas. Mariana ya había dejado de trabajar como entrenadora de River –fue la única mujer que llegó a dirigir la primera división de Futsal Femenino de ese club-, pero acababan de llamarla para ayudar en el entrenamiento del Santiago Morning, un equipo chileno que iba a jugar la Copa Libertadores.
“Por más que ya hayan pasado casi 8 años de la ley de matrimonio igualitario, todavía faltan muchas cosas. Juana es la única nena con dos mamás del jardín y cuando hay que firmar algún papel todavía dicen: ‘nombre de la madre y nombre del padre’. Yo lo tacho y pongo ‘nombre de la madre y de la madre’, explica Pamela, que ahora es periodista y productora. “Lo mismo pasó con la licencia por maternidad. Como yo no la gesté, cuando nació me tuve que tomar 3 días, que es lo que le corresponde al padre. Yo soy una de sus madres, no soy el padre”.
La lucha por la igualdad sigue, pero su historia de amor y maternidad también. Hace menos de dos meses Pamela dio a luz a la pequeña Eva. ¡Enhorabuena, familia!
Fuente: Infobae