La mujer del presidente Roosevelt escribía apasionadas cartas de amor a una mujer. Esas más de 3000 cartas nos han permitido dar forma en la actualidad a un apasionado romance entre la mujer del presidente de EEUU y la reportera Lorena Hickok.
Muchos de los textos de dichas misivas están recogidos en la biografía sobre su vida “Eleanor and Hick, the love affair that shaped a first lady” de Susan Quinn. La autora nos lleva por la evolución de un amor que, irónicamente, se fraguó en una campaña de Franklin Roosvelt donde Lorena era la única mujer de entre todos los pasajeros del tren que recorría 15000 kilómetros alrededor de 17 estados siguiendo al presidente. Tenían a una persona en común, Malvina Thomson, amiga de ambas, quién contó a Eleanor sobre la homosexualidad de Lorena, la cual empezó a interesarse por ella al instante.
Se acercaron, intimaron, compartieron viajes a escondidas, navidades, cumpleaños, etc. Sin embargo, su amor hubo de sobrevivir la mayor parte del tiempo a la distancia, y las cartas entre ambas duraron hasta el fallecimiento de Eleanor, sin oposición alguna de su marido, que también mantenía una aventura amorosa con Lucy Mercer.
“¡Oh! Cómo he querido poner mis brazos alrededor tuyo en lugar del espíritu. En lugar de eso fui y besé tu fotografía mientras tenía lágrimas en los ojos (…) Te amo y te adoro”, escribía Eleanor a Hick, como todos la llamaban.