Crónica de un lesbiandrama: Las relaciones libres y la estupidez

Hay muchas cosas que se activan en el cerebro cuando tu chica te dice que quiere tener una relación libre, que quiere estar con otras personas. A mí se me despierta la estupidez. La estupidez entre los tormentos.

Da igual que me lo diga a mí misma. Que me mire al espejo y que diga: “Ya está, déjalo ir”. Que escuche mi propia voz, desnuda y decidida, tratando de escurrirse y abrirse paso por mis oídos para llegar aún más lejos. Llegar a mi cerebro. A la parte de mi cerebro donde vive mi estupidez (que últimamente he descubierto que es el trozo más grande de masa encefálica que tengo).

Supongo que lo que me mueve es la impotencia. La impotencia que me quema como el agua hirviendo y, en un acto reflejo, me hace sacar la mano. Las manos. El cuerpo. Mi ser, de la cercanía de Ana. Pero es sólo un reflejo breve. El resto de mi cerebro no está conectado con las heridas que deja el agua caliente. Tampoco las que deja el agua congelada. Congelada con sus distancias y sus omisiones.

Quizás nunca llegaré a conocer a Ana del todo. O a conocerme bien a mí misma cuando estoy con ella.

No me adelanto a sus respuestas ni a sus movimientos. No preveo sus silencios ni sus besos. Me sorprendió cuando, sin ninguna expectativa, le comenté la semana pasada que mi madre me había preguntado cuándo llevaría a “mi chica” (poniendo especial atención a su aterrada o cómoda reacción ante mi estrategia verbal de posesión sobre su persona) a comer a casa. Ana sonrió: “Pues cuando quieras. ¿Mañana?”.

 Así nos encontramos, al día siguiente, sentadas ante mi madre, mi padre, mi hermana, mi abuela y la amiga de mi abuela, comiendo merluza, patatas y ensalada.

Ana, con su vestido rojo y el pelo recogido, ayudando a mi padre a poner la mesa, charlando con mi madre y escuchando paciente las largas historias de la amiga de mi abuela, se parecía tan poco a la perturbadora musa de mis trágicos versos de amor que comencé a pensar que quizás el problema era yo y no ella. Yo con mis inseguridades, yo con mi miedo a perderla. Yo incapaz de pensar en nada más que en aquella propuesta que me hizo hace más de un mes y me desarmó: “Me gustaría tener una relación abierta”.

“Me gusta, guapa y maja”, me dijo mi hermana en la cocina. “Es muy lista y encantadora”, agregó mi madre en el pasillo. Mi padre no dijo nada, nunca dice nada. Pero reconocía en su mirada lo mismo que Ana me hace mí. Siempre hemos tenido gustos parecidos.

Y en esos momentos me siento tranquila. Porque Ana parece mía. Parece para mí. Parezco para ella. Pero el mundo de pareceres se triza con el sonido de su móvil. Un mensaje. Ella lo lee y siento el agua quemándome los dedos. Porque lo sé. Porque en la parte de mi cerebro donde no vive la estupidez vive la intuición.

¿Cómo será?, ¿se parecerá a mí?, ¿le gustará más que yo?, ¿la elegirá?, ¿se enamorará de ella? “Ya está. Déjalo ir”, me repito en voz alta. Pero la parte grande de mi cerebro, esa donde vive la estupidez, no me quiere escuchar. Sólo reacciona a los estímulos de Ana. A su piel pegada a la mía.

Libre, no puedo tener una relación libre. No sé tener una relación libre ni siquiera conmigo. No logro independizarme de mis tormentos, de mis deseos y mis necesidades. No me sale liberarme ni un poco. Ni un poco de mis ganas de ella. Ni un poco de mi estupidez.

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10 comentarios en “Crónica de un lesbiandrama: Las relaciones libres y la estupidez”

  1. Yo no he tenido nunca una relación abierta, y, por supuesto, no me parecen mal (cada cual es muy libre de hacer lo que quiera), pero que deben ser difíciles de gestionar, seguro!!!!

  2. MARAVILLOSÍSIMO texto. Me deleito en la fluidez de la narración. En lo visceral que lo encuentro, lo poético, lo exquisito. Ana… Qué personaje tan inspirador!

  3. A mi me pidieron lo mismo y el mundo se me desarmó ya no soy la misma ni me creo lo que me dice aunque la amo mucho, no se tener algo así por mas que lo intento no se como ella puede

  4. Hola, Yo vivo en una relacion abierta y es posible. Pero SOLO si todas las partes implicadas creen en ese tipo de relacion.

    Para mi es el unico tipo de relacion en el que soy capaz de vivir. La idea de que alguien este conmigo por obligacion me aterra y que alguien me controle, aun mas. Ademas no me siento ni en la obligacion de cubrir 100% las necesidades de mi pareja, ni espero que ella cubra las mias. Para mi es simplemente eso, tener libertad y seguridad para disfrutar y sentir al maximo la conexion con esa persona o personas a las que amas. Tener o no tener una relacion o lio aparte es lo de menos, te puedes llevar años viviendo en la monogamia, porque no necesites mas o tener un rollo o enamorarte y tener en paralelo distintas relaciones. Lo principal es el amor y respeto a la persona o personas con las que te relacionas.

    Ninguna relacion es facil, tampoco una relacion abierta, especialmente el principio, porque las reglas no estan definidas y hay que ir descubriendo poco a poco como queremos que nuestra relacion sea. Cada relacion abierta es un mundo distinto, que a lo mejor incluso cambia a lo largo del tiempo. Muchas charlas sobre nuestros sentimientos, mucha confianza y sinceridad son necesarias, y eso enriquece mucho la relacion.

    Un beso y mucha suerte con Ana, por cierto, le has preguntado que significa para ella una relacion abierta? En el plano sentimental y en el logistico?

  5. Lua, si lo dices por mi, son muchos ya los anios que llevo en una relacion abierta. El sufrimiento se ha sustituido por un cosquilleo. Es algo similar a esperar que tu familia llegue sana y salva de un largo viaje en carretera. Por supuesto eres cosciente de que los accidentes existen, pero tambien tienes la confianza en que conoces a tu mujer y confias en ella y que si te dice que te quiere y su intencion es llegar sana a casa, es verdad.

    Una relacion abierta no se hace en dos dias y lo mas importante es que solo si todas las partes implicadas estan de acuerdo y creen en ello, puede darse una relacion abierta. En mi caso necesite 8 anios para que mi mujer entendiera mi punto de vista (que solo entendio cuando fue ella la que se enamoro) y 5 para que nuestra relacion se estabilizara una vez que la abrimos. Si que hay mucho sufrimiento en ese proceso, especialmente cuando hay hijos por medio, como es nuestro caso, y por supuesto puede terminar la relacion en el intento, pero si sobrevives todo eso, es increible lo que se crece juntas en el camino y la relacion tan increiblemente reconfortante que se crea. El punto central de una relacion abierta no es tener sexo con quien quieras ni a todas horas, sino el amor, respeto y sinceridad.

    Un punto de inflexion importante para nosotras fue cuando cada una de nosotras, en su momento, se enamoro de una persona que la queria solo para ella. Lo pasas muy mal, en ambos lados, por que puede que tengas que dejar a una persona a la que quieres o porque te pueden dejar, pero cuando ves que tu pareja se decide por ti en esa situacion, es cuando creo que el sufrimiento pasa a convertirse en cosquilleo. En mi caso, me enamore dos veces, a una tuve que renunciar, la segunda es hoy en dia parte de mi familia y por suerte mi mujer y mis hijos la adoran y ella a ellos.

    Cada relacion abierta es un mundo y las reglas solo las escriben las personas implicadas. En mi caso cada una de nosotras sabe siempre con quien se relaciona la otra y puede preguntar como se siente y que siente por esa persona, cuales son los planes etc. Nos aconsejamos y consolamos si hace falta. Mi mujer es hoy en dia mi mejor amiga, mi familia y mi puerto y mi novia el agua que lo bania, que se cuela por cada grieta y a todos camela.

    Un beso y mucha suerte y muchas charlas constructivas a todas.

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