¿Madrid o Barcelona?
Era lo que me preguntaba incansablemente hace diez años, antes de venir desde Santiago de Chile a hacer un Máster. Escuché todo tipo de opiniones, pero al final me dejé guiar por la intuición: Madrid.
Y no, no me equivoqué. Barcelona es sin duda una ciudad hermosísima, pero me causa la misma sensación que me causan esas mujeres increíblemente guapas, un poco arrogantes y muy conscientes de su belleza. A mí las que me enamoran son como Madrid. Atractivas, hermosas, cercanas, abiertas.
Madrid me cautivó. No he estado en ninguna ciudad más viva, más fiestera y amable que esta. Pero no solo fue la alegría y espontaneidad. Fue algo que las mujeres lesbianas, los hombres gais y los y las bisexuales podemos captar muy bien, sobre todo cuando venimos de países menos evolucionados en ese aspecto: la forma de vivir del colectivo LGTB.
España tiene leyes que nos hacen sentir más cuidados y más protegidos, asociaciones, grupos, bares, librerías. Pero Madrid tiene algo más y muy especial. No te hace sentir juzgada. Sí, queda claro que aún hay casos de discriminación y aún hay mucho por hacer, pero quienes venimos de afuera podemos apreciar y valorar como algo fundamental la normalidad con la que podemos vivir nuestra orientación sexual.
Algunas extranjeras de nacimiento y madrileñas de corazón, como yo, nos han contado qué es eso que tiene Madrid que las atrapa y las enamora.
Nombre: Kate Green
Edad: 28
Lugar de nacimiento: Brisbane (Australia)
Kate lleva tres años en Madrid. Trabaja como profesora de inglés y es activista contra el acoso callejero. Lo que peor lleva es que Madrid no tenga playa y los fríos inviernos. Pero todo lo demás la deslumbra. «Sin duda, la escena LGTB es lo que más me gusta de Madrid. Nunca podría haber imaginado que Madrid tuviera tantos bares, restaurantes, festivales de cine, lugares de activismo, eventos, etcétera. ¡Es increíble! El Orgullo LGTB del año pasado fue el primero, y me emocionó muchísimo. En el de mi ciudad participan apenas dos mil personas. Nunca en mi vida he visto una pareja de dos mujeres ni dos hombres caminando de la mano ni besándose en Brisbane. En cambio, he visto varias agresiones LGBTfóbicas allí. En Australia aún no está legalizado el matrimonio gay. Me da mucha vergüenza que mi país esté tan a la zaga del resto del mundo y espero que dentro de poco eso cambie».
En Madrid encontró un gran círculo de personas LGTB+. «Eso me dio la oportunidad de conocer a otra gente con diversidad afectivo-sexual, y a entender mejor mi propia orientación, soy bisexual, y los matices de la sexualidad».
Nombre: Ivana Todorovic
Edad: 39
Lugar de nacimiento: Kragujevac (Serbia)
En Serbia, Ivana tenía muchos problemas por ser lesbiana, sufría discriminación por su orientación sexual y por ser profesora de colegio. «En mi país aún hay casos donde se golpea a la gente por ser homosexual. Las diferencias entre mi país y España son enormes. Básicamente en mi país no hay ningún derecho. Hay leyes que pueden favorecer al colectivo pero en la práctica no se aplican».
La falta de libertad y de leyes, junto con que ser lesbiana estaba muy mal visto socialmente, fueron los principales motivos por los que Ivana decidió, hace nueve años, dejar Serbia y venir a Madrid.
«Me costó mucho aceptar mi orientación sexual. Me avergonzaba, y a mi familia también. Pero a los 22 tuve mi primera novia, sentí que era el amor de mi vida, y tuve muy claro que era mi camino. Lo que más me gusta de Madrid es que aquí me siento segura y orgullosa de ser quien soy. Es una ciudad abierta, me encanta la comida, el clima, la filosofía de vivir. Lo único que no me gusta es la corrupción y las cosas políticas».
Nombre: Vicky Stevens
Edad: 27
Lugar de nacimiento: Colchester (Inglaterra)
Cada vez que Vicky venía a visitar a sus amigos que trabajaban en Madrid, contaba los días para regresar otra vez a la capital de España. «Me enamoré de Madrid desde la primera vez que estuve, por la marcha y la sensación de libertad que ofrecía». Tal como ella dice, decidió seguir el camino de la felicidad y hace casi dos años llegó a vivir aquí. Actualmente trabaja en márquetin.
Venir a Madrid fue un catalizador incluso para salir del armario con su familia y amigos de Inglaterra. Y lo hizo de la manera más graciosa que encontró: el Día Internacional de la Salida del Armario publicó en sus redes sociales una foto de ella misma saliendo de un armario. A todos les quedó claro.
«Lo único que no me gusta mucho es el nivel de acoso callejero machista que experimento aquí en comparación con Inglaterra. Por lo demás me encanta el ambiente de Madrid, me parece que está lleno de vida y posibilidades. En mi ciudad jamás vi a una pareja homosexual en la calle, y aunque viví en Londres mucho tiempo, y hay bastante visibilidad LGTB, no tiene para nada la tolerancia que hay en Madrid ni tantos lugares de ocio para mujeres gais como hay aquí».
Nombre: Fernanda Peñaranda
Edad: 33
Lugar de nacimiento: Cochamba (Bolivia)
Fernanda vive desde hace seis años en Madrid, y desde hace tres tiene una relación con Cira, italiana que también participa en este artículo. Juntas son madres de un precioso perro, y planean a medio plazo buscar un hijito humano.
Vino a Madrid específicamente buscando más oportunidades laborales, aquí trabaja como administrativa contable.
Salió del armario con su familia más cercana, pero el resto de su ambiente en Bolivia no lo sabe. «Nadie sabe de mi vida personal. Me gusta Madrid porque es una ciudad muy viva aunque a veces te sofoca. Me gusta que aquí sea legal el matrimonio homosexual, y socialmente hay una mayor aceptación de lo que te puedes encontrar en América Latina. En Bolivia no hay nada».
Nombre: Cira Riccio
Edad: 29
Lugar de nacimiento: Nápoles (Italia)
Cira solía pasar gran parte de su vida en las nubes. Su trabajo como azafata era su gran pasión. Hasta que encontró otra que desbancó a la anterior: su novia Fernanda.
Hace tres años se vino a vivir a Madrid por amor. Dejó su aerolínea y actualmente coordina tiendas para una empresa italiana.
Echa de menos el mar y la vida relajada de su pueblo, pero para ella Madrid es una ciudad en la que jamás puedes aburrirte. «Lo que más me gusta de esta ciudad es que siempre te mantiene entretenida. Hay muchas iniciativas y cosas para hacer según tus gustos. Es mucho más abierta que mi ciudad natal, te permite ser libre, cada vez abre más barreras socio-sexuales, avanza muy rápido, y eso que se recuperó de una dictadura. Hay muchas cosas que mejorar pero para una lesbiana o un gay hay muchas iniciativas.
Desde que salí del armario hace cinco años he tenido el apoyo de mi familia, y eso que me crié en un pueblo pequeño y cerrado. Pero siempre digo, quien quiera aceptarme me acepta por lo que soy, y quien no me acepta realmente no me quiere, así que mejor alejar a quienes no nos aceptan».
Este artículo es parte de la edición de MíraLES papel, que puedes leer aquí
Fotos: Sandra Kaethner