Si eres mujer, china, soltera y/o lesbiana olvídate de ser madre en una clínica de fertilidad. El Gobierno chino ha decidido apostar por no “romper la tradición china sobre el matrimonio”. No sea que unas lesbianas quieran ser madres y los chinos heteros ya no se quieran casar.
Pero no queda ahí la cosa. No es una mera recomendación a los centros de fertilidad, no. Existe un reglamento sobre Tecnología de Reproducción Asistida, emitido por la Comisión Nacional de Sanidad, en el que expone que la utilización de óvulos congelados y los métodos de reproducción asistida quedan prohibidos en toda China si no entregas a la clínica un certificado de matrimonio. Eso sí, solo si eres mujer. Si eres hombre puedes donar esperma sin problema.
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Esto obliga a las mujeres chinas que son solteras y/o lesbianas a acudir a países como Tailandia para poder llevar a cabo procedimientos de reproducción asistida.
Y, aquí es donde vemos la doble moral. China está en este momento en la peor cifra de natalidad y está interesado en que esa tasa suba, como es normal. En 2016 se revocó la ley del hijo único, pero aún así las cifras de nacimientos no aumentan. Con esta nueva medida se cree que tendrán que pasar, al menos, cinco años para que las mujeres que no estén casadas puedan tener derechos reproductivos. Ni hablamos de los derechos de las mujeres lesbianas a casarse o a tener hijos, dentro o fuera del matrimonio.
Mientras tanto, en las calles de Pekín se encuentran adeptos de esta nueva medida y, también detractores que creen que “la familia es como el yin y el yang. No puede existir solo con una madre o con un padre. Si solo existe un lado, se desequilibra la balanza.”