Maria Alekhina, fundadora de Pussy Riot, huye de Rusia disfrazada de repartidora de comida

Dentro de la lista de valientes y admirables mujeres lesbianas que actualmente merecen un gran reconocimiento dentro de nuestra comunidad, sin duda Maria V. Alyokhina es una de las que encabeza.

Maria V. Alyokhina tiene 33 años es una de las fundadoras de Pussy Riot, activista política y rockera punk. Las Pussy Riot alcanzaron fama mundial cuando en 2012 organizaron una protesta contra Putin en una iglesia, por la que recibió un castigo dos años de cárcel. 

En enero de este año concedió una entrevista a Vilaweb, donde afirmó "estoy bajo arresto domiciliario hasta fines de mayo. Tengo que volver a las diez a la casa todos los días, llevo una tobillera electrónica, siempre saben donde estoy. Oficialmente me condenaron por haber apoyado a Navalni, pero en el fondo me condenaron por mi post en Instagram que hice con mi novia, diciendo que teníamos presos políticos y que al día siguiente protestaríamos contra ello. Lo convirtieron en un caso penal, ahora mismo hay miles de casos como este. 

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María se crió con su madre y su abuela en las afueras de Moscú. Aunque en su casa no se hablaba de política, ella siempre fue muy sensible a las injusticias.

La vida de María corría peligro en Rusia, un país que lleva años persiguiendo la disidencia y la homosexualidad con infames leyes que, según las autoridades, solo pretenden proteger a los niños de la "propaganda gay".

Por eso ha escapado. Y como no tenía pasaporte ya que la policía rusa se lo quitó, ¡lo hizo disfrazada de repartidora de comida! En una entrevista concedida a New York Times cuenta cómo primero cruzó a Bielorrusia, país que le negó varias veces la salida y la interrogó duramente. Su escapada fue totalmente cinematográfica, "parecía una película de espías". 

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Pero con la ayuda de un país de la UE cuyo nombre no ha querido revelar, consiguió cruzar a Lituania, donde por fin está segura. En la entrevista asegura que algún día volverá a su país, ella quiere cambiar las cosas, y quiere cambiarlas desde dentro. 

Mucha suerte, María.