Ya es una reina del indie, y no llega ni a los 30. Su primer álbum fue el que la catapultó a la cima, We sleep at last, (2015). En este segundo álbum juega con la electrónica un poquito más, y lo mezcla con una batería y una guitarra muy potentes. “Todo el mundo me preguntaba si no me sentía agobiada por esa famosa presión de tener que hacer un segundo disco a la altura, y es que en ningún momento se me pasó por la cabeza… Este álbum es el resultado de lo mucho que he disfrutado haciéndolo”, ha contado a Shangay en una entrevista reciente. La artista se siente cada vez más segura y libre en su profesión-pasión, y sin duda esas cosas se notan. I´m not your man ha sido grabado junto a la banda The Big Moon, a la que, por cierto, pudimos ver en el Tomavistas 2017 -el grupo nos deleitó con buenas canciones enmarcadas en un fondo audiovisual de imágenes lésbicas muy sensuales-.
Marika ha recurrido a su propia vida para componer las canciones de este disco y sus letras están llenas de historias de erotismo y pasión entre mujeres. Novias y ex forman parte de éste universo musical. En la canción Boyfriend habla con sarcasmo de la discriminación, que ha vivido en propia carne en ocasiones, como cuando un taxista las echó a ella y a su novia del taxi. Otra de las pistas, Violet, habla literalmente de sexo, sin tapujos: “(…) empezaron a salirme letras así, sin refugiarme en metáforas como antes. Me pregunté -¿Estoy preparada para desnudarme de esta manera?-. Y la respuesta fue -joder, claro- [risas] (…)” ha relatado a Shangay. “Es peliagudo cuando hablas en algunas canciones de alguien que no sabe que vas a contar determinadas experiencias de las que forma parte, y cuando la cantas y sabes que está entre el público se va a dar cuenta… Me ha pasado ya un par de veces, pero no me dijeron nada después, fueron muy discretas [risas]. Me gusta enfrentarme a experiencias que he vivido, como en I’d Rather Be with Them, y volver a aquellos momentos, para luego ver qué reacción provoca en el público. Una canción así me pone triste en el momento en que la canto, pero en cuanto se acaba, vuelvo a la normalidad”.
Marika, como todas las personas conocidas, es un referente, y ella lo sabe bien. “Me di cuenta en un concierto de mi novia, que también es músico. Una fan se nos acercó llorando y nos dijo que gracias a nosotras había reunido el valor para salir del armario, que éramos el ejemplo que necesitaba para atreverse. En ese momento vi lo importante que era mostrarme como lo hago en este disco (…) cuantos más artistas hablemos de estos temas con normalidad, más aceptados estarán. Lo que no me gusta es cuando se nos define por nuestra sexualidad. Porque si me enamoro de una mujer es algo mío, y aunque no tengo problema en hablar de ello, solo quiero que se juzgue mi música. Por eso no trataba estas cuestiones tan abiertamente cuando publiqué mi primer disco, quería ganarme mi puesto gracias a mi música, antes de que se me pusiera una etiqueta… Hay un movimiento queer muy fuerte ahora, y eso me hace feliz.
Lee también Looren, la ganadora de Eurovisión, sale del armario.