Tres historias de maternidad lésbica con tres métodos diferentes de embarazo

Antonio tiene los ojos grandes y verdes como su madre no biológica, Susana, por eso todos piensan que fue ella la que lo gestó y no Mar, esposa de Susana y quien llevó al pequeño Antonio durante 9 meses en su vientre.

“Caprichos de la genética, y en este caso un precioso capricho, porque Toni tiene algo de las dos, mi cara y los ojazos de su mami”, nos cuenta Mar.

Mar y Susana están casadas desde 2016, fue una boda grande y por todo lo alto, para celebrar que cumplían diez años de relación. Decidieron que solo querían tener un hijo y que la que se embarazaría sería Mar, la mayor de las dos, 38 años, pero la que tenía más ganas de gestar al bebé.

Se hicieron una inseminación artificial en la clínica FIV Madrid. Habíamos ahorrado bastante porque no pensábamos que podíamos quedarnos a la primera, conocemos parejas que han tardado meses e incluso años, así que fue maravilloso e inesperado. El procedimiento fue hacer la visita a la clínica para conocernos, comenzar a tomar unas hormonas para producir más ovocitos, controlar la ovulación con ecografías y el día de la ovulación llevar a cabo la inseminación artificial. Rápido, fácil e indoloro. Después solo queda esperar lo más relajada posible”.  

FIV

Lourdes había intentado embarazarse dos veces, sin éxito. “Estaba frustrada, triste y con mucho miedo de nuevos intentos. Las dos negativas y la ruptura con mi novia hicieron que tuviera un año muy malo, pero al siguiente (refiriéndose a 2017) decidí que seguiría adelante con mi sueño de ser mamá, aunque fuera soltera. Me hice una Fecundación In Vitro en la clínica FIV Madrid”.

Lourdes es la madre recién estrenada de Aleix, un pequeño de dos meses. Madre soltera pero para nada sola, ya que sus amigas y familiares no la dejan sola ningún día, están todos enamorados del bebé.

“Como las inseminaciones anteriores no me habían ido bien decidí probar con una fecundación in vitro, esto consiste en que después de hacer estimulación ovárica me sacan los óvulos y los fecundan en el laboratorio. Después de eso me introdujeron dos en el útero. Me daba un poco de miedo tener dos bebés, tener mellizos, pero al final se agarró solo Aleix. No experimenté molestia alguna, la estimulación ovárica consiste en pincharse durante unos días con una jeringa en la tripa y ya está. La extracción de los óvulos requiere un poco de sedación pero es bastante rápida. La Fecundación In Vitro da más posibilidades de embarazarse que una inseminación artificial, sin duda la recomiendo”.


Método Ropa

Cada vez más mujeres lesbianas deciden ser madres a través del método ropa, procedimiento por el que nació Ainara, de 18 meses.

Sus madres, Tere y Sara, optaron por esta opción que, aunque más cara que las dos anteriores, les daba la oportunidad de participar a las dos como madres biológicas. Sara es siete años mayor que Tere. “Yo no había pensado en ser mamá hasta que me enamoré de Tere, y cuando pensamos en tener hijos yo tenía 37. Nos tuvimos que casar porque para poder hacer el Método ROPA, que quiere decir recepción de ovocitos de la pareja, debes estar casada. Yo me embaracé en FIV Madrid a los 39 con el óvulo de mi chica, que en ese entonces tenía 32, un óvulo en un buen momento, muy fértil. A la hora de encargar el semen buscamos un donante de semen con nuestras características, piel blanca, pelo castaño, ojos marrones. Y si ves a Ainara es igual a sus dos mamás, la que aportó el óvulo y a mi, que la llevé dentro. Para embarazarnos Tere recibió la misma estimulación ovárica que se hace en una FIV. Yo recibí el óvulo fecundado. Queríamos solo tener un bebé pero ahora que la tenemos a ella pensamos en darle un hermanito, pero creo que esta vez sería Tere la que se embarazaría con su propio óvulo, o sea una inseminación artificial, ya que por mi edad darle un óvulo mío nos reduciría las posibilidades”.

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