Llevo varios años oyendo el concepto de copa menstrual y he de confesar que me resulta un poco inquietante. Entiendo que es un objeto de silicona en forma de copa que se introduce en la vagina y que pretende sustituir a los tampones y a las compresas, pero no termino de verlo. Es decir, me lo imagino y me resulta un poco grotesco.
Las opiniones a mi alrededor acerca de las copas menstruales son bastante variadas. Algunas mujeres me dicen que es una guarrada y otras que ya no vuelven a las compresas de toda la vida. Estas situaciones me encantan, porque significa que provocan una polémica muy interesante. Como yo soy muy curiosa (y creo que si la copa menstrual fuera lo que dice ese porcentaje de mujeres que están satisfechas, mi economía se encontraría en un estado más saludable) he decidido hacer el experimento y probar una copa menstrual por primera vez.
Independientemente de mi motivación y mis ganas de explorar este nuevo método, tengo preguntas y pensamientos que me rondan la cabeza, como a todo el mundo. Así que antes de nada, he tecleado “copas menstruales” en Google para informarme mejor. Esperaba encontrarme artículos sobre las copas y su uso en primer lugar, pero en vez de eso me tropiezo con decenas de marcas que intentan venderme una. Pues vaya.
Acabo entrando en la página de uno de los fabricantes de copas y aprendo lo siguiente: que son ecológicas, que son económicas, que hay varios tamaños y tallas y que son higiénicas. Todo eso habrá que verlo, ¿no? Así que compro una copa por internet.
He pedido el tamaño pequeño. Normalmente, cada fabricante explica la diferencia entre tamaños y no siempre con los mismos criterios, por lo que lo más recomendable es que le eches un vistazo a la página que lo explica de la marca que te interesa. Todo esto de los tamaños no es como elegir el color: tiene dos objetivos. Primero, que la copa no se caiga o se escape. Segundo, que la parte que hace de contenedor no rebose. Por ello, dependerá de si vuestra vagina está ensanchada o más bien estrecha y de la cantidad de vuestra regla. Yo elegí el tamaño pequeño porque nunca he tenido partos vaginales (lo cual ensancharía la vagina), realizo ejercicios de Kegel con frecuencia para fortalecer el suelo pélvico (es decir, que fortalece la musculatura de la vagina) y mi cantidad de flujo es regular. Sé que hay fabricantes que hacen la diferenciación a partir de la edad. Mi consejo es que no os guieis por este factor, porque por edad puede corresponderte la copa L, pero puede que realices ejercicios de Kegel, como es mi caso, y que tu vagina sea más estrecha.
Al cabo de dos días tengo la copa en casa. Emocionada, como cada vez que me llega un paquete, abro la caja de cartón y me encuentro a mi nueva amiga. Mi primer pensamiento es: “¿Cómo narices voy a meterme yo esto?” Por mucho que intento visualizarlo sigo sin convencerme. Pero la compra está hecha y el reto en marcha.
Continuará… cuando aparezca la señora de rojo.
Los días desde que escribí la primera parte del artículo hasta que llega la señora de rojo han sido agridulces. Por un lado, me emocionaba pensar que iba a probar algo nuevo (llamadme rara, pero por primera vez en la vida tenía ganas de que me bajara la regla) y, por el otro, no tenía muy claro que la experiencia fuera del todo positiva.
Y aquí estoy yo, en mi segundo día en compañía y con la copa en la mano. Procedo a leer las instrucciones, fingiendo que todavía no sé cómo debería usarse una copa vaginal y esperando encontrar algún consejo más esclarecedor. No aprendo nada nuevo: que se pueden insertar de dos formas diferentes; una doblando la copa por la mitad y otra doblando una esquina de la copa.
Es la hora. Lavo la copa con jabón natural y decido utilizar la forma de inserción más sencilla: doblando la copa por la mitad. Así que la cojo, la doblo y… ¡pum! Salta por los aires, literalmente. La recojo, la lavo otra vez y vuelvo a doblarla. En esta ocasión la sujeto con más fuerza y procedo a la inserción. Para introducirla recomiendo que utilicéis las mismas posiciones que utilizaríais para introducir un tampón. Lo mejor es agachada o de pie con una pierna encima de una silla.
La sensación es extraña. Una vez está bien colocada hay que asegurarse de que el manguito (es decir, aquella parte que ayuda a la extracción) no sobresalga para que no nos moleste. Si está bien colocada no deberíamos notarla ni debería molestarnos. Claramente, la notaremos si tensamos los músculos de la vagina, pero estoy hablando de una postura relajada. Ahora sólo queda esperar unas horas y ver si ha funcionado como esperamos.
Continuará… unas horas después.
Durante estas horas no he notado la copa para nada. No produce molestia ni dolor. A pesar de que en las instrucciones indica que se puede llevar hasta 12 horas, he preferido hacer una prueba de 4 horas para ver cómo responde mi cuerpo. Así que después de cuatro horas extraigo la copa. La extracción es sencilla: hay que tirar el manguito y la copa sale sola. El único inconveniente es que esta manipulación puede resultar ligeramente dolorosa para las mujeres que, por el motivo que sea, tenemos la vagina más bien estrecha. Hay que tener en cuenta que la copa, todas estas horas, ha estado haciendo vacío y en este momento lo rompemos para sacarla. Por eso os recomiendo que liberéis al vacío antes de nada haciendo presión en uno de los lados de la copa para que salga más fácilmente.
El resto es fácil: se vacía la copa, se lava con agua y volvemos a empezar.
En el transcurso de estas horas he optado por ponerme una compresa por si hay algún escape, pero nada. Lo cierto es que si la tienes bien colocada no habrá ningún escape, por lo que no tienes que preocuparte si te sientes cómoda con ella.
La señora de rojo ya se ha ido y no he vuelto a usar una compresa o un tampón. Al utilizar la copa es como si no llevara nada, por lo que no he tenido problemas en el gimnasio o en mi día a día. Sí que es cierto que los últimos días cuando ya se está yendo la cantidad que recoge la copa es mínima, así que si no quieres estar poniéndotela y quitándotela, esos últimos días puedes usar las compresas de toda la vida o incluso un salvaslip.
Mi consejo una vez vivida esta experiencia es que le deis una oportunidad a la copa menstrual. Su funcionamiento es muy sencillo y es cómoda de llevar. No se nota y se lava fácilmente. Si luego no os gusta no será porque no cumple su función, desde luego.
No puedo terminar el artículo sin hablaros de las ventajas que ofrece la copa, a grandes rasgos:
- Es económica. Una copa menstrual ronda entre los 10-25 €. Si habitualmente usamos compresas, un paquete de la marca más utilizada cuesta unos 4 €. Es decir, que con tres cajas de compresas puedes pagar una copa menstrual que te durará varios años.
- Es higiénica. Es mucho más higiénica que una compresa o un tampón, donde la menstruación queda en contacto con nuestra vagina. En el caso de la copa, la menstruación se recoge en el recipiente de silicona, por lo que no hay contacto directo. De este modo, se evitan infecciones fúngicas o uretritis.
- Es saludable. No produce alergias.
- Es cómoda. Aunque hay que cambiar la compresa o el tampón con mucha frecuencia, la copa puede estar en nuestra vagina hasta 12 horas, siempre dependiendo de la intensidad de la menstruación de cada una. Por ello, no hace falta que nos despertemos por la noche o que entremos en un bar para cambiarnos.
- Es ecológica. Las compresas y los tampones no tienen un futuro muy agradable. Al tratarse de productos que están en contacto con fluidos humanos, su reciclaje es imposible y sus componentes no son positivos para el medio ambiente. Las copas menstruales reducirán por completo el uso de compresas y tampones. El planeta te lo agradecerá.
Cosas importantes que conviene no olvidar:
- No uses la copa menstrual más horas de las indicadas por el fabricante.
- Límpiala bien, siempre. Así evitaras cualquier tipo de infección.
- No utilices la copa durante las relaciones sexuales.
- Si vas a utilizar lubricante para introducirla, que sea de base agua. Si no, puede haber problemas en cuanto a la compatibilidad del material de la copa con otros lubricantes.
Me encanta la copa, pero desgraciadamente la que me compré me produce una alteración del Ph de la vagina y como resultado, candidiasis 🙁 Me pasó 2 veces…
Voy a ver si las hay de otro tipo de material.
Una pregunta , suena bien pero si cuando te la tienes que quitar estas en casa pero si trabajas y sales de casa a las 8 de la mañana y llegas a las 9 también la ves cómoda?
A mi me resulta muy cómoda, me dura bastante y es la mejor compra que he hecho en mi vida. Hay copas duras y blandas, a lo mejor si varías te entra mejor. 🙂