Mónica Naranjo, esa bestia musical de la década pasada, es en el presente un imparable animal mediático. De volver a estar en boca de todos por sus divertidas salidas en el Talent Show en que participaba, Mónica ha dado el salto a su propio programa, un Docurreality para Mediaset llamado Mónica y el sexo, donde recorre el mundo hablando de las diferencias en sexualidad, fetiches, tendencias sexuales, etc.
Esta semana tuvo una entrevista con el presentador de la cadena, Jorge Javier Vázquez, para presentar el programa, donde llegará a comprar -y oler- en un dispensador bragas usadas, donde le dará una patada en sus respetables a un muchacho, -sorprendentemente un fetiche muy extendido- y donde cuenta su propia vida sexual.
“He tenido relaciones con señoras que me han querido muchísimo y yo a ellas”, es una de las cosas que le contó en la presentación a Jorge Javier sobre su bisexualidad. Mónica aseguró que nunca había hecho un trío ni tenía ganas, que era monógama de naturaleza y que en un viaje en Río de Janeiro probó la viagra femenina y estuvo 4 horas desaforada. “Estaba malísima, muy amarga, pero me puso como una burra, cachondísima durante cuatro horas. Fui a un concurso de samba y había unas jamelgas…unas señoras…se me ponían a bailar ahí (señalando sus caderas) y yo decía, uf uf…”.La ahora reconvertida en presentadora confesó también en la entrevista que al principio mucha gente pensaba que era un hombre, y le miraban de arriba abajo, le tocaban la nuez…así como que todo el mundo daba por hecho que era lesbiana al inicio de su carrera.
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La Naranjo explicó también algo sorprendente, que se dedicó a la televisión para desintoxicarse del mundo de la música: “Me retiré durante siete años porque estaba harta del mundo del espectáculo. Me llegó a dar asco cantar”.