El pasado 21 de noviembre nos dejaba Montse Oliván, una de las primeras mujeres que visibilizó y defendió el feminismo, en una España que desconocía por completo el significado del término.
Nos encontrábamos en plena Transición, allá por la década de los 70´, cuando Montse comenzó a alentar a sus amigas y amigos, entre los que se encontraban Cristina Garaizabal y Empar Pineda, a leer sobre teoría feminista y denunciar la verdadera situación de las mujeres en aquella sociedad.
Gracias a su iniciativa y persistencia feminista, nació la Estructura de Mujeres, organización perteneciente al Movimiento Comunista pero con una visión muy diferente del papel de la mujer en la sociedad y las organizaciones.
Montse no quería un feminismo reduccionista y luchó por un feminismo crítico e inclusivo, donde todas las orientaciones, y sexos, estaban invitados. Un feminismo que integrara y defendiera la diversidad sexual, la transexualidad, los derechos laborales de las trabajadoras del sexo, etc.
Su presencia e implicación fueron fundamentales para lograr la creación del Colectivo de Feministas Lesbianas de Madrid, en enero de 1981. Sorprendentemente la sola formación de éste colectivo fue difícil: Varios opositores alegaban que la orientación sexual no podía ser motivo de autoorganización. El CFLM enfrentó la lesbofobia incipiente en algunas organizaciones feministas que rehusaban que las identificaran como lesbianas y defendió la libre opción sexual dentro del movimiento, además de la visibilidad lésbica y la denuncia de las agresiones a lesbianas.
Las lesbianas empezaban a existir como colectivo, y en consecuencia, empezaban a reivindicarse: En 1983 aparecerían las primeras jornadas de lesbianas sobre sexualidad, inicio del Movimiento Organizado de Lesbianas en el Estado Español.
Actualmente estaba casada con su tocaya, Montse Ruiz, y había aparcado su militancia oficial en el Movimiento Feminista para dedicarse por entero a su trabajo como Jefa de Servicio del Depósito Legal de la Biblioteca Nacional Española. Sin embargo, los que la conocen aseguran que nunca dejó de actualizarse en su pensamiento feminista ni cesó su implicación en favor de la igualdad de derechos entre sexos.
Ella se ha ido, pero el legado que deja en nuestra historia como mujeres, como transexuales, homosexuales y en definitiva, como personas, es para siempre.
Ver: Lesbianas y bisexuales que cambiaron la historia
Fuente: Revista Página Abierta.