Nilla Fischer, una veterana de 34 años, capitana del equipo alemán Wolfsburg y jugadora de la Selección de Suecia (representó a su país en tres Copas Mundiales y tres Juegos Olímpicos), ha hecho unas duras declaraciones mientras las autoridades del fútbol continúan luchando para combatir la homofobia dentro y fuera del terreno de juego.
Sabemos de la homofobia dentro del deporte y no es de extrañar los comentarios de la jugadora, ya que a principios de este mes, el lateral del Arsenal, Héctor Bellerín, reveló que ha sido llamado lesbiana (entro otros insultos homófobos) solo por llevar el pelo largo. Según sus propias declaraciones: “es imposible que alguien sea abiertamente gay en el fútbol”.
Por supuesto, se refiere al fútbol masculino ya que no es el caso del fútbol femenino, el cual tiene ya muchos jugadoras abiertamente lesbianas y bisexuales, incluida la nueva entrenadora del Manchester United, Casey Stoney y la propia Fischer.
Nilla salió del armario improvisadamente cuando un periodista le preguntó por su vida amorosa y ella contestó con sinceridad que estaba saliendo con una chica.
“Fue solo una entrevista al azar. Me preguntaron si estaba saliendo y simplemente les dije todo: ‘Sí, estoy saliendo con una mujer y bla, bla, bla’. La reacción fue en gran medida buena. En la comunidad, siempre es positivo. Por supuesto, con las redes sociales e Internet existe la oportunidad de que las personas escriban sus opiniones y las envíen. Pueden esconderse detrás de la pantalla “.
La estrella deportiva dijo que su motivación vino del hecho de que otros miembros de la comunidad LGTB soportan cargas similares o incluso más pesadas.
“Sé que hay personas que reciben mucho más odio y más amenazas que yo, así que trato de verlo así y pensar: ‘Tengo que hacer esto porque es importante para el resto del mundo’. La mayor parte de las reacciones fueron buenas, pero ser mujer jugando al fútbol y ser una mujer lesbiana provoca mucho odio. Hemos llegado lejos, pero hay mucho trabajo por hacer. Creo que cuando hay una reacción tan grande, demuestra que debemos hacer más y debemos ser más francos, porque aún no es normal “.
Y para cerrar queríamos haceros partícipes de una reflexión muy bonita a la que ha llegado Nilla y que le honra como mujer privilegiada que es. Su mujer trabaja con víctimas de violencia de género y ella ha reconocido que para ella antes perder un partido era el fin del mundo. Desde que la conoció, su concepto del mundo cambió para mejor.
“Parece extraño tal vez, pero yo solo juego fútbol. El fútbol significa mucho para mí, pero es solo fútbol. Antes de conocerla, era el fin del mundo si perdíamos. Pero ahora, escuchar lo que hace en su trabajo cotidiano, con mujeres maltratadas, te despierta. Es un mundo totalmente diferente “.
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