«Todavía estamos enamoradas. Aún no podemos empezar el día sin un buen abrazo».
50 años de amor. Se dice pronto. Y se pasa muy rápido, tan rápido que Lennie Gerber y Pearl Berlín siguen sintiendo lo mismo que aquel junio como este allá por los 60´. Estas dos chicas judías de un Brooklyn no tan moderno como el actual se habían conocido tiempo antes, por un amigo en común, que las juntó a comer en su casa sin saber que sería la celestina de uno de los amores más bonitos que hemos visto nunca. Pero no fue un amor repentino, sino algo macerado durante dos años de una amistad cada vez más intima, más plagada de cartas, llamadas e intimidad.
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Para la época fueron bastante lanzadas. Y sus familias supieron adaptarse a los tiempos.
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No salieron del armario oficialmente pero se cogieron un apartamento con una sola cama, y eso fue suficiente para dejar las cosas claras. Según cuenta Lennie, su madre pasó de decir «jamás vamos a tolerar esto» a reírse cuando su hija le decía «querías que me casara con otra persona judía como yo, y eso hice».
Lo de Pearl es todavía más telenovelesco. Envió por error una carta de amor a una mujer a casa de su madre. Su madre la abrió y… ¡horror! La madre la llamó por teléfono: «Pearl, he abierto el correo hoy, he recibido una carta muy bien escrita pero claramente no era para mí. Solo quiero que sepas que tu padre nunca lo verá y nunca querrá saber ni oír nada de eso». Pues bien, el padre de Pearl acabó haciendo uña y carne con con la novia de su hija. «Ay Lennie, si fueras un hombre todo sería perfecto».
Ambas han contado a los medios que fueron muy criticadas por ser tan espontáneas con su amor, por sus familias, sus amigos y en sus trabajos, pero nunca estuvieron dispuestas a meterse en un armario. Lennie se convirtió en abogada y años más tarde se especializó en ayudar a parejas de lesbianas y gais a redactar poderes, testamentos, etc. Lucharon como pocos por lograr el matrimonio igualitario en Carolina del Norte, tras años viendo como amigos suyos y clientes de Lennie lo perdían todo ante la muerte de su pareja, y por supuesto se casaron nada más aprobarse la Ley.
Incluso ahora, que en su país la ultraderecha quiere celebrar el Orgullo Heterosexual y volver a demonizar al colectivo LGTB, ellas siguen luchando por sus derechos y por eso han decidido seguir siendo un ejemplo de visibilidad y orgullo y llegar al mundo entero con su historia de amor.
Qué maravilla. Quién lo durara…