Todo lo que tienes que saber sobre anatomía sexual femenina

El mes pasado hablábamos de las lagunas de la educación sexual que recibimos y, este mes, trataremos de solucionar esta dificultad hablando de uno de los aspectos que más carencias refleja: la anatomía. A falta de información sobre placer, emociones, relaciones de pareja, prácticas eróticas, afectos, comunicación, roles sexuales, orientación del deseo, identidad sexual, desarrollo sexual, etc.; solemos pensar que, en cambio, sí recibimos suficiente información sobre otros aspectos de la sexualidad como la anatomía. Sin embargo, sorprende encontrar libros de texto en los que no aparece el clítoris representado; y en los que se habla meramente de embarazo, “aparatos reproductores”, algunos caracteres sexuales secundarios (seleccionados de cualquier forma menos por azar) y parto. Y, junto con el clítoris (al que dedicaremos otro artículo en los próximos meses), el músculo pubococcígeo es otro de los grandes olvidados en la anatomía sexual, que no (exclusivamente) reproductiva.

Quizás te estés preguntando qué tiene este músculo de especial para merecer un artículo en sí mismo; o puede que tu duda vaya más allá e intentes descubrir con este artículo dónde se encuentra exactamente dentro de tu cuerpo… ¿Pertenecerá a la anatomía femenina?, ¿A la masculina?, ¿A ambas? Metámonos en faena para aclarar todas las preguntas posibles.

El músculo pubococcígeo (PC), de nombre impronunciable, es el encargado de contraer y relajar toda la zona genital: de la vulva, el perineo y también el ano. Se encuentra en toda esta zona, que solemos llamar suelo pélvico. En los hombres también existe y controla parte del pene y la zona que rodea el ano, influyendo en la erección, la micción, el orgasmo y, evidentemente, en la eyaculación. Como habrás supuesto, al estar relacionado con todos estos órganos femeninos, tiene una relación muy estrecha con el placer y el dolor en las relaciones eróticas. Los ejercicios de suelo pélvico, conocidos sobretodo gracias al Dr. Arnold Kegel, que incluso ha logrado que sean bautizados como “ejercicios de Kegel”, son muy utilizados por la medicina, la fisioterapia y algunas disciplinas deportivas como el Pilates. Tratamientos para combatir las pérdidas de orina en mujeres que han pasado la menopausia, terapias que pretenden superar vaginismos o dolores/molestias durante la penetración e intervenciones destinadas a evitar la caída del útero en mujeres multíparas incluyen siempre un combinado de ejercicios para tonificar este músculo. No obstante, también es importante mantenerlo en forma aunque no tengamos ninguna de las dificultades comentadas anteriormente. Que el músculo PC se mantenga a tono es fundamental para lograr un mayor control de nuestra vagina, pudiendo contraerla o relajarla a nuestro antojo; si se llevan a cabo durante el embarazo, para facilitar el parto; también para poder disfrutar del sexo anal, ya que saber cómo relajar el esfínter es fundamental para evitar desgarros y molestias; conseguir orgasmos más intensos y duraderos, dentro de los límites fisiológicos, claro.

Espero que en este momento haya crecido tu interés por la anatomía sexual y estés muerta de curiosidad, sin poder evitar repetirte “¡cuéntame más, cuéntame más!”. Si es así, es el momento de hablar de cómo lograr este control. En relación a este aspecto, no dejo de preguntarme cómo se supone que vamos a conseguir manejar este músculo si no sabemos que existe, cómo se llama ni cómo trabajarlo. La invisibilización de la sexualidad en general y de la erótica femenina en concreto, se hace evidente en muchos temas que se obvian, silencian o ignoran; y el músculo PC es uno más de ellos. Así que, resolviendo el misterio, puedes identificar tu músculo pubococcígeo mientras haces pis: trata de cortar la orina varias veces y, si lo consigues, aunque sea con pequeñas pérdidas, detectarás un músculo PC tonificado y en forma, si por el contrario te cuesta detener la micción, es posible que necesites ejercitarlo. Contraer y relajar el músculo parando la orina a menudo, no es saludable, ya que puede producir infecciones de orina; así que si necesitas algún indicador más para continuar aprendiendo, puedes contraer y relajar el PC introduciendo un dedo en la vagina, de forma que puedas notar en éste los cambios. Una vez que lo tengas controlado, puedes contraerlo y relajarlo mientras ves la televisión, trabajas, lees un libro, echas un vistazo a las novedades MíraLes, escuchas atentamente (o no tan atentamente) en clase o paseas por la calle. Para mantener en forma este músculo puedes hacer diariamente unas cuantas repeticiones de este ejercicio de contracción-relajación. Si lo que quieres es utilizar este ejercicio para solucionar alguna dificultad de las que hemos comentado anteriormente, conviene que consultes con un o una especialista para que te indique el número de repeticiones necesarias para notar mejoras.

Para aquellas que sois asiduas en la práctica de ejercicio, que seguro que os sentís estimuladas; y también para todas las que no soléis dedicarle demasiado tiempo, a quienes quizás os de más pereza, os invito, al menos, a probar y dedicar algún esfuerzo a investigar y conoceros, al menos. Después de esto, tú decides, pero como suele decirse: ¡más vale prevenir que curar!

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1 comentario en “Todo lo que tienes que saber sobre anatomía sexual femenina”

  1. […] El ano es un músculo que con la tensión se contrae, impidiendo cualquier tipo de penetración. El músculo pubococcígeo (musculatura que rodea tanto la vagina como el ano) necesita de la relajación para expandirse. Tú […]

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