Resulta que siempre te has imaginado teniendo una gran familia. Quizá seas hija única y la falta de hermanos te ha hecho crecer pensando en que te gustaría una casa llena de algarabía. O quizá simplemente es que te gustan los niños. Por los motivos que sean, tu cuadro está completo cuando además de tu mujer o tu novia, aparecen en él dos o tres hijos. Y legó la gran pregunta después de un par de años de relación y uno de convivencia: “-¿Tenemos un hijo?” Y la gran respuesta: “-La verdad es que yo no quiero tener hijos.” Entras en estado de shock.
¿Puedo seguir con mi relación si no estamos de acuerdo en tener hijos?
Lo primero que te preguntaría es: ¿cuánto es para ti de importante el tener hijos? Si la respuesta es que lo es mucho, está claro que puede ser un motivo de separación, no obstante, vamos a reflexionar un poco más y veamos si hay otras soluciones posibles.
Existen muchos tipos familias, madres solteras, madres separadas, madres que comparten su maternidad con su pareja, madres que no la comparten, madres que eran heteros y luego se han dado cuenta de su verdadera sexualidad, madres con hijos de distintas parejas, madres viudas, madres biológicas y madres que adoptan. Puede ser que te hubieras imaginado algo distinto, pero ¿de verdad vamos a ser tan rígidas? Ojo, no digo que no persigas tu ideal, pero como la propia palabra indica, un ideal es justamente eso, “algo a lo que aspirar”, “algo que respresenta la perfección”. La realidad a veces es muy distinta, ¿estás dispuesta a perder a la mujer que quieres por que no es exactamente en todo como te gustaría?
VER: Clara, mamá y mami. Un precioso cuento sobre la diversidad familiar
Algunas preguntas que te ayudarán:
- ¿Crees indispensable que el tener hijos sea un proyecto compartido con tu pareja?
- ¿Necesitas que ambas seáis madres?
- ¿Podrías imaginarte en una maternidad por tu cuenta pero teniendo aún así, una pareja?
- Y en caso afirmativo, ¿por qué no hacerlo así con la pareja que ya tienes?
Sé que es complicado muchas veces aunar distintos proyectos vitales, la mayoría de las parejas se separan precisamente por motivos como éste, pero si crees que ella es la mujer de tu vida, ¿por qué no aceptar que no tiene por qué querer todo lo que tú quieres y necesariamente compartir todos los hitos de tu vida? Al fin y al cabo, no podemos adivinar el futuro, incluso aunque tuvieras una pareja con quien compartieras la maternidad, nada te asegura que vayáis a ser una familia unida para siempre. Abre tu mente a otras posibilidades, la vida está llena de ellas, elige una. Y si no puedes más, empieza a terapia de pareja, una ayuda externa puede hacer que os reencontréis la una con la otra.
VER: Carla y Daniela, dos madres biológicas del mismo bebé
Raquel Moya, Psicóloga LGTB
¿Y Psi hablamos?