Siempre he pensado que lo mejor de un viaje es lo que no está escrito en las guías, y pese al retrato de fatalidad que se ha trazado en el reportaje, creo que es un país cuya cultura y población pueden hacerte sentir como en tu propia casa; por eso, si lo que buscas no es permanecer enjaulado en un hotel cinco estrellas (pulsera en muñeca), sino un poco de aventura, no podemos dejar de recomendarte que…
Si viajas a República Dominicana realices una visita obligada de al menos un día a su capital: Santo Domingo. Quizá no te sea posible, por estar en algún complejo hotelero alojado lejos de la capital, pero si estás cerca, recomendamos que lo visites. Recuerda que Santo Domingo fue proclamada por la UNESCO como “patrimonio de la humanidad”.
No puedes perderte la playa de Bocachica, en la que puede que no haya mucho ambiente gay, pero en compensación disfrutarás de un gran arrecife de coral, que tiene un color azul turquesa espectacular y el agua no cubre hasta aproximadamente un kilómetro mar adentro. En ocasiones, si la marea está baja y calma, se puede caminar hasta un islote llamado La Matica.
Si el plan es integrarse en el ambiente, la capital puede resultar un estimulante poderoso. Puedes alojarte cerca del barrio gay por excelencia: la zona Colonial. Es la zona más antigua, donde todavía permanecen los monumentos coloniales: la casa de don Cristóbal Colón, Plaza España y la Fortaleza Ozama. Allí está el famoso parque Duarte en el que asociaciones y colectivos se reúnen revindicando su visibilidad. Es lo más parecido a Chueca que existe en Santo Domingo.
Si tienes pensado quedarte no dudes en ponerte en contacto con alguna de las siguientes asociaciones: Colectivo Mujer y Salud, Las tres gatas, Colectivo LGTB de República Dominicana, Secretaría de Estado de la Mujer. Ellos te indicarán y guiarán en tu estancia en la isla.
La República Dominicana es un país que ocupa algo más de los dos tercios orientales de la isla La Española o de Santo Domingo, en el Archipiélago de las Antillas. Limita al norte con el océano Atlántico, al sur con el mar Caribe o mar de las Antillas, al este con el canal de la Mona, que la separa de Puerto Rico, y al oeste con la república de Haití.
Tiene una superficie territorial de 48.442 km² y una población de casi 10 millones de habitantes. La sede del gobierno y capital del país es Santo Domingo.
La sociedad dominicana no ha logrado aún un clima social de igualdad, visibilidad y respeto a las distintas opciones sexuales que enmarca el conjunto de los seres humanos. La presencia de la Iglesia católica en la rutina diaria de la sociedad, así como en las políticas públicas, es el gran escollo que impide este proceso.
La República Dominicana es un país que ocupa algo más de los dos tercios orientales de la isla La Española o de Santo Domingo, en el Archipiélago de las Antillas. Limita al norte con el océano Atlántico, al sur con el mar Caribe o mar de las Antillas, al este con el canal de la Mona, que la separa de Puerto Rico, y al oeste con la república de Haití.
Tiene una superficie territorial de 48.442 km² y una población de casi 10 millones de habitantes. La sede del gobierno y capital del país es Santo Domingo.
La sociedad dominicana no ha logrado aún un clima social de igualdad, visibilidad y respeto a las distintas opciones sexuales que enmarca el conjunto de los seres humanos. La presencia de la Iglesia católica en la rutina diaria de la sociedad, así como en las políticas públicas, es el gran escollo que impide este proceso.
Las expresiones de segregación contra la población de opciones sexuales diferentes se pueden identificar en la cotidianidad, en la esfera laboral, social y política. Algunas de estas expresiones son las siguientes:
Condena de la presencia de homosexuales, lesbianas y transexuales en los parques públicos. En la actualidad distintos medios de comunicación y la jerarquía eclesiástica sancionan la presencia de homosexuales en parques públicos (como ocurre con el parque Duarte), y consideran que sólo su presencia se convierte en una “ofensa a la moral” y a las “buenas costumbres”. Por el contrario, este hecho favorece la transparencia en las relaciones sociales. Este parque es el único espacio público donde las personas se sienten en libertad de expresar su afectividad y su identidad sexual sin temor a ser recriminadas. Estas acciones no pueden considerarse como delitos. Su presencia favorece la ruptura con la cultura del ocultamiento y la simulación en las relaciones interpersonales.
El uso de expresiones de “burla” y “humillación” hacia la población gay, lesbiana y transexual.Encontramos que en los programas de comedias y en la convivencia cotidiana se utilizan términos despectivos e insultantes contra las personas con preferencias sexuales diferentes. Estas personas expresan en entrevistas y grupos focales el proceso de humillación a que son sometidos cuando son coherentes con su identidad sexual.
Expulsiones de jóvenes homosexuales, lesbianas y transexuales de centros educativos. Son muchos los jóvenes gays y lesbianas que declaran en entrevistas y grupos focales haber sido expulsadas de sus centros educativos porque evidencian sus inclinaciones sexuales.
Bloqueo a la inserción laboral. Jóvenes y personas adultas que evidencian con gestos o con su forma de vestir que tienen algún tipo de inclinación homosexual no son aceptados en entrevistas de trabajo o tienden a ser expulsados si se difunde información sobre ello.
En la República Dominicana, hay leyes específicas que prohíben difundir vídeos musicales en cualquier canal de televisión local que estén relacionados con la homosexualidad y la bisexualidad. El videoclip del tema musical Mujer contra mujer se realizó en el año 1989, y tuvo algunas controversias por las escenas que contenía. Fue vetado de acuerdo a las leyes del espectáculo; tal y como sucedió en el 2001 con el videoclip del cantante puertorriqueño Ricky Martin (She bangs), o el del grupo mexicano Maná (Mariposa traicionera) en el 2003.