Ya estamos oficialmente en otoño. Parece que hace un siglo desde que volvimos de la playa y los amores de verano casi se nos han olvidado. Pero que no cunda el pánico, estos meses son, junto con los de la primavera, los mejores para disfrutar de Madrid. La ciudad se llena de la energía de los comienzos y de las mil cosas por hacer y los nuevos lugares por conocer. De esos nuevos lugares que han llegado hace poco os voy a hablar hoy. Para que no dejéis de salir, ¡aunque sea con paraguas!
Bacira (Castillo 16): es el nuevo sitio de moda, el local al que todo el mundo quiere ir. Estuve un martes por la noche y estaba lleno hasta la bandera. Y claro, cuando una prueba su comida lo entiende: el ceviche de corvina, el foie con vainilla, chocolate blanco y brotes, la riquísima anguila ahumada con ricotta, tomates secos, brotes tiernos y quinoa y sobre todo, las fabulosas albóndigas de rabo de toro (¡y lo dice alguien a quien en principio no le llaman mucho ni las albóndigas ni el rabo de toro!). El local además, con azulejos blancos y azules, es muy agradable, perfecto para una cena en pareja o con amigos. Eso sí, pedid muchos platos para compartir y probadlo todo porque merece la pena.
De Rodríguez y Salas (Prado 15): el barrio de las letras ha pasado en poco tiempo de ser “esa zona de guiris” a uno de los lugares con una de las ofertas gastronómicas más interesantes de Madrid. Y allí ha abierto hace unos meses, en el local del antiguo Sticker, este restaurante que mezcla, según ellos mismos dicen, lo castizo y lo contemporáneo, y que cuenta con una variada carta de vermut para tomar con sus tapas. Platos tan apetecibles como las tortillitas de carabineros, el bacalao ahumado con trufa e hinojo, las cerezas de foie o el salpicón de corvina, pulpo y mango, hacen que apetezca volver muchas veces.
Tandem (Santa María 39): seguimos con el barrio de las letras. Porque aquí los dueños del restaurante Triciclo, que está en la misma calle y que fue el restaurante revelación de 2013, han abierto este segundo local, más barato, al que se puede acudir durante todo el día. La cocina es informal pero elaborada y destacan los bocadillos. No dejéis de probar el chino, con pan al vapor, costillas de cerdo, pepino, cebolleta y hierbas. ¡Riquísimo!
Hattori Hanzo (Mesonero Romanos 15): es un japo pero aquí no vais a encontrar sushi, sino la comida típica de las tabernas de Japón: gyozas, okonomiyaki (tortilla japonesa), currypan (relleno de curry japonés de verduras) o varios tipos de brochetas asadas en barbacoa. La decoración es muy curiosa y está muy bien ambientado, con farolillos rojos, yatais (puestos de comida callejera japoneses) y mesas con huecos para meter las piernas y sentir que estamos un poquito más cerca de Japón. Genial para probar una comida distinta y además muy cerquita de Chueca.
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