Livin’ la vida loca
por María Lapachet
Llegué a Nueva York con 22 años, enamorada hasta las trancas de un hombre que podría ser mi abuelo. Sí, tuve una época hetero de la que no me avergüenzo. No recuerdo exactamente cuándo me di cuenta de que era lesbiana, pero recuerdo claramente que NO podía besar a mi madre u otras niñas en la boca, NO podía sentirme mal si mi mejor amiga se había echado el primer novio (la tristeza se entendió como celos por no tener novio, pero no celos porque ella estuviera con él y no conmigo) y NO podía dejárseme sola porque al no tener padre podía correr peligro de convertirme en lesbiana (leído en un ensayo de Freud que había por mi casa con un par de parrafitos subrayados). En mi casa tampoco recuerdan que la niña fuese lesbiana, lo mío tenía que ser locura transitoria. Mi devoción por kd lang, mi interés por aquella colección de historia y cultura LGBT que (creo recordar) se llamaba Homo, mi interés por leer a Sheila Jeffreys y Valerie Solanas, mis poemas sobre mujeres, mis bocetos de coños o que se me fuesen los ojos detrás de las pelirrojas en los autobuses de Aucorsa no eran indicio de nada. Rarezas de la niña, pero pare usted de contar.
Salí del armario a los 25 años. A mi madre se lo dije por teléfono. Era el año 2005 y había empezado a ser voluntaria en el LGBT Community Center de Manhattan cuatro o cinco meses antes de decidirme a contárselo. Al decirle a mi madre que era lesbiana me dijo: “Menos mal que no estás de voluntaria con putas, que si no…”. Al principio le costó creérselo y asimilarlo. Pensaba que su hija tenía síndrome de estrés postraumático (porque el novio mencionado anteriormente no pudo superar un cáncer y se murió). También pasó por una fase en la que me decía que si me arreglase más, me maquillase y perdiese peso, a lo mejor encontraba novio. Después se puso el chip de “eres mi única hija, y lo único que tengo, te quiero como seas”; y se convirtió en mi principal apoyo. Cada 6 u 8 semanas me manda libros de Berkana, recortes de prensa y todo lo que ella veía que podía ser lésbico (camisas de franela de mi época grunge incluidas. Se ve que el estereotipo de lesbiana con camisa de leñadora es internacional).
La mayoría de mis amigas sabía lo mío desde mi adolescencia. En mi grupo había cachondeíto porque no acababan de creerse que fuese lesbiana, con lo que me gustaba comer pollas (que me sigue gustando, sólo que ahora son de plástico, silicona y otros materiales). En esa época el único sitio de lesbianas que yo conocía era el Mermelada, un bar pequeño, claustrofóbico, en Ciudad Jardín, donde había que dar una contraseña para entrar. En EE.UU. hubo un par de personas que me retiró la palabra, por sus convicciones religiosas, cuando salí del armario, pero también un montón de gente que me recibió con los brazos abiertos.
¿Por qué me gusta más Nueva York que Córdoba o Madrid o Barcelona? Estoy muy metida en el mundo butch-femme y sé a ciencia cierta que ahora mismo en España me iba a “comer los mocos”: las butches (lesbianas masculinas) están mal vistas y doblemente discriminadas (por la sociedad hetero y la comunidad LGBT) y las femmes (lesbianas femeninas) o somos invisibles, o dentro de la comunidad LGBT nos cuelgan el sambenito de ser o querer ser todas rositas de pitiminí sumisas estilo ama de casa norteamericana de los años 50. Soy activista y no sólo de boquilla: hago preguntas incómodas, meto el dedo en la llaga, y a día de hoy, eso allí [en España] no se entiende. Se ve como un ataque y en seguida se “contraataca”, acusándote de tener lesbofobia internalizada. En otras palabras, ser lesbiana en Nueva York significa no tener más límites que los que yo quiera ponerme, mientras que en España estaría o me sentiría limitada por la falta de comunidad butch-femme y por el pensamiento LGBT único. Por no hablar de que también me va el rollo BDSM. Mientras aquí tenemos asociaciones, grupos, reuniones, fiestas, clases, talleres, tiendas y hasta hoteles que organizan eventos para la comunidad BDSM, allí es decirles “sadomaso” y “se cagan vivas”.
Personalmente, que legalicen el matrimonio LGBT no me ha cambiado la vida. No voy a correr a casarme sólo porque pueda. El día que lo haga será con un contrato pre-nupcial, porque no soy nada romántica y veo el matrimonio como un contrato de propiedad que no te garantiza nada (conste que lo digo de boquilla, que como me enamore como una perra y/o me pongan por delante un vestido de novia de Agatha Ruiz de la Prada voy a ser la primera en City Hall). Por otra parte, me alegra que se haya reconocido este derecho a la comunidad LGBT (sobre todo por las parejas que conozco que van a casarse de aquí a finales de septiembre), pero a fin de cuentas, queda muchísimo por lo que seguir batallando.
Marco Legal de Nueva York
por María Vindel
Nueva York fue uno de los primeros estados de EE.UU. en abanderar la lucha por los derechos LGTB. Prueba de ello fueron las revueltas del pub Stonewall el 28 de junio de 1969, pub conocido como lugar de encuentro entre la comunidad homosexual en el barrio neoyorkino de Greenwich Village. La policía, que calificaba como pervertidos y enfermos a los homosexuales, realizó aquella noche de junio (como otras muchas noches) una redada. Los homosexuales, hartos del acoso policial, se armaron de valor y se opusieron a la autoridad y a las injustas detenciones, dando lugar a manifestaciones por los derechos de gais, lesbianas, bisexuales y transexules. Al año siguiente, 1970, comenzó la primera marcha del Orgullo Gay en Nueva York, que pretendía celebrar el aniversario del levantamiento de los homosexuales en pro de sus derechos.
Junio es un mes histórico en la lucha de los derechos LGTB en Nueva York, ya que el 24 de este año por fin el Senado neoyorkino aprobó el matrimonio entre parejas del mismo sexo. En 2007 comenzó esta lucha. Un proyecto de ley llegó al Senado, pero fue denegado por una mayoría republicana. En 2009, David Paterson, gobernador de Nueva York, volvió a sacar el proyecto de ley, que fue rechazo por la ciudadanía tras un referéndum. Andrew Coumo, actual gobernador, tenía en la promesa de conseguir la aprobación del matrimonio homosexual una de sus mayores bazas de su campaña electoral fue. Así, por fin Nueva York se convierte en el sexto estado de EE.UU. (después de Massachusetts, Connecticut, Iowa, Vermont, New Hamsphire y el distrito de Columbia) en legalizar el matrimonio homosexual.
Entrevista con María Lapachet
por Paz Gómez
De la mano de María Lapachet nos acercamos este mes a uno de los lugares más escurridizos y fascinantes… sí: ¡New York!
Modernidad
1. ¿Sigue siendo NY una ciudad “moderna”, que “absorbe” con facilidad los cambios?
Nueva York es una ciudad en continuo movimiento, moderna y abierta a los cambios. Cada mes se inauguran y se cierran innumerables exposiciones de arte, restaurantes, tiendas…
2. ¿Cómo ve la sociedad neoyorquina al movimiento homosexual?
Con muchísima naturalidad. Hay que tener en cuenta que lesbianas, gays, bisexuales y transexuales han vivido en Nueva York desde hace casi un siglo. No es nada que se esté viendo únicamente durante la última década, como puede haber pasado en otros países donde se haya legalizado el matrimonio LGBT. No es sólo a partir de Stonewall. Ahora mismo se están recogiendo testimonios para un estudio sobre la cultura butch-femme y se sabe que ya en los años 40 y en los años 50 del siglo pasado había bares de lesbianas. Nueva York es una ciudad que está “curada de espanto”. Esto en los años 60-80 era la “Sodoma y Gomorra de la costa este”: amor libre, clubs de intercambios de parejas, clubs sadomaso, etc.; que una persona fuese gay o lesbiana era “pecata minuta”. No teníamos una serie de derechos que hoy en día sí tenemos, el armario era necesario por temas familiares y laborales, pero, aunque pueda parecer incongruente, la sociedad neoyorquina no se preocupaba de lo que cada un@ hiciera en su casa.
3. ¿Es NY un lugar donde la gente se siente más libre para tener relaciones afectivas y sexuales con quien quiere, y por ello, es una sociedad más promiscua?
No creo que sea una sociedad más promiscua. Creo que es una sociedad menos hipócrita que la de otros estados donde “a lo peor” el sexo todavía se ve como un tabú.
4. ¿Ha cambiado durante los últimos años la situación de la comunidad LGBTQ en NY?
La comunidad LGBT en Nueva York está sobradamente establecida. No ha habido grandes cambios durante los dos últimos años, en los cuales se ha vivido más intensamente el activismo por el tema de legalizar el matrimonio LGBT, ni tampoco después de su legalización. Manhattan tiene el LGBT Center (208 W. 13th St), que abrió sus puertas hace 30 años, y también existen otros centros LGBT independientes en Brooklyn, Queens, Bronx y Long Island. En general, durante el periodo 2006-2008 se hizo mucho en temas de salud reproductiva y sexual lésbica, prevención y tratamiento del cáncer de mama, freno del tabaquismo, etc. Desde el 2009 veo que están más interesados en temas que afectan al colectivo transexual/transgénero y en temas migratorios. Pero no sé si es casualidad o están siguiendo algún tipo de agenda.
5. ¿Está sensibilizado el mundo de las artes con el colectivo homosexual o está totalmente desvinculado?
El mundo artístico y la comunidad LGBT están totalmente entrelazados. Hace cosa de un mes, el humorista y actor Tracy Morgan hizo un comentario homófobo durante una de sus actuaciones en Idaho u otro estado, y, desde Nueva York, Tina Fey, a título personal y como productora de la serie donde trabaja, le dio un tirón de orejas en público. Con un comunicado de prensa conjunto, ella y la cadena donde trabaja le recordaban que sin sus compañer@s de trabajo LGBT él no tendría un cheque del departamento de contabilidad, ni ropa que ponerse de sastrería, ni le arreglarían en maquillaje, etc. No digo que en Broadway sólo haya actores, bailarines, directores, directoras de escena, figurantes, diseñadores gays o lesbianas, pero sí que son muy numerosos; de hecho, Broadway está muy involucrado en el tema de recaudar fondos para la búsqueda de una vacuna para el sida y mejorar las condiciones de vida de la gente que vive con esta enfermedad. Todos los años organizan fiestas para recaudar fondos para el AIDS Walk.
Matrimonio
6. ¿Hasta qué punto se ha dado eco a la noticia de la legalización del matrimonio homosexual en los medios de comunicación neoyorquinos?
La noticia ha estado en la portada de la prensa LGBT y hetero antes, durante y después de la aprobación del matrimonio LGBT. Ahora hay una especie de cuenta atrás hasta el 24 o 25 de julio, que es el primer día en el que las parejas LGBT van a poder casarse. Saldremos en portada ese día y los siguiente quizá haya artículos en el interior, cartas o emails al director, etc., pero aquí las noticias se pasan rápido.
7. ¿Ha habido alguna declaración de alguna celebridad apoyando la legalización del matrimonio homosexual en NY?
Nada más conocerse la noticia, famosos como Ellen DeGeneres, Kathy Griffin, Ricky Martin, Lindsay Lohan, Neil Patrick Harris, Sarah Jessica Parker o Cynthia Nixon, por citar sólo algunos nombres, hicieron declaraciones o tuiteraron mostrando su apoyo.
8. ¿Es totalmente equiparable en estos momentos el matrimonio homosexual al matrimonio heterosexual en NY?
A pesar de todo lo que hemos luchado para que se legalice el matrimonio LGBT, y todo el bombo que se le está dando, en la práctica casarse en el estado de Nueva York no es más que tener un “trozo de papel diciendo que estás casada”. Primero, aquí, o en cualquier otro estado, no puedes equiparar un matrimonio civil a uno por la Iglesia. Segundo, en España, al casarte por lo civil adquieres una serie de derechos que aquí no adquirimos. La pensión de viudedad, derechos migratorios, derechos hospitalarios, etc., son todos derechos federales y lo que se ha aprobado es sólo a nivel estatal, luego no afecta a lo federal. Como ejemplo, si tú te casas mañana y enviudas en 6 meses, no tienes derecho a recibir una pensión de viudedad porque tu estado sí reconoce tu matrimonio pero a nivel federal (el país en sí) no.
9. ¿Ha sido polémico el nombre “matrimonio” para la unión entre personas del mismo sexo?
No se ha producido la polémica semántica que en su día hubo en España. No ha salido ninguna Ana Botella diciendo lo de las manzanas y las peras. Ha habido protestas puntuales, como la organizada por el senador Rubén Díaz en el Bronx a mediados de mayo, pero no se han visto protestas ni gente rasgándose las vestiduras o montando los numeritos a los que acostumbran en los estados del cinturón bíblico o los miembros de la Iglesia de Westboro.
10. ¿El movimiento gay ha celebrado la noticia de alguna forma especial? ¿Hay previsto algún evento especial en agosto para celebrarlo?
La comunidad LGBT celebró la decisión lanzándose a la calle. Coincidió con el fin de semana del Orgullo LGBT, así que no se hizo ninguna fiesta especial, sino que nos reunimos en casas de amigas o en los bares y fiestas donde ya estuviera previsto que nos viésemos. Las primeras bodas van a ser muy mediáticas. Uno de los teatros de Broadway ha abierto sus puertas y el día 25 de julio las parejas LGBT que lo deseen podrán casarse en el escenario justo cuando acabe la función de esa noche del musical Hairspray.
Globalización
11. ¿Crees que la globalización ha influido de forma positiva sobre los derechos LGBTQ?
Más que la globalización, internet ha sido lo que ha abierto las puertas enormemente para la comunidad LGBT. Gracias a internet hoy en día lesbianas, gays, bisexuales y transexuales de todas las edades saben que no están sol@s, que lo suyo no es una enfermedad, que pueden ser quien ell@s quieran ser, que existen tantos modelos de LGBT como personas, y no están condenados a ser el modelo o el estereotipo de LGBT que se repite hasta la náusea en programas de televisión o en películas (p. ej. mariquita loca, machorra violenta y bisexual psicópata, por poner unos ejemplos). Del mismo modo, sus familias ya no van avergonzadas a la iglesia, mezquita o centro religioso de turno donde se les refuerce la idea falsa de que ser LGBT es un pecado; ahora, con un simple clic, pueden ver que sus hij@s no tienen el diablo en el cuerpo ni un problema psicológico; que pueden trabajar, pueden enamorarse, pueden casarse y ser personas “normales”.
12. ¿Es una situación excepcional la que se vive en NY o hay otros lugares en EE.UU. donde la homosexualidad se vive con naturalidad?
No es sólo en Nueva York o en otros estados donde ya se ha legalizado el matrimonio LGBT. Hay muchas ciudades y muchos estados donde se nos acepta sin problemas. Quizá con la globalización, con el acceso a internet, con modelos en la televisión (aunque a veces sean repeticiones absurdas de estereotipos), la gente ha dejado de ver a la comunidad LGBT como a un monstruo de siete cabezas.
13. ¿Ha seguido NY el modelo de otros países europeos u otros estados norteamericanos?
Nueva York no se puede comparar con otros estados norteamericanos ni con otros países europeos. Vuelvo a lo mismo: Nueva York ha tenido una población LGBT numerosa, visible e importante desde hace casi un siglo.
14. ¿Cuenta NY con una sociedad informada y crítica, y a la vez más tolerante por ello?
En Nueva York pasa como en todas partes: hay gente bien formada, crítica, tolerante… y hay analfabetos funcionales, con una carrera y dos másteres, que te dicen que por ser lesbiana u homosexual eres genéticamente inferior a ellos y no deberías poder tener hijos.
15. Con la crisis económica mundial, ¿está la sociedad neoyorquina más preocupada por otros aspectos y se ha vuelto más tolerante con el colectivo LGBT?
La sociedad neoyorquina siempre ha visto al colectivo LGBT como parte de la sociedad, no como una rareza; tampoco como una moda pasajera o como motivo de preocupación. Así que la crisis no ha afectado a la forma en la que nos ven.
Visibilidad
16. ¿Hay lesbianas visibles en NY?
Nueva York es un hervidero de modelos positivos: Yetta Kurland (abogada), Christine Quinn (concejala), Kelli Dunham (humorista), Julie Goldman (humorista), Nedra Johnson (cantante), Lesli Klainberg (productora, directora de documentales y directora del festival de cine LGBT NewFest), Sheryl Swoopes (jugadora de baloncesto), Sinclair Sexsmith (escritora), Syd London (fotógrafa), Bevin Branlandinhgam (MC, abogada y artista), Eileen Myles (escritora) y Carmen Hernández (pastora que trabaja con jóvenes en comunidades de riesgo), entre muchas otras.
17. ¿Son las lesbianas “ahora” más visibles en NY que “antes”?
No creo que la aprobación del matrimonio LGBT nos haya hecho más visibles. Quizá salimos más en medios tradicionalmente “heteros”, como por ejemplo Newsday. Este es un periódico que ahora tiene un blog con una cuenta atrás sobre los preparativos de la boda de una pareja de lesbianas, pero en cuanto se pase la novedad, las cosas volverán a su cauce. Las noticias aquí pasan rápido, se va a lo sensacionalista. Nadie se acuerda de qué fue noticia hace dos semanas, porque esta semana han descuartizado a un niño judío en Brooklyn y la semana que viene no nos acordaremos de él; porque saldrá otra noticia todavía más truculenta o algún otro escándalo como el del presidente del Fondo Monetario Internacional.
18. Pese a la creciente tendencia hacia la tolerancia, ¿existe violencia permanente u ocasional contra las lesbianas en NY? ¿Salen estas noticias a la luz pública o se mantienen ocultas?
No existe una violencia brutal (tipo violaciones masivas de lesbianas), como las que se están viviendo en Sudáfrica, ni ataques organizados contra lesbianas (tipo caza y captura), como los que sí pueden organizarse contra gays y hombres que parezcan gays en algunas zonas de Nueva York (léase el caso Anthony Collao). Pero sí se han dado casos puntuales, como una butch a la que echaron de un restaurante en pleno Village por ir al baño de caballeros en el 2007, y el de un grupo de lesbianas que en el 2006 acabó en la cárcel por defenderse contra la agresión de un hombre que las acosó y persiguió por la calle (se las conoce como las 4 de New Jersey). Estos tres casos sí han salido en la prensa heterosexual.
19. En relación con la oferta cultural de NY, ¿hay festivales de cine, locales, revistas u otro tipo de actividades enfocados especialmente hacia las lesbianas?
Hay muchísima oferta, desde bares que tienen noches temáticas todos los días de la semana (Henrietta’s en Manhattan, Bum Bum Bar en Queens) a festivales de cine LGBT, como son NewFest en Manhattan y Long Island Gay and Lesbian Film Festival en Long Island, pasando por librerías que organizan lecturas poéticas por y para lesbianas (Bluestockings), compañías de teatro que apoyan a directoras y/o actrices lesbianas (Dixon Place, WOW) y todas las actividades y actos que se ofrecen en el LGBT Community Center de Manhattan, ya sea gratis o por un módico precio (presentaciones de libros, conciertos, talleres, grupos de apoyo, etc.). En cuanto a revistas, hay fanzines, eZines y revistas tradicionales (la más conocida es GO!).
20. A modo de conclusión, una última pregunta María: ¿cómo crees que evolucionará la información vinculada con el colectivo LGBTQ en los medios de comunicación neoyorquinos? ¿Se reducirá a la información proporcionada por los medios LGBTQ?
Ahora nos dedican un poco más de espacio por el tema de la legalización del matrimonio LGBT, el morbillo de ver a dos lesbianas vestidas de novia y besándose; pero en cuanto se pase la novedad, volveremos a estar prácticamente sólo en medios LGBT.
Radiografía
Nombre: María Lapachet.
Edad: 33 años.
Lo suyo es: escribir.
Vive de: cargo difícil de traducir al español en una empresa de desarrollo y construcción.
Organiza: kedadas mensuales de butches y femmes en Manhattan.
Coordina: el equipo Butch Femme del AIDS Walk en Central Park, Nueva York.
Página web: http://marialapachet.com/
Más información
Para profundizar en el tema de las diferencias legales entre el matrimonio civil gay respecto al heterosexual en el estado de NY u otros estados de EE.UU. donde es legal el matrimonio gay, os incluimos los siguientes enlaces:
[…] María Lapachet. Lesbiana, feminista, escritora, traductora y activista del VIH/SIDA & derechos LGBT. Organizo el equipo Butch/Femme de la […]