No sabemos el nombre real de la chica que le contó esta historia a la BBC. La llamaremos Miriam.
Miriam siempre supo que era lesbiana. Con 4 años había besado a su mejor amiga en un armario, -ironías de la vida- cuando se dio cuenta de que efectivamente solo le atraían las personas de su mismo sexo. Y lo vivió en silencio hasta que no pudo más vivir una vida que no era suya. Cuando finalmente lo contó, no conseguía explicar a sus padres qué significaba el término, pues no existía en el dialecto punjabi ni urdu.
Pero empecemos por el principio. Miriam vivía en Bristol, Inglaterra, en una familia activamente religiosa, su abuelo daba sermones en la mezquita y rezaban 5 veces diarias. Tras aquel beso en el vestidor vino más de una década de consciencia sin experiencia. Todo lo más, conseguía colarse en la habitación de su hermano, que tenía hasta un candado en la puerta, para meterse en el chat de Yahoo y hablar con chicas como si fuera un chico. Cualquier página LGTB estaba censurada.
Pero por fin llegó la época universitaria y Miriam se atrevió a experimentar, pero solo fuera de su ciudad. Viajaba por el Reino Unido cientos de kilómetros aquí y allá, donde nadie pudiera reconocerla, para conocer chicas. “Era emocionante. No podía creerme que estuviera teniendo relaciones reales con una mujer”. Se enamoró de una mujer musulmana que conoció en internet y a la que iba a visitar a la región de Manchester. Estaba casada y tenía un hijo. “Solía quedarme en un hostal en la misma calle. Cuando su esposo salía a trabajar, yo entraba por la puerta de atrás”. Cuenta Miriam que aunque la hubieran descubierto, nunca hubiera sospechado su esposo lo que estaba pasando. El lesbianismo no existía para él.
Que su amor fuera también musulmana le permitió presentársela a sus padres, como una amiga, y que se quedara a dormir en su habitación. “Estábamos explorando un nuevo mundo. Fue tan refrescante, parecía tan fácil. En cierto modo fue un gran alivio (…) pero fue tan breve. Los planes preconcebidos para ella estaban listos y se la llevaron a Arabia Saudí. Fue desgarrador“. (Foto inferior: Boda entre una pareja de mujeres musulmanas).
Llegó el día en que explotó y le contó a su madre. “Nunca pensé que un hijo podría avergonzarme tanto, me dijo. En ese momento descubrió lo que era la homosexualidad, porque no lo sabía. En cierto modo luchaba entre su cultura y su amor por mi pero finalmente nos fuimos distanciando y ella se hizo mucho más religiosa”.
Una década después Miriam ha fundado la Bristol Queer Muslims, una asociación de musulmanes LGTB de Bristol, para recoger y ayudar a las personas que por esta causa sean repudiadas por sus familias. Está felizmente enamorada y planea casarse en 2020. Su padre al saberlo le hizo elegir entre la familia y el amor. Eligió ser ella misma y solo han coincidido en una ocasión desde entonces. Ella le dio un gran abrazo. A su madre la ve a escondidas en casa de su hermana, y aunque aun no la entiende, se aman.
Para Miriam ha valido la pena. Ahora sí es plenamente libre y está dispuesta a luchar por que otros también lo sean.
Fuente: BBC News