Por las que ya no están. Por los que ya no están. Por todas esas lesbianas y esos gays que perdieron su vida a causa de la homofobia. Por esos adolescentes que creyeron que morir era mejor solución que soportar las burlas por su orientación sexual.
Por aquellas y aquellos que están obligados a vivir en un armario para preservar el trabajo o la integridad física. Por aquellas/os que no se pueden casar, que no pueden adoptar, por las/os que tienen miedo.
Por todas aquellas y por todos aquellos, vivamos este 2012. Disfrutemos. Procuremos ser libres. Decidamos ser felices. Cuidemos nuestros derechos, no permitamos retrocesos. Busquemos y gestionemos los avances. Por nosotras. Por nosotros. Y por los demás.
2011 tuvo muchos triunfos para el colectivo LGTB. Por primera vez el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas aprobó una declaración formal que condena la violencia hacia cualquier persona de cualquier país por orientación sexual e identidad de género.
El ejército de Estados Unidos dejó de prohibir entre sus filas a lesbianas y a gays, medida que regía desde 1993. Hace unas semanas, el beso público entre dos lesbianas, oficiales de la marina, dio la vuelta al mundo como un simbólico acto de reivindicación.
Se llevaron a cabo debates políticos y sociales acerca de matrimonios y uniones civiles, se aprobaron diversos avances legales para lesbianas y gays en Uruguay, Brasil, Dinamarca, Chile, Nueva York, Gran Bretaña, Liechtenstein, Colombia, Escocia, Francia y Alemania.
Jugadores de fútbol profesional salieron del armario en Suecia y Canadá. La Iglesia de Escocia y la Episcopaliana de Estados Unidos permitieron la ordenación de pastores homosexuales, y la Luterana Evangélica de Canadá decidió celebrar matrimonios entre parejas del mismo sexo.
La Asociación Americana de Psicología se pronunció por primera vez en su historia para que se legisle a favor del matrimonio homosexual. 2011 dejó muchos logros, que han sido resultado del trabajo constante y admirable de muchas personas. También por ellas, vivamos este 2012, más libres y también más fuertes.
Comienza un nuevo año. Inauguramos las páginas en blanco de nuestro diario personal y colectivo. Al final descubriremos que éstas se colorearán con una mezcla de lo que permitimos, lo que creemos, lo que buscamos y lo que entregamos. Pero también de lo que soñamos.
Por los que ya no están. Por los que cambian el mundo para que nuestra vida sea mejor. Y por nosotras/os, que lo merecemos, vivamos este 2012, soñemos este 2012, conscientes de lo que tenemos y lo que podemos tener. Conscientes de lo que somos y de todo aquello que podemos ser y hacer.