Mi novia y yo… y las bragas menstruales que nos cambiaron la vida
Recuerdo esa tarde que mi chica me esperaba en casa con un paquetito de regalo y una gran sonrisa: venga, ábrelo. “Ay cariño, qué ilusión”, le dije realmente feliz, pero […]
Recuerdo esa tarde que mi chica me esperaba en casa con un paquetito de regalo y una gran sonrisa: venga, ábrelo. “Ay cariño, qué ilusión”, le dije realmente feliz, pero […]